A Paris no le gustaban los actores, a los que juzgaba fatuos, egoístas, superficiales... Oliver Darke parecía diferente, pero sólo eran apariencias. En el fondo, era como todo o, al menos, eso quería creer Paris, aunque nada le resultaba más difícil... Oliver era encantador, amable, considerado... ¿Cómo podía ella luchar contra un hombre así? A pesar de su determinación, no pudo evitar enamorarse de él, aunque sabía que el encanto de Oliver era superficial y que sólo se sentía atraído físicamente... Los actores nunca se enamoraban y él no era una excepción.
Leanne se había casado con Dimitri para satisfacer la última voluntad de su madre. Pero lo que en principio era un matrimonio de conveniencia, se convirtió pronto en la puerta que la condujo a insondables abismos de pasión... pasión a la que Dimitri no parecía corresponder. ¿Cuánto tiempo podría participar Leanne en esa farsa sin que su corazón resultara gravemente herido?
Oliver Linch era un excombatiente de la guerra de Vietnam que ahora trabajaba como agente de incógnito en una de las más peligrosas misiones de toda su vida.
Fliss Hayton era hija de un pastor de la iglesia que sabía muy poco de mundo que había mas allá del pequeño pueblo de Inglaterra donde se había criado, y que no quería nada salvo vivir tranquila y feliz con el hombre que eligiera.
La pasión los unió, pero, ¿tendría futuro su amor?
Abigail sabía que Ross Anderson, su atractivo jefe, no podía sentir nada por ella. Pero de repente, pareció decidido a encender la llama del deseo entre ambos.
El sentido común le decía que Ross sólo estaba jugando con ella, pero... ¿escucharía su corazón los consejos de la razón?
Jake Winter era el hombre ideal que toda mujer sueña encontrar algún día... Y, desde que Claire comenzó a trabajar para él como su secretaria personal, admiró la perfección masculina de ese hombre. ¡Y él le había pedido que fuera su esposa! Pero el suyo fue un matrimonio de conveniencia; Claire se convirtió en una más de sus posesiones. ¿Qué podia hacer ella si se había enamorado de Jake y él parecía estar más interesado en la bella Loretta? ¿Encontraría Claire la felicidad al lado de Jake algún día?
Oliver Kemp se dejaba llevar siempre por su instinto hasta el día en que contrató a la hija de un compañero de negocios como un favor personal. Francesca Wade no había trabajado en su vida, y estaba dispuesta a demostrar su valía a su nuevo jefe. Pero jamás pensó que iba a verse obligada a casarse con un hombre demasiado orgulloso como para amarla y demasiado responsable como para dejarla.
Sara Reed tenía un secreto. Alex Reed jamás debía llegar ni siquiera a imaginar cuál era. Pero Alex y Sara estaban emparentados, así que, ¿cómo evitarlo? Además, estaba por medio su hijo, Ben. El niño adoraba a Alex y el sentimiento parecía ser mutuo. Obligada casi constantemente a estar en su compañía, Sara no tuvo más remedio que admitir que podría ser un padre perfecto. También era el hombre más sexy que había conocido en su vida. Sin embargo, las razones que le movían era un misterio para ella. ¿Estaría jugando con ellos a un juego del que sólo él conocía las reglas?
¡Soltero y niñero!... En lo que se refiere al sexo femenino, Finn MacCauley es un experto. Excepto cuando las hembras en cuestión son sus sobrinas de seis años de edad y gemelas idénticas. Finn no está precisamente equipado para ser padre. Izzy, por otra parte, es una madre ideal. ¡Si sólo no estuviera comprometida con otro hombre! ¡Todo lo que Finn tiene que hacer es persuadir a Izzy que ser temporalmente padres substitutos será terriblemente divertido, casi tanto como compartir el fascinante estilo de vida de Finn ... y su cama!
Jacki Raynor, conocida como la chica de los Cosméticos Risque, tenía problemas profesionales. Así que cuando Patric Flanagan le ofreció un trabajo bien pagado, se vio obligada a aceptarlo. Patric pensaba que ella era igual a la imagen publicitaria… Tendría que lograr que cambiara de opinión antes de que su reputación y el hombre al que amaba la abandonaran para siempre.
Nadine necesitaba dinero desesperadamente, y el famoso abogado Cameron Hunter quería un hijo. Él estaba convencido de que podrían llegar a un acuerdo conveniente para los dos. Su oferta fue extraordinaria, fuera de lo corriente, y sus condiciones muy simples; él poseería a Nadine en cuerpo y alma... y el bebé resultante sería suyo. Pero lo que empezó como un trato de negocios empezó a complicarse: ¡Nadine se había enamorado del padre de su bebé!
El magnate de la televisión Saul Ackerman cambiaba de novia como quien cambia de camisa. Hombre rico, triunfador y atractivo, tenía un montón de mujeres dispuestas a entrar en su vida. Pensó que Fenella era una más en la corte de cuerpos despampanantes con cerebros de aserrín dispuestos a saltar a su cama. Pero Fen no era la muñeca rubia que su aspecto daba a entender. Detrás de toda aquella farsa, se escondía una poderosa razón.
Cómo podrían volver a amarse después de haber sufrido tanto? Joel Armstrong, su guapísimo ex marido, era la última persona que Olivia esperaba ver al volver a su pueblo después de tantos años. Joel era el motivo por el que se había marchado de allí y no había vuelto durante tanto tiempo. La ruptura de su matrimonio había sido repentina, y las heridas aún no se habían cerrado. El deseo que una vez los había unido seguía devorándolos cada vez que estaban juntos. Pero ambos sabían lo peligroso que era aquel deseo. ¿Cómo podrían dejarse llevar después de que en otro tiempo la pasión hubiera acabado en un embarazo que ninguno esperaba y que había terminado de un modo aún más inesperado…?
Marie era demasiado joven e ingenua cuando conoció al carismático Holden Greystone... y se enamoró locamente de él. Pero el romance pronto dio paso a la amargura y, entre reproches y acusaciones, Marie se apartó de su vida prometiéndose no mirar atrás. Sin embargo, tres años después, se halló en una situación desesperada y sólo Holden podía ayudarla a salir del apuro. Por tanto, rompió la promesa... consciente de que tarde o temprano se arrepentiría. Pero, ¿qué otra alternativa tenía cuando estaba en juego la vida de su hija?
Bart Cameron creía que las mujeres debían ser siempre femeninas, pero Alessandra tenía ideas distintas, de modo que cuando se conocieron, fue inevitable que saltaran las chispas. El problema era que, pese a ser tan opuestos, no podían quitarse las manos de encima. Pronto se vieron envueltos en una aventura amorosa tan apasionada que el cielo corría peligro de arder en llamas. Pero Bart parecía decidido a eludir a toda costa cualquier compromiso. ¿Por qué había de comprometerse con Alessandra cuando su elegante vecina estaba más que dispuesta a visitarlo?
Clare sabía perfectamente con qué ojos la miraba Fen Marchand: su opinión estaba totalmente influida por el pasado de ella. Él necesitaba desesperadamente un ama de llaves y estaba decidido a contratar a Clare, a pesar de que no fuera lo que él buscaba. Fen nunca podría entender por qué ella hizo lo que había hecho… a menos que descubriese qué había hecho… a menos que descubriese que había sido por el bien de su pequeño hijo.
Desde que Ryan Talbot había asumido el papel de ángel de la guarda en la vida de Kirrily, había intentado que viviera su vida bajo las reglas por él impuestas. La primera era no salir nunca con un hombre que él no aprobara, y la segunda, encontrar un trabajo respetable y vestir con elegancia y discreción. Kirrily, por su parte, se rebelaba contra sus normas y disfrutaba sorprendiéndolo. Hasta que un día se vio obligada a vivir en su casa y aquella intimidad le hizo abrir los ojos al cautivador atractivo de Ryan…
¿Se dedicaba Isabel Herriot a destrozar matrimonios? Desde luego, la hermana de Patrick Shannon parecía firmemente convencida de que su marido mantenía una aventura con ella. Pero cuando Patrick fue a ver a Isobel a la tienda de artesanía que tenía en los Cotswolds no estuvo tan seguro.
Le resultaba difícil creer que una persona tan reservada fuera promiscua. Tampoco acababa de comprender cómo una mujer que ocultaba sus generosas curvas podía despertar en él una pasión tan incontrolable. A Patrick no le interesaba mantener una relación que no pudiera controlar, pero Isobel empezaba a torturarlo de la forma más cruel.
En la superficie, Gina parecía tener el matrimonio perfecto, pero por dentro estaba llena de frustración por la distancia que Reid había puesto entre ellos.
Así que decidió recuperar a su marido. Tenía que hacer algo para mostrarle lo mucho que realmente lo deseaba, que siempre lo había deseado. ¡Pero iba a tener que actuar rápidamente si no quería perderlo por otra mujer!
Maggie no habría ido nunca a ver a Neil, su ex-marido, si no hubiera sido porque Lindsey, su hija todavía adolescente, tenía una relación desastrosa con un hombre, y él era la única persona que podía ayudarla. Pero Neil no había olvidado que ella lo había traicionado años atrás. ¿Por qué si no iba a provocarla y humillarla de esa manera? Ella todavía lo quería, mientras que él, en apariencia, se mostraba indiferente. Pero sin embargo quería ayudar a Lindsey, a pesar de que sospechara que su padre no era él...
Gideon Rymer contrató a Alice Rampton, profesional de la organización de bodas, para que se encargara de su ceremonia nupcial. Pero las cosas no eran lo que parecían.
A lo largo de su vida profesional, Alice no se había encontrado nunca con una novia menos entusiasta que Janet. No podía comprender cómo era posible que una mujer fuera capaz de apartarse del lado de Gideon Rymer durante un segundo, y mucho menos, durante todo el día, como parecía hacer Janet. Otra mujer podía arrebatárselo.
De ahí el dilema de Alice: su misión consistía en que la boda transcurriese sin problemas, y sin embargo, sentía una fuerte atracción por el novio.