¿Qué harías si perdieras a una de las personas mas importantes de tu vida y que, a su vez, eso te dé una de las mejores oportunidades jamás pensadas? Ava, de primera, creyó que se quedaría llorando en casa, buscando el consuelo de los demás. Pero su tía, a quien no volverá a ver jamás y que odiaba la tristeza, le pide en una carta de despedida que vuele y disfrute de la vida. Y como nunca le ha podido llevar la contraria, ¿adivinas qué? ¡Ava termina mudándose! Y adivina qué más ¡Eso la lleva a conocer a Zeus O’Donnell, su mayor locura! Puede sonar a cliché. ¿Suena a cliché? Tal vez lo sea para algunas personas. Pero…¿Para ella? Para ella, Zeus es lo más impredecible que le ha ocurrido nunca. Es lo último que esperaba que le pudiera pasar en este momento de su vida. Es el típico «¿En serio? ¿A mí?» que se suele pensar en tales situaciones. Para Zeus, un hombre difícil por culpa de su pasado y con problemas que lo están atormentando, el amor es su última opción. ¡Ni de broma se ata de nuevo! Pero…cuando la conoce…todo parece cambiar y…¿Cómo va a resistirse a la tentación que se vuelve Ava para él?
Año 1997. Andrés y Celia son dos jóvenes que se quedan encerrados en el ascensor una tarde tormentosa de primavera. Aquel encuentro, aparentemente casual, los empuja a entablar conversación. Ambos se olvidan de las diferencias que los separan, y comprobarán que no es necesario coincidir en todo con una persona para enamorarse de ella.
Cuando un amor es tan intenso y ardiente, nada puede con él. Cuando dos corazones se eligen entre la multitud, nada podrá hacer que dejen de latir en sintonía. Cuando dos cuerpos se desean hasta llegar a quemarse con sus caricias, nada podrá apagarlos. Cuando dos personas se aman con la intensidad con la que lo hacen Ava y Zeus, nada podrá con ellos. Al menos eso es lo que piensan dos personas tan enamoradas, pero... ¿Es cierto que el amor puede con todo?
Un evento social hace que Ava y Zeus vuelvan a toparse tras años sin tener contacto.
No tienen ni la remota idea de qué piensa el uno del otro cuando se ven.
Ava no sabe que Zeus no puede apartar los ojos de ella.
Zeus no imagina que el corazón de Ava sigue siendo suyo.
Dos personas destinadas a estar juntas, que tuvieron que separarse.
Ahora, son dos corazones que vuelven a unirse.
¿Será este su momento de ser felices juntos?
Angélica es una joven mujer bella y ambiciosa que vive en la moderna Ciudad de México. Sin embargo, en su vida no hay lugar para el amor ni para ninguna diversión: su único deseo es la venganza. Su padre, de hecho, murió en prisión, condenado, según ella, por un asesinato que no cometió. Lo que ella considera el verdadero culpable, don Fernando Valverde, en cambio se ha convertido, gracias a hábil maniobras financieras, en un empresario de gran renombre y poder, presidente de la TeqExport, líder mundial en la producción y venta de tequila. El único propósito de Angélica es vengarse contra el hombre que ha arruinado la vida de su padre y recuperar la riqueza que le fue robada. Para hacer eso está dispuesta a todo: engañar, mentir... Pero lo que no ha planeado es el amor: de hecho, no puede dejar de pensar en Alejandro Morales, el atractivo administrador de la hacienda Villa Paraíso, propiedad de la TeqExport, donde se cultiva el agave necesario para la producción de tequila. Sin embargo, Alejandro está muy lejos... cerca de ella esta’ Manuel, hijo de Fernando Valverde y conocido playboy, que garantizaría a Angélica su ascenso social y la posibilidad de acercarse a los Valverde para encontrar evidencias en contra de don Fernando. El corazón de Angélica está dividido entre el deseo de venganza, que ha cultivado a lo largo de su vida, y a esta nueva sensación de Amor, pero que es un obstáculo para la realización de sus planes. ¿Con cuál de sus deseos cumplirá su destino?
La vida de Erin Mathews no es nada fácil. Tiene un padre tirano y egocéntrico que jamás les demostró ni a ella ni a su hermana una pizca de cariño y un trabajo que si bien no odia tampoco es que sea el trabajo con el que siempre ha soñado. Su única afición es la única vía de escape.El piloto Jesse James Gardner lo ha perdido todo, incluida la licencia que es medio de subsistencia. El responsable, Wayne Mathews, el padre de Erin. Por ello, cuando esta se presenta en la puerta de su casa ofreciéndole dinero por ayudarla en un absurdo, no puede sino aprovechar la ocasión de indagar cuánto sabe ella de la razón de su despido, de su juicio (pendiente de apelación) y de la pérdida de su licencia.Desde luego lo que ninguno de los dos espera es que sus senderos, que creían paralelos, hayan girado noventa grados y se hayan cruzado. ¿Qué es lo que está surgiendo entre ellos aparte de la admiración por la integridad del otro? Juntos descubrirán que la vida, a veces, te muestra senderos que jamás pensaste que recorrerías.
Durante toda su vida de adulta, Lacey Bravo había estado enamorada de Logan Severance, pero el buen doctor, siempre bien intencionado y correcto, jamás había mostrado interés por ella. Bueno, quizás lo había hecho en una ocasión, nueve meses atrás. De modo que la que pronto iba a ser madre sabía, con absoluta certeza, que Logan no tardaría en ir a buscarla para pedirle que se casara con él. La única cuestión era saber cuándo pensaba hacerlo. En cuanto Lacey le abrió la puerta, Logan supo que acabarían casados. ¡Pero lo primero era el inminente nacimiento del bebé! Después ya tendría tiempo de sobra para convencerla de que podían llegar a amarse. Y de convencerse también a sí mismo, claro.
Joe Ornelas era el apasionado policía que le había robado el corazón a Andi Stephens. Pero cuando su amor iba a consolidarse, Joe entregó a su compañero de patrulla, ¡que era el padre de Andi! Al cabo del tiempo, Joe volvió, y Andi Stephens se encontró indefensa ante la pasión que aún ardía en su orgulloso corazón. Ella era la única mujer a quien había amado. La única persona que le había importado cuando tuvo que cumplir con su deber y deshacer la tierna relación que vivían. Y ahora que Andi lo necesitaba, su protector estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que fuera necesaria. Y esta vez, Joe no se iría sin su honor ni sin su mujer.
Ocurrió el día de San Valentin. Un día era una correcta ejecutiva y, al siguiente, Celia Tuttle se enamoraba locamente de su jefe, el magnate Aaron Bravo, un soltero empedernido. Ella sabía que jamás se casarían, pero ¿qué podía hacer? Lo primero que debía hacer era jugar limpio, así que presentaría su dimisión y después cambiaría de aspecto y de vida para conseguir superar su estúpido enamoramiento. Sin embargo, Aaron no se resignaba a dejarla marchar, e incluso había empezado a mirarla de manera diferente, una manera muy seductora… ¿Le ofrecería uno de sus famosos regalos de despedida o un amor de por vida?
Jane Elliott tenía una enorme habilidad para elegir al hombre equivocado. Así que había decidido alejarse de los chicos malos… Pero no había contado con el irresistible Cade Bravo… Cade era un tipo salvaje que siempre luchaba para conseguir lo que deseaba… y ahora deseaba a Jane. Y estaba claro que ella lo deseaba a él, por muy insensato que fuera hacerlo. Por mucho que su cabeza le dijera que no, su corazón y su cuerpo gritaban sí…
Todo lo que quiero por Navidad: 1. Una botella de buen champán.) 2. Un pavo delicioso.) 3. Una acogedora cabaña rodeada de nieve.) Esa lista también daba a entender qué no quería para Navidad la columnista Jillian Diamond, es decir, un hombre. Pero claro, tenía que aparecer uno por su cabaña y tenía que ser precisamente uno encantador, aunque la Navidad no fuera exactamente su momento preferido del año. Will Bravo era famoso por su odio a los días más bonitos del año y lo único que quería en ese momento era estar solo… Hasta que apareció la bella Jilly. Pero esa mujer no aparecía en su lista de deseos. Entonces… ¿por qué sentía esa enorme tentación de envolverla como un regalo para después irla desenvolviendo?
Lo que había empezado como un deber estaba a punto de acabar en placer… Aunque la tragedia le había atemorizado el alma, el ex agente federal Kyle Tremont aceptó un último trabajo. Se trataba de ayudar a Rianna Sullivan en su misión de incógnito y todo fue sobre ruedas… hasta que sus identidades estuvieron en peligro. En la huida junto a la increíblemente sexy… e inocente agente, Kyle fue encontrándola cada vez más intrigante. Así que cuanto antes la dejara sana y salva y se alejara de ella, mejor. Rianna llevaba toda la vida entrenándose para aquella misión de venganza, pero nada podría haberla preparado para el efecto que tendría en ella la presencia de Kyle. El vínculo que surgió entre ellos era temporal, pero a medida que se acercaba el enemigo y él la protegía una y otra vez, Rianna no podía evitar preguntarse qué tendría que hacer para que esa unión durara para siempre.
Cuando empezaron a pasar cosas extrañas en su aislada casa, Kayla Thorne recurrió a la ayuda de Paul Fitzgerald. Quizá hubiera sido un error, porque Paul era ex policía... y ex presidiario, aunque él insistía en que le habían tendido una trampa. Pero si tanto deseaba probar su inocencia, ¿por qué perdía el tiempo arreglándole la casa?
Paul parecía empeñado en ganarse su confianza... mientras el misterioso peligro iba aumentando y Kayla cada vez necesitaba más que alguien la protegiera. Paul era el perfecto protector porque no necesitaba nada de ella... ¿o quizá sí? De pronto Kayla empezó a preguntarse por qué Paul se había acercado a ella... y hasta dónde pensaba llegar.
Su padre había vivido una increíble aventura… y él ni siquiera era capaz de vivir su vida. Roy Nolan había sido visto por última vez hacía más de treinta años adentrándose en la salvaje naturaleza de Alaska. Nunca pudieron recuperar su cuerpo. Así que todo lo que Alex sabía de aquel hombre, su padre, era lo que había leído en el informe policial y en las cartas que le había escrito a su madre. Quizá si hubiera conocido a Roy, su vida habría sido diferente, más feliz. Quizá un viaje como el que había emprendido su padre, podría ayudar a Alex a comprenderse un poco mejor. Y quizá así podría superar las tragedias del pasado.
El vaquero había vuelto con sólo una cosa en mente: vengarse Holly Bennett no había hecho caso a su padre y cuando el chico al que había adorado se marchó de la ciudad después de dejarla embarazada, se acordó de sus palabras. El paso de los años había mitigado el dolor... hasta que el vaquero que le había roto el corazón se mudó a la casa de al lado. Ty Álvarez se había convencido a sí mismo de que su pasión había muerto, pero lo cierto era que no podía apartar de su cabeza los dulces recuerdos del tiempo que habían compartido. Ahora tenía la oportunidad de volver a ser el héroe de Holly, pero sólo si elegía el amor y olvidaba la venganza...
Quizás después de todo lo ocurrido y de todo lo que les está por pasar, Víctor se lamentara de haberle ocultado a Eva lo que había hecho su madre. Después de sufrir un atropello por el hijo de Marcelo Montani, Eva descubre que está embarazada y porque había pasado. Por una simple casualidad se enteró de que Víctor estaba al tanto de todo. Eva toma la decisión de marcharse sin que Víctor llegue a enterarse que estaba esperando un hijo suyo.
—Hola, Mamel —saludaba Cary. Mamel acentuó su sonrisa esta vez algo sarcástica. —Por lo visto tenemos vuelo juntos otra vez. —Eso parece… Mamel saludó a Sol. Era la novia de Pedro, su compañero. Pedro era un buen chico y además pensaba casarse un día. Él no entendía ciertas posturas de ciertas personas. Casarse sería lo último que él hiciera. Ni creía que el amor le sensibilizara jamás como para perder la cabeza y la libertad.
Dispuesta a reconstruir su vida tras la muerte de su padre, Mila Mas decide volver a su Irlanda natal para conocer en primera persona la tierra de la madre que perdió siendo un bebé. Arropada por los recuerdos de las historias que su padre le explicaba sobre su madre y con la esperanza de volver a empezar, no entraba en sus planes encontrarse con un hombre de mirada penetrante y modales groseros. Colin Cian. Ardiente sería una palabra para definirlo, pero también había otra. Inestable. Por no decir peligroso. Pero Mila no puede negar que no es solo una mera atracción física lo que parece empujarla, irremediablemente, en su dirección. Incluso si él no es el candidato modélico del que una mujer debería enamorarse. Aunque Mila es más de dejarse llevar y eso del sentido común a veces le resulta más un incordio que otra cosa. Secretos del pasado, historias de dioses celtas que cayeron en el olvido y una sola realidad. Algo que ha despertado en Mila y que va a hacer que su vida cambie por completo. ¿Te atreves a descubrirlo?
Marisa Carreras, cuya vida en apariencia puede considerarse perfecta, se siente vacía y desplazada. Una de sus mejores amigas se ha ido a vivir a Irlanda y la otra está a punto de dar el «sí, quiero» a su novio del instituto. Mientras ellas han encontrado un sentido a su vida, los fantasmas del pasado de Marisa van a obligarle a replantearse qué quiere. Un objetivo. Un destino. Uno que dista mucho de cualquier expectativa que Marisa pueda tener de la vida. Del mundo. De la realidad. Porque, aunque Marisa es de esas personas que caminan con pasos firmes, que no creen en los cuentos de hadas y de las que cuando alguien habla de magia piensan en el tío bueno que salía en la tele haciendo trucos de cartas, la vida le tiene preparadas muchas sorpresas. Incluso si ella no está preparada para descubrirlas. El hombre más atractivo que ha conocido en vida, una mezcla entre orangután y ogro de metro noventa, testosterona en estado puro, pelo castaño y penetrante mirada; cuatro viejas paredes que por lo visto ocultan miles de secretos y cientos de cadáveres y una sombra que acecha en la oscuridad a los pies de ella, la mujer entre las almenas. ¿Son sueños o pesadillas? ¿Pasado, presente o futuro? ¿Realidad o ficción? ¿Será capaz Marisa de encontrarse a sí misma y aceptar su legado?
Sentenciar un amor no es algo fácil. Hay amores que hacen suspirar, otros que cambian las vidas de las personas, y otros que las hacen agonizar. Rémy lo supo, supo lo que era agonizar de amor. Abby, la atractiva estríper de la que se enamoró en un local de intercambio de parejas al que acudió con su mujer, Amanda, fue la causante de su caos mental. Tiempo después había tirado la toalla, pues dar con ella no parecía humanamente posible. Pero lo que no ocurre en un año, ocurre en un día. ¿Eran los azules ojos de Abby los que el destino le puso por delante o solo se trataba de una visión más, como las de sus sueños?