Cuatro mujeres. Sarah Sofía, que llega a los EE. UU. procedente de Rusia a principios de siglo. Su hija, que también experimentará el desarraigo del exilio. Su nieta, que alcanzará el éxito como cantante en los años sesenta. Y su bisnieta, Sara, que, cien años más tarde, será la cronista de la familia en Bendita memoria, pondrá voz y sombras a los rostros de viejas fotografías y descubrirá el lugar de los suyos dentro de una cultura tan fascinante y creativa como la de los judíos afincados en América. Los destinos de estas cuatro mujeres de distintas generaciones son el corazón de Bendita memoria, una novela conmovedora en la que Erica Jong explora magistralmente las relaciones entre madres e hijas, el papel de la mujer a lo largo del siglo XX y el esquivo significado de la memoria. El entusiasmo, el sentido del humor y la espléndida prosa presentes en cada una de sus páginas convierten a Bendita memoria en la obra mayor de una escritora de éxito mundial, que cuenta con lectores apasionados en todas las lenguas.
Eraclio Zepeda (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1937) trabajó en Cuba, la Unión Soviética y la República Popular China como profesor universitario y corresponsal de prensa. Promotor cultural, fundó el Teatro de Orientación Campesina, con funciones en siete lenguas indígenas. Ha sido comentarista de radio y televisión. Fue actor en diversas películas, dos veces en el papel de Pancho Villa: en «Reed. México Insurgente» de Paul Leduc (Premio de Crítica Francesa 1972) y en «Campanas rojas» de Sergei Bondarchuk. Su obra ha merecido los siguientes reconocimientos: el Premio Chiapas de Arte, el Premio Nacional de Cuento del INBA y el Premio Xavier Villaurrutia. Este volumen reúne dos importantes libros de cuentos del autor. En la presentación al mismo, Hernán Lara Zavala dice a propósito de «Benzulul»: «Si Rulfo exploró y retrató la vida y las angustias de los campesinos durante la época posterior a la Revolución en los estados de Jalisco y Colima, los escenarios de Zepeda se centran, con una temática equivalente, en el estado de Chiapas. Así lo reflejan sus personajes, la manera como hablan y se comportan, sus cosmogonías, sus miedos y frustraciones». «Asalto nocturno» es un libro «radicalmente opuesto a “Benzulul”. Su corte, en lugar de regional, es netamente urbano y en vez de ocurrir en Chiapas sucede en diferentes lugares del mundo, incluida la ciudad de México», y «constituye uno de los primeros intentos en nuestro medio de mostrar la inminente globalización del mundo». Eraclio Zepeda ha publicado cinco títulos de poesía: entre ellos, sobresalen «Los soles de la noche», en el volumen colectivo «La espiga amotinada» (1960); «Relación de travesía», en el volumen colectivo «Ocupación de la palabra» (1965). Bajo el título de «Relación de travesía» reunió, en 1985, su obra poética. Es autor de los libros de cuento «Andando el tiempo» (1982) y el breve volumen para niños «Ratón que vuela» (1999), entre otros.
El misterio del desarraigo argentino obsesiona a Hugo Nario, escritor bonaerense y periodista por más de 30 años en Tandil. En su primer libro, Tata Dios, el mesías de la última montonera (Plus Ultra, 1976) lo reflejó analíticamente, cuestión sobre la que volvió después en Los crímenes del Tandil, (Centro Editor de América Latina, 1983) y en numerosos trabajos aparecidos en los suplementos literarios de La Prensa y de Clarín y en la revista Todo es Historia.En BEPO teje la biografía auténtica —si bien en forma novelada— de José Américo Ghezzi, un argentino que durante 25 años fue «croto» o «linyera» sobre los trenes cargueros de la República.Aparecen en su relato una visión inédita de la Argentina Rural, contemplada y vivida desde la vía y desde su automarginalidad; los artilugios para sobrevivir en un medio hostil y desvalido; los peligros en acecho: el accidente, el crimen, la homosexualidad, el hambre, el frío, la locura, y un afán empecinado de ser libre a tan duro precio. Pero asimismo puede reconocerse el tema universal del Peregrino, que en pos de la libertad y su destino, se despoja de lo material, como el pájaro que no guarda para mañana. En el simbolismo del Viaje, de las Pruebas, de las Ayudas y de la Pampa Madre y Maestra aparece el Mito del Héroe avanzando, pese a todo, hacia su propio Omega.
«Hasta la primavera de 1924 vivió en Berlín un joven cuya presencia agradaba a los hombres y mujeres de su círculo, sin que se interesaran realmente por su persona. Sólo cuando se marchó, algunos de ellos comenzaron a sentir una nostalgia difícil de explicar. Ahora cambian voz y cara cuando hablan de él, lo recuerdan a menudo y lo hacen protagonista de relaciones y destinos que apenas tuvieron que ver con él». Así comienza una de las novelas más sutiles y elegantes de Franz Hessel, un autor aún demasiado secreto para muchos lectores pero, sin duda, imprescindible. Y pocos textos tan apropiados como éste para entrar en su mundo: veinticuatro horas en la vida bohemia de los años veinte. Una mujer y dos hombres, un baile de disfraces. «Cabarets», salones y avenidas. El amor, la inflación económica, la diversión despreocupada. En «Berlín secreto», Hessel construye una historia en la que todo está repleto de ironía, melancolía y magia… y de un deseo: llevar una vida intensa y plena de significado. Aunque los muchos amantes que aparecen en esta novela rara vez pueden vivir su amor en soledad: nunca están a solas, sino más bien rodeados siempre de amigos y conocidos, que, como eslabones de una bien construida cadena, constituyen una verdadera procesión de jóvenes berlineses. Las pequeñas escaleras, los pórticos sostenidos por columnas, los frisos de las villas del Tiergarten son también parte intrínseca de esta novela. Lo «secreto» de este Berlín no consiste en un murmullo ni en un simple flirteo: consiste únicamente en el carácter que trasmite esa ciudad; y luego, en una calle en concreto; y en esa calle, una habitación que es ya, tras pertenecer primero a los protagonistas, la habitación de los lectores.
«Durante un tiempo no estuvo segura de si su marido era su marido. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y seguir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó». Muy jóvenes se conocieron Berta Isla y Tomás Nevinson en Madrid, y muy pronta fue su determinación de pasar la vida juntos, sin sospechar que los aguardaba una convivencia intermitente y después una desaparición. Tomás, medio español y medio inglés, es un superdotado para las lenguas y los acentos, y eso hace que, durante sus estudios en Oxford, la Corona ponga sus ojos en él. Un día cualquiera, «un día estúpido» que se podría haber ahorrado, condicionará el resto de su existencia, así como la de su mujer. Berta Isla es la envolvente y apasionante historia de una espera y de una evolución, la de su protagonista. También de la fragilidad y la tenacidad de una relación amorosa condenada al secreto y a la ocultación, al fingimiento y a la conjetura, y en última instancia al resentimiento mezclado con la lealtad. O, como dice una cita de Dickens hacia el final del libro, es la muestra de que «cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo, el que dormita y late a su lado». Y es también la historia de quienes quieren parar desgracias e intervenir en el universo, para acabar encontrándose desterrados de él.
El profesor Klaus desaparece dejando un importante estudio sin terminar. Helmut, un obeso y tímido economista de cincuenta y dos años, recibe el encargo de viajar a España, finalizar ese informe y encontrarle. Para enriquecer la investigación, sus superiores en la Universidad de Heidelberg le piden además que relate su experiencia en un diario. Acompañado de una jovencísima traductora de la que el maduro profesor cae rendidamente enamorado, la singular pareja recorre el país y padece su idiosincrasia.
En realidad, no las escribirá ella, sino que mantendrá una serie de conversaciones con una escritora de la editorial, que le irá haciendo preguntas sobre su pasado. A quienes conoció, como era tal o cual personaje famoso de aquella época. Pero Cira, la vieja estrella, tiene secretos. Y no parece dispuesta a revelarlos. Con una amabilidad infinita se reúne con la escritora, y va desgranando lo que ella quiere contar de su pasado de gloria. Pero no dice todo. Aunque los acontecimientos harán que, finalmente, la verdad salga a la luz, después de tantos años. La autora nos ofrece una visión muy particular de la época, las costumbres y los protagonistas de la edad dorada del cine, cuando las divas eran glamorosas, y los galanes impecables. Aunque, claro, muestra que, en realidad, detrás de esa fachada se escondían las miserias propias de los humanos, el desamor, el interés, la mentira y la codicia. Eso es, quizás, lo que vuelve particularmente atractiva a esta novela, el darnos una visión “detrás de la escena” del sistema de estrellas del cine, contada por una de sus protagonistas.
Nos hallamos ante un libro resueltamente autobiográfico que también es una apología contagiosa del apetito. La autora afirma que, aunque todo lo relatado es real, lo que diferencia la novela de la realidad es la escritura. No obstante haber padecido anorexia durante dos años, en el relato explica su vida a través del hambre y reivindica una avidez y una glotonería en muchos registros: hambre de lenguas, de libros, de alcohol, de chocolate, ansia de belleza y de descubrimientos…
Amélie Nothomb afirma que tiene «un apetito absoluto», un deseo jamás colmado, que no parece tener fin y al que la autora asedia en este relato en todas sus formas, del éxtasis al horror, con brío, dolor, amor, humor y lucidez, mientras se dibuja en filigrana la complicada paradoja de existir.
Biografía del hambre es un libro en el que Amélie Nothomb se vuelca de una forma mucho más sincera hacia su infancia, que ya había evocado en Metafísica de los tubos y Un sabotaje amoroso, prolegómenos de la extraordinaria experiencia de Estupor y temblores.
Nadie utiliza mi nombre completo. Nadie me conoce como Beatriz. Todo el mundo se traga con glotonería las cuatro últimas letras. Ni siquiera mi doctora, al recetarme las pastillas, lo ha escrito bien. En el día más importante de su vida, Bea ha cuidado hasta el último detalle. La carroza, el vestido, las flores, el banquete para trescientos invitados. Sin embargo, más que felicidad, Beatriz siente vértigo. Como si caminase por el borde de una lujosa piscina a la que no estuviese segura de querer saltar. La muerte de su padre, su nueva responsabilidad en la empresa familiar, la foto de una misteriosa mujer y la secreta relación que esta guarda con el valioso collar que su madre luce en la boda acechan a Beatriz, proyectando sombras que amenazan un futuro incierto al lado de un hombre al que, se da cuenta ahora, apenas conoce. El reencuentro con sus mejores amigos de juventud y parranda. Rubén, convertido en un famoso peluquero de estrellas, y Vero la Roja, una artista de escaso éxito pero mucho carácte. Terminará de remover un intenso pasado para cuyo balance, a pesar de las apariencias, ninguno de los tres está preparado.
En Urgain, un pueblecito de la Barranca, en Navarra, a finales del siglo diecinueve, carlistas y liberales, hasta hace poco en guerra, se baten ahora en contiendas electorales. A su vez, el plebeyo enriquecido don Juan Manuel de Osambela, convertido en cacique del lugar, planta cara a la familia hidalga de los Ugarte, que desde siempre ha amparado a la población local. Son estos enfrentamientos los que justifican el subtítulo de la novela: "Guerra en la paz", una guerra en la que vale todo: la maledicencia, la calumnia, las más abyectas triquiñuelas jurídicas e incluso la violencia física. Blancos y negros es por lo tanto una novela de corte realista, comparable a las de Emilia Pardo Bazán o a las de José María de Pereda aunque impregnada del regionalismo fuerista y la defensa de la identidad vasca de Navarra que subyacen en toda la obra de Campión. Unamuno dijo de esta novela que: «Como obra literaria, Blancos y negros es de lo más nutrido, de lo más compacto, de lo más hermoso que en estos años se ha hecho en España.»
«Blitz» podría ser una tragicomedia romántica. Pero como ese género no existe, estamos invitados a ignorar las etiquetas y centrarnos de manera apasionada en la peripecia de los personajes. En especial de Beto, un joven arquitecto paisajista que llega a las costas de Múnich en medio de un naufragio vital y sentimental. Invitado a participar en un concurso que podría solucionar sus perspectivas de futuro, ha llegado acompañado por su novia. Pero, casi al instante, su estancia en Alemania se convertirá en una comedia humana. Bajo el destello de un relámpago, que es exactamente lo que significa la palabra «blitz», tendrá que afrontar un cambio de vida y de ideales. Llena de emotivas instantáneas del amor perdido, bajo una escritura afilada por el sentido del humor, los personajes parecen deslizarse dentro de un reloj de arena. Porque será la reflexión sobre el discurrir del tiempo lo que conduzca al protagonista hacia una mujer de otra edad, Helga, en un encuentro intergeneracional que es el corazón del relato. Pegado a los pensamientos de Beto, el lector no dejará de preguntarse a cada momento por lo que le espera en la página siguiente. ¿Y ahora qué? La respuesta se esconde en esta narración destilada, la esperada nueva novela de David Trueba tras «Saber perder», que se alzó con el Premio de la Crítica en 2008.
El tema del falso culpable es uno de los que a lo largo de la historia de la literatura aparecen constantemente como núcleo central de una trama. En «Blues de la calle Beale», Fonny, un joven negro de veintidós años, es acusado de un delito que no ha cometido. Su historia de amor, de sufrimiento y de marginación nos será narrada por boca de Tish, la compañera de Fonny, que espera un hijo de éste. La lucha de ambos por sobreponerse a su destino de seres marginados por el color de su piel y por su pobreza, en la despiadada Nueva York, conmueve y golpea nuestras conciencias. Al final de la lectura resta un poso de tristeza y ternura que remeda a la perfección el efecto que producen los blues, las tristes canciones de los negros norteamericanos, compuestas para liberarse de la vida, hechas de llanto y de voz.
Un periodista es asignado a cubrir la ejecución de un condenado a muerte. La tarea se convierte en un reto pues su trabajo incluye una entrevista, para cubrir el testimonio del último día de vida de un cautivo. El reportero terminó reuniendo material suficiente para un libro. No fue hasta diez años más tarde que recrea en su memoria el tiempo que pasó con ese hombre. Aquel que prefería ser llamado con el nombre de «Bobo», quien nunca se arrepintió de sus actos y vivió convencido de que hizo lo correcto. La historia de Bobo comienza a pulsar en la mente del periodista hasta que la transforma en una novela. La vida de un asesino con una memoria prodigiosa, una cultura incoherente con su condición y su nombre. Un individuo sin pudor, sin culpa, aferrando a la firme convicción de que actuó correctamente. Su texto recorre los recovecos de la vida de Bobo. Su infancia, sus relaciones personales y familiares, la terrible historia de su hermano y apoyo, los conflictos entre sus padres, la relación con el pilar de su vida que fue su perro de agua. El destino de Bobo está escrito. El juicio y la reflexión final serán, como siempre, a discreción del lector.
Lamarat Minar, de veinte años, regresa de Holanda con su familia a Touarirt, su pueblo natal en Marruecos, para celebrar la boda de su hermana Rebekka con su tío Mosa. Durante los festejos, descubre que su tío ha desaparecido, y su padre le ordena ir a buscar y traer de vuelta al novio fugitivo. Con la ayuda de Chalid, el taxista que todo lo sabe, Lamarat emprenderá un periplo por la región y por los recuerdos... con un desenlace inesperado. Boda junto al mar es una novela muy poco convencional, no tanto por la trama en sí como por el estilo en que está narrada. Abdelkader Benali se recrea jugando con el lenguaje, rompiendo sin reparo la sintaxis con estructuras extrañas y forzadas procedentes del árabe, su lengua materna. Y como telón de fondo, las tradiciones y los conflictos culturales surgidos del contraste entre dos visiones de la vida tan distintas como la marroquí y la europea.
Después del inexplicable suicidio de su marido, el director de cine Rey Robla, Lauren regresa a la vieja casa junto al mar en la que vivió con él. Allí se encuentra con el dolor y la soledad. Pero pronto se rompe el imperante silencio: Lauren descubre que en el piso de arriba habita un extraño hombre capaz de reproducir las conversaciones privadas de Lauren y su marido. ¿Es este hombre una persona real o es simplemente el producto de una ensoñación de la mente de Lauren?
En la presente publicación, Guy de Maupassant (1850-1893), narrador por excelencia de la segunda mitad del siglo XIX francés, nos da muestras de su dominio de todos los resortes del arte de narrar, con un estilo lingüístico y literario insuperable, de aparente sencillez pero difícil de conseguir. Esta compilación de sus más famosos relatos breves nos permite apreciar cómo su pluma cincela las frases como un buril grabando sobre cristal duro y transparente. Es el modelo reconocido, admirado e imitado por todos los narradores que lo siguieron, desde Chéjov hasta los autores de relatos actuales.
Protegida de la fallecida Lucia Berlin, Elizabeth Geoghegan escribe una prosa lírica basada en lugares mezclada con un realismo vanguardista e ingenio irónico. Estas ocho historias nos llevan en un viaje a través de las fallas explosivas de la intimidad, que se desarrollan a través de ciudades y continentes. Ya sea haciendo autostop en el Véneto italiano, caminando a través de un campo de arroz balinés negro como la boca del lobo o haciendo cola para tomar algo en un bar abarrotado de Seattle, Geoghegan deja a sus personajes a la deriva en un mundo que reclama el terreno enigmático del deseo. El relato que da título al volumen tiene como protagonistas a una hermana y un hermano guiados por la inercia de la imprudencia y la autodestrucción.
Condenado a la seriedad y a la impostura, Julio, el silencioso protagonista de este libro, acaba convenciéndose de que es mejor encerrarse en su cuarto a observar el crecimiento de un bonsái que vagar por los incómodos caminos de la literatura. Es ésta, como dice el narrador, «una historia liviana que se pone pesada», un relato elíptico y vertiginoso marcado por la inquietante desaparición de una mujer. Jorge Luis Borges aconsejaba escribir como si se estuviera redactando el resumen de una obra ya escrita. Y eso es, precisamente, lo que ha hecho Alejandro Zambra en este libro que —del mismo modo que un bonsái no es un árbol— más que una novela corta o un relato largo es una novela-resumen o, justamente, una novela-bonsái. Bonsái supone el brillante debut narrativo del joven chileno Alejandro Zambra, poeta y crítico literario.
Es la primera novela de la escritora ecuatoriana Alicia Yánez Cossío,1 publicada en 1973 por la Casa de la Cultura Ecuatoriana.2 La obra es considerada un clásico de la literatura ecuatoriana y una exponente temprana del realismo mágico.34 La trama de la misma sigue la historia de Bruna, una joven que habita en una ciudad sometida a las tradiciones religiosas y al soroche, y que luego de descubrir la historia de sus antepasados decide resistirse a la inercia que ha caracterizado a su familia.
Una joven prostituta, su chulo, quien da nombre a la novela, y un joven e inocente intelectual, son los tres personajes protagonistas de Bubu de Montparnasse. Tres seres desprotegidos para el amor, incapaces de reconocerse en una sociedad alienada y quizá sórdida en el París de finales del siglo XIX. Charles-Louis Philippe, con una mirada insólita en aquel momento, disecciona la sociedad parisina utilizando la pluma como si de un bisturí de precisión se tratara, consiguiendo extraer la bilis negra que se pudre en el interior de sus personajes. Construye así una historia tremenda y desgarradora, pero llena de ternura y poesía. Como dijo Clouard, su talento es esencialmente una sensibilidad que escribe. Fueron muchos sus admiradores, desde Eliot hasta Gide, pasando por Cocteau, Claudel o Brassens. Lo cierto es que Bubu de Montparnasse es una obra de referencia en la que se refleja, en buena medida con carácter visionario, un mundo donde la soledad, el aislamiento de los individuos, es el espacio donde los seres humanos nos sentiremos atrapados. Este proletario de la literatura dejó a su paso por la vida una obra insuperable. No hay arte de una u otra calidad, sólo hay arte. Por esta vez, los adjetivos sobran.