Tex Avery sigue siendo, hoy en día, un cineasta relativamente poco conocido, y aún menos estudiado, como de hecho lo son, salvo algunos casos muy concretos, la mayoría de los realizadores cinematográficos que han escogido el arte de la animación como medio de expresión. El cine de Avery jugaba con elementos de la cultura popular y contaba historias humorísticas dirigidas a un amplio y heterogéneo público, no necesariamente infantil como erróneamente se tiende a creer. Avery fue un director de "cartoons", cortometrajes de animación destinados a ser proyectados en la gran pantalla de una sala cinematográfica como prólogo a las películas de largometraje con actores reales.
En definitiva, la de Tex Avery no es una obra aislada e intrascendente dentro del contexto de la historia del cine de animación, sino que representa una de las influencias más poderosas y significativas en la filmografía de un considerable número de animadores y realizadores tanto contemporáneos como posteriores a él.
Mágica, cautivadora, inolvidable. Un rincón llamado hogar Un mágico atardecer en Texas Érase una vez en Texas Zooey acaba de ser traicionada por el amor de su vida. Rachel está enamorada del marido de su hermana. Titi ha enviudado recientemente y está arruinada y muy cabreada con el difunto. Las hermanas Patton no pasan por el mejor momento. Ni siquiera se llevan bien las unas con las otras. Pero son familia y tendrán que joderse y superarlo, ¿no? En eso consiste la vida, en afrontar los miedos y las pérdidas, crecer como seres humanos y, por supuesto, volver a amar. Y a ver quién es la lista que consigue no enamorarse de los tres vaqueros más sexys de todo Texas... Tres historias de amor tan reales como la vida misma. Porque todos merecemos una segunda oportunidad.
Al crecer como esclava de TerraLink, siempre supe lo que me esperaba... excepto que el salvaje señor supremo alienígena no lo era. Tenía ocho años cuando mis padres me dejaron con un: “¡nos vemos, que tengas una buena vida!”. Y pasé casi veinte años de entrenamiento, preparándome para el papel de una novia alienígena. Y luego ningún alienígena me quiso, y mis “años de entrenamiento” se convirtieron en “años de limpieza”. Ahora, estoy destinada a vivir en la sede de TerraLink para siempre, pagando una deuda de por vida que mis padres esperaban que me sacaría de esta roca. Genial. Pero luego tienen que ir a buscar en este planeta lleno de alienígenas que nunca han oído hablar de los humanos, solo quieren que las mujeres lleven a sus herederos, y resulta que soy compatible. Al diablo con la limpieza de los inodoros: salgo de esta roca y me envían a un planeta donde resulta que no tienen ninguno. Aseos, quiero decir. Al menos no del tipo convencional. Los salvajes nómadas de Mortyr están muy lejos de mis entrenamientos, lo que supongo que está bien, ya que estoy aquí solo por una cosa, y por el bulto en los pantalones de Kellior está tan emocionado por eso como yo. Caramba, estos alienígenas están llenos de sorpresas. Lástima que alguien no me quiera aquí. Supongo que será mejor que aprenda sus costumbres antes de que Kellior se vuelva salvaje en más de un sentido.
Cuando te llevan de regreso desde un planeta porque no quieres acostarte con un vil alienígena, te envían a las Minas de Sal..., y si eres yo... encuentras una manera de salir de ellas. Llámame loca, pero soy la única chica en esta roca que no quiere simplemente buscar un nuevo maestro alienígena porque pagaron “buenas monedas” por mí. Prefiero elegir mi cita. Probablemente por eso me enviaron de regreso a la Tierra y, debido a la deuda de mi viaje interestelar, aterricé en las Minas de Sal. Una sirviente contratada por el maldito programa TerraLink y todas sus promesas vacías. He intentado durante años aguantar al hombre, por eso cuando vi caer una nave del cielo, supe que era más que mi boleto de salida de esta roca. Si tan solo no estuviera tripulada por un alienígena de ojos acerados, músculos palpitantes y una herida, a la que mi amiga de las minas se refirió como estar en la zona sexy. ¡Buena descripción! Zona sexy de hecho... ¡Maldita sea! Debo concentrarme en la tarea. Robarle esa nave al tipo, arruinar TerraLink, salir de esta roca para siempre. Fácil. Si tan solo el señor Alienígena se interpusiera en mi camino parecería que sus abdominales y él podrían resolver todos los problemas del mundo.
Victoria jamás había pensado en el heroísmo. Eso implica valentía, ser capaz de tomar la decisión adecuada en una fracción de segundo. La que salve una vida inocente, la que consiga cambiar la situación cuando todo parece perdido, la que impida que un amigo apriete un gatillo… Ella ha fracasado en todo eso. Ahora, tras su paso por la Colmena todo parece desmoronarse y ella y sus amigos tendrán que volver a preguntarse qué están dispuestos a sacrificar para proteger a quienes quieren. Pero, ¿qué pasa si no tienes elección? ¿Sigues siendo un héroe? ¿Y si empiezas a encontrar esperanza en tu mayor enemigo? ¿En qué te convierte eso? Las decisiones se vuelven cada vez más difíciles. El mundo ha dejado de ser seguro. Y Victoria está a punto de descubrirlo.
¿Existe la paz para los guerreros? ¿Un cielo en el que no te juzguen por lo que has hecho? ¿O ya está condenada al infierno? Poco queda ya de la chica que era antes de entrar en La Colmena. ¿Qué fue de sus sueños e ilusiones? ¿Del sentimiento de seguridad?
Nada de eso existe ya.
La soledad se expande a su alrededor como una enorme onda expansiva, y la ansiada paz se escapa entre sus dedos cada vez que intenta alcanzarla.
Ni siquiera puede permitirse llorar a los que ha perdido porque aún tiene que conseguir su misión: encontrar a su familia. Recuperar los retazos de lo que aún considera su hogar.
Sin embargo, la realidad es más cruda y fea de lo que piensa y las peores decisiones aún están por llegar. Por el camino, ha empezado a encontrar refugio en el lugar más inesperado. Y, también, equivocado. Porque es el equivocado, ¿verdad?
La chica anterior a la Colmena lo sabría. La Victoria de la Colmena le advertiría. Pero esa chica ya no está. Y ya es demasiado tarde. Las dudas hacia él nunca han estado más justificadas, pero no hay nada más peligroso que alguien que ha perdido la esperanza.
El mundo, su mundo, se ha vuelto aún más oscuro. Confiar, más peligrosos que nunca, y Victoria ha comprendido que no existen fronteras entre lo correcto y lo incorrecto. Solo la lucha por la supervivencia. Eso, y no perder el alma en el camino.
Y es que la paz nunca ha estado tan lejos de su alcance.