Escrita a continuación de «La de Bringas», «Lo prohibido» (1885) es la novela en que Benito Pérez Galdós (1843-1920) más se acerca a los postulados del naturalismo. Narrada en primera persona por su protagonista, José María Bueno de Guzmán —un solterón despilfarrador y falto de escrúpulos—, la historia se desenvuelve en torno a las relaciones amorosas que éste, a lo largo de cuatro años, mantiene en Madrid con sus tres primas casadas y su progresivo deterioro físico y moral. Los diversos avatares por los que transcurre la trama novelesca sirven una vez más a Galdós para poner en pie una asombrosa galería de personajes que retratan con crudeza el clima moral y político reinante en la España de la Restauración, gobernado por la especulación, la apariencia y el gasto.
Javi y Tere, dos hermanos en el filo de los veinte años, se buscan la vida en la gran ciudad en contra de la voluntad de su familia, propietaria de un bar de pueblo. Javi tiene novie, estudia informática y trabaja en un ultramarinos, atosigado por su propietaria. Tere lleva sus cosas en secreto y se ve, de pronto, envuelta en muy graves dificultades. José, uno de sus amigos, un chico de barrio que cuida de su padre, tan ingenioso como corto de luces, será el artífice de un arriesgado y disparatado plan para sacar a los hermanos de sus problemas. Pero un acontecimiento imprevisto les devuelve por unas horas al pueblo y las turbulencias del azar irrumpen en su camino. Lo que el aire mueve, retorno a la novela de Manuel Hidalgo tras libros de otros géneros y vario guiones de cine, ha sido galardonada con el I Premio de Novela Logroño por un prestigioso jurado que presidió el escritor chileno y Premio Cervantes, Jorge Edwards. El realismo, el humor, la ternura, el sexo y la violencia son ingredientes de una conmovedora historia sin tregua que, con diálogos magistrales y algún parentesco con la novela negra, retrata la lucha por la vida de unos jóvenes despistados y zarandeados por vientos más fuertes que sus convicciones y objetivos. Cierta España de hoy queda reflejada en estas páginas
La novela más personal de Javier Ruescas: un grito de indignación contra la homofobia. BASADA EN HECHOS REALES. "¿Qué acaba de pasar? ¿Qué acaba de pasarte? A ti, que creíste que nunca te sucedería algo así. ¿O más bien al contrario? Que sabías que, tarde o temprano, te llegaría el día. Que era cuestión de tiempo, nada más. Que te lo merecías. Que te lo mereces. Por haberte indignado. Por haber respondido cuando tocaba callar. Con la de casos que hay… Lo mismo no es que no te pudiera suceder a ti, sino que no era el momento, sin más. Hasta ahora." A partir de un suceso que vivió junto a su pareja, Javier Ruescas teje una historia adictiva que da voz a todos los implicados. Lo que pasó es más que el reflejo de la sensación de impotencia, rabia e indefensión ante una agresión que tuvo consecuencias inesperadas. Es también un grito que clama justicia y, ante todo, una historia de amor y de superación.
Lo que te diré cuando te vuelva a ver, la quinta novela de Albert Espinosa, nos introduce de nuevo en su particular mundo, a través de una narración trepidante, cargada de emoción y vida. «Las promesas se las lleva el viento, debemos evitar que sople.» En Lo que te diré cuando te vuelva a ver, Albert Espinosa construye un relato en el que un padre y un hijo emprenden juntos una búsqueda desesperada y valiente que llevará a los protagonistas a enfrentarse con su pasado. Una novela que atrapa, llena de valentía y acción, que emocionará por su original estilo, y que sorprenderá al lector por los giros inesperados de una trama única.
Es que todo es muy raro, en cuanto te fijas un poco. Lo raro es vivir. Que estemos aquí sentados, que hablemos y se nos oiga, poner una frase detrás de otra sin mirar ningún libro, que no nos duela nada, que lo que bebemos entre por el camino que es y sepa cuándo tiene que torcer, que nos alimente el aire y a otros ya no, que según el antojo de las vísceras nos den ganas de hacer una cosa o la contraria y que de esas ganas dependa a lo mejor el destino, es mucho a la vez, tú, no se abarca, y lo más raro es que lo encontramos normal.
Visto para sentencia: Un juicio pondrá al desnudo la vida, los sueños y los fantasmas de Paco, un muchacho abocado a la muerte. Tal vez el asesino no quería matar, y en cambio es posible que la víctima sí quisiera morir. Paco Marlow, un joven estudiante, halla la muerte una noche de verano en Madrid; en una época en que la droga, el paro y la delincuencia estaban a la orden del día. Así, los distintos personajes que testifican en el juicio irán recomponiendo el rompecabezas de un crimen que forma parte de un inquietante submundo urbano que tiene un lenguaje, un paisaje y un código de valores propios. Esta es una de las primeras novelas de Javier Reverte, que dio lugar a una serie de televisión y cuyo título es un homenaje a Lord Jim, de Joseph Conrad. La estructura de la novela procede de un caso real que el autor investigó como periodista.
LA TRATA DE PERSONAS, UNO DE LOS CONFLICTOS DESGARRADORES EN LA ACTUALIDAD ES EL TRASFONDO DE ESTA NOVELA, BASADA EN HECHOS REALES. Aurora y Verónica, las protagonistas, son unas jóvenes primas mexicanas, ilusionadas por convertirse en modelos y emprender una carrera exitosa. Cuando acuden a una agencia para mostrar sus fotografías, se abre para ellas una gran oportunidad profesional, imposible de dejar pasar. Deberán viajar a Japón, donde las modelos de origen latino son altamente cotizadas, en lo que parece el primer peldaño para construir un gran sueño. Al llegar al país oriental, descubren aterradas que han sido víctimas de un engaño. Ahora pertenecen, como esclavas, a la yakuza, la temible mafia que controla los negocios de drogas, armas, secuestro, prostitución y bares clandestinos. Bajo amenazas, obligan a las jóvenes a fingir, frente a sus familias, que están abriéndose paso con éxito en el glamuroso mundo de la moda, mientras ellas se encuentran en un infierno. Deberán descubrir el camino para poder liberarse y dejar atrás la pesadilla. Ernestina Sodi Miranda pone el dedo en la llaga al denunciar las redes criminales de corrupción, extorsión y secuestro que giran en torno a la trata de mujeres, y, sobre todo, logra reconstruir los complejos sentimientos, las reacciones y la psicología de quienes padecen estas formas de violencia. Una historia cruda y estremecedora que nos abre los ojos a un mundo oscuro, frente al que no podemos permanecer indiferentes.
Esta es la historia de Michele Angelo y Mercede y la de su estirpe, los Chironi, una humilde familia de herreros que progresa con el auge de la burguesía en la Cerdeña de finales del siglo XIX. La modernidad ha llegado a la pequeña villa de Nuoro, que se expande a pasos agigantados. Es la época de la fiebre de los balcones y los elegantes pasamanos, y la fragua de Michele Angelo bulle de actividad mientras la familia se multiplica. Primero llegan Pietro y Paolo, gemelos; después Giovanni, que nace verde como si lo hubiera expulsado un pantano; Franceschina nace muerta también. Y luego viene Gavino, que emigró a Australia; Luigi Ippolito, que murió en la guerra; y Marianna… Una prole de gentes buenas y sin pretensiones que el destino se empeña en querer borrar de la faz de la tierra. Con Estirpe, Fois inaugura la memorable saga de los Chironi, crónica minúscula y a la vez universal de la Cerdeña humilde, de cómo la historia siempre baraja mal las cartas para la gente sencilla y de una Europa que se tambalea bajo la Gran Guerra y la llegada del fascismo.
Vincenzo Chironi pisa por primera vez la isla de Cerdeña en 1943, el año del hambre y de la malaria. Consigo trae solo un viejo documento que certifica su fecha de nacimiento y su nombre. Por delante tiene un duro viaje hasta Nuoro, donde su abuelo Michele Angelo y su tía Marianna van a recibirlo como si de un milagro se tratase. Él es la esperanza de esta estirpe de herreros y por eso cuando conoce a Cecilia, que tiene «los ojos de un color que no se puede explicar», la rama de los Chironi parece florecer de nuevo. Solo lo parece… En esta segunda entrega de la saga, los Chironi siguen sufriendo, amando, levantándose y cayendo bajo las garras de un destino caprichoso y de una Cerdeña llena de luces y sombras.
Un rayo ilumina la noche y al instante cambia un mundo para siempre. Toca la casa de la familia Malaquias, y los padres ya no volverán a moverse. Parecen dormidos, y a su modo lo están, aunque eternamente. En otra habitación tres niños descansan en la paz de la oscuridad. Se han salvado, de algún modo. Al día siguiente sabrán que son huérfanos. Uno de ellos, el mayor, se quedará en el campo, trabajando de peón; los otros dos, una niña y un niño, irán a un orfanato.
A partir de esa escena inicial, Andréa del Fuego compone una novela conmovedora y mágica. Sigue la vida de sus personajes, sus inusuales derroteros desde la infancia hasta la adultez, pinta una aldea y su tiempo, en el Brasil rural de las primeras décadas del siglo XX. Que podría ser, también, un pueblo en Argentina o en cualquier otro país de América latina. La modernidad avanza y altera tradiciones ancestrales, el amor se abre paso y atenúa brevemente las durezas de la existencia, la imaginación y la fantasía son tantas veces indispensables para levantarse cada día y cobijar una esperanza.
Con una prosa exquisita, que tiene el encanto de la poesía, con una capacidad admirable para enhebrar diversas historias, Los Malaquias es una novela que produce un hechizo. Transporta a una tierra desconocida, de la que uno no quiere volver. Es una proeza literaria, un tesoro para ser descubierto.
La acción está ambientada en Ulloa, agreste región de Galicia, alrededor de 1866. El joven y recién ordenado sacerdote Julián Álvarez llega como capellán al poblado de Los Pazos, donde se levanta el castillo perteneciente a don Pedro Moscoso, de 30 años de edad, hombre licencioso, frívolo y desaprensivo, que ilegítimamente ostenta el título de marqués de Ulloa. En Los Pazos reina el más completo desorden y abandono. Los aldeanos roban impunemente al marquesado todo cuanto pueden. Quien verdaderamente manda y administra el solar es Primitivo, astuto labriego a las órdenes de don Pedro, que no ve con buenos ojos la llegada de Julián. La hermosa Isabel, hija de Primitivo, es la amante de don Pedro (y de cualquier campesino de los alrededores que la solicite), relación propiciada por su propio padre para tener así mayor dominio sobre el amo. De estos amores ilícitos ha nacido un niño, Perucho, de quien nadie se ocupa y por ello crece salvaje, sucio y solo. El sacerdote desaprueba tanto saqueo y libertinaje. Con no poco esfuerzo, convence a don Pedro de que abandone su vida viciosa, elija una mujer digna y la haga su esposa. La elección recae en Marcelina, llamada cariñosamente Nucha, virtuosa joven citadina y además prima del marqués. El matrimonio parece aquietar al principio el desenfreno de don Pedro, pero cuando a costa de su salud Nucha da a luz una niña y no un heredero varón, Moscoso, frustrado, vuelve junto a Isabel y al escándalo de sus antiguas costumbres. Esta conducta del marido atormenta y consume el ánimo de Nucha, quien finalmente muere de angustia y aflicción. Los Pazos de Ulloa, describe con realismo y fidelidad el ambiente y los caracteres, tanto el de los protagonistas como el de los personajes secundarios, el abad de Ulloa, el doctor Juncal —ejemplo de médico de aldea—, Perucho y los caciques que participan en la lucha electoral, entre otros. La sensibilidad de la autora ha captado el clima social de atraso, corrupción y pasiones primitivas que se vive en ese apartado rincón de Galicia, símbolo de la provincia española a fines del siglo XIX, pero sobre todo ha puesto énfasis en el elemento humano, la víctima de su instinto, del dolor o el desengaño. Novela intensa, amena, concebida con dominio de los efectos y escrita con estilo sencillo, es la mejor y más representativa de Emilia Pardo Bazán.
Esta es la historia de Los Pincheira, un grupo que, a caballo, asaltaba fincas y provocaba cuantiosos robos. Unos de los clanes más famosos de bandoleros que aterrorizaron a la Región del Maule en la década de 1820.
Émile Zola, fundador del naturalismo, compuso con «El vientre de París» la tercera novela del ciclo Rougon-Macquart, que escribió entre 1871 y 1893, con el que erigió un sorprendente y completo relato de la vida francesa, especialmente de la parisina, durante el Segundo Imperio. «El vientre de París» puede definirse como un gran bodegón. Al retablo costumbrista del París del XIX que Zola fue desgranando en las dos primeras novelas de este ciclo, une en ésta la pintura de uno de esos cuadros donde se exhiben carnes, verduras y pescados con una riqueza lujuriante de hambre satisfecha. La novela transcurre en el Mercado Central de París, recién inaugurado en la época en que acontecen los hechos como parte de las reformas destinadas a cambiar París entero, para borrar de sus calles el recuerdo de las revueltas republicanas. Pero el Mercado no es sólo el teatro donde se desarrolla un episodio más de la saga Rougon-Macquart, sino un personaje más que, enorme, marca con su pulso de bestia fabulosa el ritmo de la vida de los Macquart.
La figura de Émile Zola (1840-1902), célebre por su defensa de los derechos humanos en el «asunto Dreyfus», ha pasado a la historia de la literatura no sólo como el fundador y teórico del naturalismo, sino también como un vigoroso narrador del clima social y político de su época. Los Rougon-Macquart es como —indica su subtítulo— la HISTORIA NATURAL Y SOCIAL DE UNA FAMILIA BAJO EL SEGUNDO IMPERIO; esto es, el período que transcurre entre la coronación de Napoleón III en 1852 y su destronamiento tras la guerra franco-prusiana de 1871. Los componentes de ese amplio grupo familiar, determinado por los rasgos fisiológicos de su tronco común, «salen históricamente del pueblo, irradian por toda la sociedad contemporánea, ascienden a todas las posiciones, gracias a ese impulso esencialmente moderno que reciben las clases bajas en marcha a través del cuerpo social, y narran así el Segundo Imperio, con ayuda de sus dramas individuales, desde la celada del golpe de Estado hasta la traición de Sedán». Tras «La fortuna de los Rougon», «La jauría» y «El vientre de París», «LA CONQUISTA DE PLASSANS» es la cuarta novela de la serie; al igual que las demás piezas de ese vasto fresco, puede leerse de forma independiente.
«La culpa del abate Mouret», aunque poco conocida, es una de las mejores novelas del padre del Naturalismo. Lejos de responder al dictado de la etiqueta normativa al uso, que define ese movimiento literario como una mera y complacida exposición de la abyección humana, esta novela recupera explícitamente, más aún que otras, una gozosa y fructífera filiación de la escritura zoliana con el espíritu «naturalista» primigenio del siglo XVIII. El resultado es una obra maestra en la que ese apelativo literario cobra todo su sentido. No menos anclada que las demás novelas del autor en los parámetros sociohistóricos de su tiempo, «La culpa del abate Mouret» presenta una reflexión sólida y crítica sobre ciertos aspectos de sociología religiosa, en particular sobre la figura del sacerdote, el celibato y los seminarios en el último tercio del siglo XIX. Pero el genio de Zola crea también un gran conflicto íntimo del cuerpo y el alma que tiñe el relato de vibrante dramatismo. Y, sobre todo, como ya señaló en su día el gran poeta Mallarmé, en opinión desgraciadamente poco valorada, dota a la narración de un vuelo metafórico que la convierte en un gran poema.
Sexto volumen de la serie Rougon-Macquart que fue publicado inicialmente, en forma de folletín, en el periódico «Le Siècle» desde el 25 de enero hasta el 11 de marzo de 1876. En este libro, según sus propias palabras, Zola penetra en las «costumbres políticas» del Segundo Imperio. Los personajes están cerca del poder: ministros, diputados, altos funcionarios. La acción se extiende desde 1856 hasta 1861.
Pot-Bouille es el décimo volumen de la serie Rougon-Macquart. La palabra «pot-bouille» designaba en el siglo XIX, en lenguaje coloquial, la cocina doméstica ordinaria, básicamente sinónimo de cotidiana. Pero no es cuestión de cocina, si no en sentido figurado: Zola quiere en efecto, mostrar el reverso del decorado de un gran inmueble de París donde, detrás de una fachada de lujo, viven unas familias burguesas cuyo comportamiento diario es tan poco apetitoso como un caldo mediocre, una «olla hervida».
Décimo segundo volumen de la serie Rougon-Macquart, esta novela contrapone el personaje de Pauline Quenu (hija de Lisa Macquart, que aparece por primera vez como una niña, en «El vientre de París») que ama la vida aunque ésta no le de ninguna satisfacción, al de Lázaro, ser veleidoso e indeciso, consumido por el miedo a la muerte.
Este décimo quinto volumen de la serie Rougon-Macquart, es sin duda uno de los más impactantes. Zola presenta un retrato feroz del mundo campesino de finales del siglo XIX, codicioso, devorado de una pasión por la tierra que puede llegar hasta el crimen. Toda la obra está impregnada de una bestialidad capaz de conmocionar a los lectores de la época, ya que los apareamientos de animales alternan con los de los humanos, que a su vez se caracterizan por una gran precocidad y una brutalidad que a menudo llega hasta la violación. Desde su publicación, «La Tierra» ha generado violentas controversias, ilustradas en particular por el «Manifiesto de los Cinco», artículo publicado en «Le Figaro» por cinco jóvenes novelistas que aconsejaron a Zola que consultara al Dr. Charcot para curar sus morbosas obsesiones.
Una novela sobre el capitalismo y las altas finanzas, sobre el funcionamiento de la banca y de los mercados de capitales, inspirada en un hecho real: la quiebra de un famoso banco. Alrededor de este hecho la novela nos cuenta la vida de una serie de personajes, sus ambiciones, sus amores y problemas. Pasiones individuales y de grupos: los conservadores católicos contra el capital judío. El papel de la masonería. Y en medio, historias familiares, ruinas, adulterios, sobornos. Émile Zola era un convencido positivista que estimaba a la razón como uno de los instrumentos para generar el progreso. El conocimiento científico derivado del entendimiento permitiría conocer a la naturaleza y a los hombres, con la intención de regularlos para lograr una armonía entre ambos y conseguir el crecimiento. De esta manera surgiría una sociedad justa y libre. No obstante, en esta evolución existían barreras a eliminar, como el clericalismo, el militarismo y el capitalismo. Las «tres plagas» impedían la constitución de la forma de gobierno republicana porque mantenían un pensamiento fanático, privilegios corporativos y, sobre todo, erigían a la usura como valor primordial. Para Zola la manera de superarlas era denunciar sus lacras, lo que hace a través de narraciones como «Germinal», «La taberna», «Verdad, Justicia», y «El dinero». En «El dinero», Zola presenta el ascenso y caída del financiero Saccard. El protagonista, bajo la sombra de un hermano dedicado a la alta política, logra convencer a varios adinerados para que participen en la creación del Banco Universal. La institución atrae a los inversionistas por los amplios proyectos de desarrollo para algunos países del Oriente presentados por sus funcionarios. La promesa de obtener considerables ganancias capta no sólo a grandes agiotistas, sino a la gente sencilla ilusionada por acrecentar rápidamente sus ahorros. El hábil Saccard, además, maneja a la prensa y a ciertos agentes para aumentar el precio de los valores bancarios. La mayor acumulación es indispensable para invertir en los programas y generar los intereses prometidos. La especulación llega a tazas altísimas, por la avidez de los banqueros, hasta que los usureros se dan cuenta del juego y a través de ventas accionarias provocan la quiebra del banco. Con la caída, miles de personas de todas las clases sociales pierden su dinero y varias empresas desaparecen. Las consecuencias son desastrosas para la economía, pero también para los individuos que viven tremendos dramas personales y familiares. En esta novela, Zola cuestiona el papel del dinero. La sociedad capitalista erige la moneda como el símbolo del poder y de la importancia. Aquellos que lo poseen no sólo pueden satisfacer sus necesidades, sino comprar los servicios de otros hombres. La adquisición les permite llevar una vida reposada y prestigiosa a los ojos de los demás. La situación de privilegio provoca un deseo por concentrar cuyo efecto es el conflicto. El enfrentamiento lleva a la irracionalidad, en donde unos pocos triunfan y muchos se arruinan. La inestabilidad y la desigualdad resultante impide el progreso equitativo planteado por los positivistas y socialistas. «El dinero» es una de las novelas más radicales de Zola y su lectura permite comprender los maquiavélicos mecanismos que rigen a las bolsas de valores y la locura de quienes participan en ellas. Además, denuncia el carácter de ese nuevo mundo; así, uno de los personajes centrales «tuvo entonces la brusca convicción de que el dinero constituía el estiércol en medio del cual surgía aquella humanidad del mañana». Novela clásica cuya lectura será redituable para cualquier lector. Jorge Munguía Espitia