Ambientada en un universo cercano a lo surreal, típicamente representativo de la vida y de la obra de Boris Vian (1920-1959), «La espuma de los días», calificada en su día por R. Queneau como «la más desgarradora novela de amor contemporánea», narra dos historias de amor paralelas protagonizadas por unos personajes de alma adolescente —distintas manifestaciones, en realidad, de una misma y única pugna: la de la pureza frente a un mundo hostil—. Sorprendidos primero, y luego superados por la lógica absurda de unos acontecimientos que no controlan —trasunto, en último término, de la lógica que rige la vida—, Colin y Chloé, Chik y Alise, asisten con impotencia a su inexorable y, a la postre, brutal expulsión del paraíso, revelándose la novela finalmente como la fúlgida y dolorosa metáfora de la destrucción de la inocencia.
Esta figurilla maravillosamente ejecutada por un artista, representando un desnudo de mujer completamente aterrorizada, fué la clave del asesinato brutal de tres mujeres. ¡Y el modelo para esa figurilla trágica, era la misteriosa muchacha a quien Guillermo Sweeney, amaba! Sweeney era un veterano periodista y reportajista de Chicago, que jamás se había enamorado. Pero cuando entre otros nocturnos curiosos miró a través de las puertas de aquél edificio de apartamentos y vió a la misteriosa mujer con una herida sangrante, su corazón dió un vuelco. En el vestíbulo del edificio, tambaleante y medio desnuda, estaba la hermosa mujer rubia hermosa hasta lo increíble, desde la cima de su cabellera hasta la punta de los dedos de sus pies, de uñas exquisitamente pintadas. Y al lado de ella, su perro policía mostrando los feroces colmillos a la multitud curiosa. Cuando los ojos de Sweeney se cruzaron con los de la muchacha, el periodista tuvo la sensación de que ya su destino quedaba para siempre ligado al de ella. Para salvar a la muchacha del destripador que aterrorizaba Chicago, Sweeney lanzóse a descubrir la estatua, clave de tres asesinatos, y esa aventura situó al periodista cara a cara con la muerte y el más sorprendente desenlace.
Las novelas de Fernán Caballero tenían un carácter eminentemente didáctico, preconizando una férrea moral y alabando la vida pobre pero honrada del pueblo andaluz. Concebía sus novelas como documentos que reflejaban fielmente la vida cotidiana. Para ella la trama era el marco porque lo interesante era el ambiente. Esto se refleja también en los personajes que no tienen una evolución o desarrollo sino que son prototipos. Este afán de adoctrinamiento moral fue duramente criticado ya en vida de la autora y sus obras levantaron una gran polémica que respondía a posturas ideológicas y no literarias, reflejo de la situación de división en la sociedad española. Esta obra, ambientada en la ciudad sevillana de Carmona es fiel reflejo del estilo de Fernán Caballero.
En un lenguaje que emula el estilo directo, explícito y fiel a los datos del reportaje, en “La estrella del reportero” Slocovich pasa del muchacho sin suerte convertido en una estrella de televisión por razones meramente circunstanciales al reportero veterano cuyo olfato por una primicia lo vuelve en una leyenda mundial. Describe la frustración de un joven aspirante a escritor al que se le asignan notas frívolas que debe cumplir, y narra las peripecias por las que pasa un periodista que, para satisfacer las exigencias de su editor, termina persiguiendo fantasmas. El conjunto cierra con un relato a modo de fábula, en el que un corresponsal sacrifica su carrera, a lo mejor sin querer, por defender los valores del periodismo en el que cree y lo trasciende. «La diferencia entre ficción y no ficción no es tan grande. Lo que las distingue y separa es que una tiene que decir la verdad y la otra puede imaginarla», afirmaba Gay Talese, padre del nuevo periodismo, en una entrevista. Pero a veces, esa verdad imaginada se insinúa como más reveladora que la realidad misma. Iván Slocovich parece entenderlo y convierte su propia experiencia como hombre de prensa en relatos ficcionales que captan de manera elocuente los pormenores, frustraciones y victorias de su oficio.
En este cuento lírico o poema narrativo en prosa vemos al otro Schwob, el narrador de historias de «Le Roi au masque d’or» y «Coeur double», si bien con un matiz que no se encuentra en los relatos de esos libros. «La estrella de madera» es un cuento de niños para adultos o un cuento de adultos para niños. Prueba así que Schwob no es una figura de ayer sino un escritor de hoy y para mañana.
Divertido, inteligente, rápido, ameno, dotada de humor inglés, negro y a veces surrealista. Así podríamos describir este libro de Beryl Bainbridge, una de las escritoras inglesas más importantes de este siglo. Se trata de una historia acerca de dos mujeres inglesas que trabajan en una fábrica italiana de embotellado de vino y que un buen día se van de excursión con sus compañeros de la fábrica, inmigrantes italianos humildes, a pasar el día a Windsor. Del argumento poco más podemos contar. Del cadáver, tampoco. «Luego de volver la última página de La excursión de la fábrica de botellas el lector no puede hacer otra cosa que quedarse boquiabierto y buscar la palabra justa. Una atmósfera como ésta, de inminente perdición, no había sido creada desde Brighton Rock… excepto que Beryl Bainbridge es implacablemente cómica en vez de (como Graham Greene) implacablemente virulento. Capaz de ir sumando los más asombrosos detalles, domina de tal modo este maravilloso relato que el lector está pendiente de cada una de sus palabras, desde la primera hasta la última. Qué originalidad, qué placer». Ronald Blythe, Sunday Times «Una historia horripilante y tremendamente divertida». Graham Greene
La exhibición de atrocidades anticipa la trilogía urbana de J. G. Ballard ( Crash , La isla de cemento y Rascacielos ) y es el más obsesivo de sus libros. Los distintos episodios, «novelas condensadas» los llamó su autor, se suceden como variaciones de los terrores post-nucleares que asaltan todas nuestras pesadillas, con un protagonista que va cambiando de nombre y de papel (médico, piloto de bombardero, asesino de presidentes, víctima de un accidente de coche, psicópata). La pesadilla y la realidad se superponen, y la historia es vista con distintos lentes: la crudeza de un noticiario filmado en un matadero mental, o el desapego preciso y clínico de un informe científico.
Cuento, pieza teatral o libreto de ópera, esta nueva obra de Magris, escenifica el destino del pintor triestino Timmel, que murió en un manicomio. Los trazos de su vida errante se reconstruyen a través de coros de voces y de cosas que dicen las verdades demenciales del mundo, en una forma que es al mismo tiempo triestina y universal. Un texto violento, visionario y tragicómico, es la historia de un hombre que busca salvarse en el olvido y se debate en la contradictoria necesidad de matar el pasado y de hacerlo vivir, de amar la vida y de sofocar este amor que tanto dolor provoca, enfrentándose con la existencia a la vez fascinante e insostenible, con sus astillas de poesía y su tormentosa infelicidad.
La importancia de Villiers de l’Isle-Adam (1838-1889) es absolutamente incuestionable dentro de la historia de la literatura fantástica francesa, pues en él vienen a unirse dos corrientes, dos concepciones literarias bien distintas: el realismo (frecuentemente el más crudo) y el simbolismo (a menudo el más etéreo).Sus famosos Cuentos crueles (1883) ilustran en buena medida esta doble pertenencia. Algunas de sus obras, recordemos aquí La Eva futura (1880), son precedentes y anuncian la moderna literatura de anticipación. La extraña historia del Doctor Tribulat Bonhomet (1887) es un libro raro, inquietante, que hace sentir siempre al que lo abre una secreta e irreprimible aprensión.
Ensayo, Ciencias sociales, Idiomas, Memorias, Otros
«La extraña odisea. Confesiones de un filólogo clásico» es un libro sorprendente, divertido, ágil y maravillosamente escrito. Bajo la apariencia del relato autobiográfico de un alumno primero y profesor de lenguas Clásicas después, La extraña odisea es una extraordinaria hoja de ruta para cualquiera que pretenda emprender con éxito el aprendizaje del latín y el griego. El libro podría muy bien haberse titulado «Cómo aprender latín y griego y no morir en el intento», pues a través de sus propias vivencias y con gran sentido del humor, el autor da un repaso a las dificultades y sinsabores con que se enfrentan los estudiantes de latín y griego en su aprendizaje. Pocos serán los filólogos clásicos -veteranos o más jóvenes- que no se sientan identificados con muchas de las situaciones a las que se refiere el autor, y pocos lectores no se sentirán contagiados de su pasión, su amor y su entusiasmo por la Filología Clásica. Una obra imprescindible para comprender de la forma más amena posible, los diferentes enfoques didácticos de la enseñanza del latín y el griego a lo largo de la historia (la vía de los humanistas, gramática y traducción, método natural, Reading, Orberg, enfoque comunicativo…) y conocer todo un mundo de posibilidades vivas y muy vigentes (el griego moderno como vía para aprender el antiguo, los Circuli Latini, la Academia Vivarium Novum, los cómics en latín…) que el autor nos ofrece a través de este extraño peregrinaje que son sus recuerdos y experiencias como filólogo clásico. Una lectura apasionante para cualquier persona interesada en el mundo de la cultura con mayúsculas e imprescindible para todo estudiante o profesor de Filología Clásica.
Una fábula sobre el regreso al hogar en épocas de ambición e impostura. Cuando Sansón Berlín, ministro de cultura por accidente, hace un día mutis por el foro, la atención se dirige a su pueblo natal. Quizá ahí se encuentren las claves de su errática trayectoria. A orillas del Atlántico, parapetado entre acantilados y playas turquesas, se levanta un pequeño pueblo donde la vida se va en contar sardinas, melones y botellas de aguardiente. De entre todos los habitantes del lugar, uno destaca por su ambición. Es Sansón Berlín, el hijo de una modista alegre y un contable triste, quien desde su más tierna infancia anuncia al mundo su intención de brillar. La flecha del destino lo arrastrará por medio planeta, de las redacciones de periódico a los escaños del parlamento, pasando por pegajosos clubs de Las Vegas y las montañas prístinas del Canadá. Sin embargo, clavada en su corazón siempre estará laimagen de una infancia mágica y austera. Y de la dolorosa historia familiar que le hizo huir para no regresar. Les presentamos a los Berlín, herederos andalusíes de las sagas familiares de Saul Bellow y Gabriel García Márquez. También son primos, por parte de madre, de Wes Anderson, y por parte de padre, de José Luis Cuerda y Los Planetas.
Cerca de Wandlebury, el pueblo en torno al cual gira la saga de la señorita Buncle y Las cuatro Gracias , hay otro pueblecito, Ashbridge, donde la gente «tiene algo isabelino» y es «sencilla y valiente». En las afueras se alza Villa Vitoria, que un capitán mandó construir «después de luchar en la batalla de Vitoria y contribuir a la expulsión de José Bonaparte de España». Ahora esta romántica casa de campo es famosa por su jardín florido y por la hospitalidad y buen humor de su residente, Caroline Dering, viuda de un hombre a quien solo se recuerda por su antipatía y fatalismo, y madre de tres hijos. Corren los tiempos de la inmediata posguerra: las heridas de la Segunda Guerra Mundial aún no han cicatrizado, el racionamiento limita la vida e impone el ingenio o la resignación, y el pueblo sirve de refugio a seres atormentados por la reciente experiencia, como el señor Shepperton, que se instala en la posada del pueblo con un trágico y misterioso pasado a cuestas. El señor Shepperton hace buenas migas enseguida con la señora Dering… pero esta no cuenta con que la llegada de su hermana Harriet, célebre actriz de los escenarios londinenses, pueda complicar las cosas.
En Villa Vitoria (1949) volvemos a encontrar el gusto de D. E. Stevenson por la comedia campestre y por las «dificultades» de pequeños personajes que «se parecían mucho a las del ancho mundo, pero vistas desde el otro lado del telescopio»
Un escritor inmerso en un bloqueo creativo decide llevar a cabo una acción desesperada: el tema de su próxima novela será la vida de la primera persona que se encuentre por la calle. Así entra en su vida Madeleine Tricot, una anciana encantadora dispuesta a hablarle de sus secretos y heridas: del matrimonio y la viudedad, de su trabajo como costurera para Chanel durante la época dorada de Karl Lagerfeld, de la dispar relación con sus dos hijas. Valérie, la mayor de ellas y que vive en el mismo barrio, duda de las intenciones de este escritor, pero decide que puede ser una buena terapia para su madre. Y no solo eso: para que pueda continuar con su tarea, exige al escritor que la incluya a ella en la historia que está esbozando, así como a todos los miembros de su familia, la familia Martin, atravesada tanto por el amor como por el agotamiento de la rutina. Poco a poco los hilos de todas estas historias se van enredando en una madeja de recuerdos, anhelos, rencores, emociones que parecían perdidas y otras que, con suerte, pueden ser recuperadas.
Con prólogo del duque de Rivas, «La familia de Alvareda» (Madrid, 1856; la primera novela escrita por su autora según Latour) colocó a Fernán Caballero, seudónimo de Celia Böhl de Faber y Larrea (1796-1877), en los primeros puestos de la novelística española decimonónica, en sana competencia con sus cultivadores del sexo opuesto. Antes que situar la trama en los salones pedantes donde la autora estaba, por nacimiento y nupcias, llamada a desenvolverse, escoge un ambiente netamente rural donde desarrollar las escenas, costumbristas y realistas, alejadas de cualquier sofisticación y sometidas a rigores atávicos. Sus personajes, como imagen de la España profunda, a los que dota del caudal aforístico que iba colectando de primera mano, son seres humildes subyugados al designio de las nubes y de las cosechas, trabajo penoso que enardece su orgullo y los ennoblece. Y donde, asimismo, los instintos, primarios, sin pulir, afloran ante cualquier detonante emocional.
«La masturbación es una de las primeras manifestaciones de arte del ser humano. Nace del deseo, se nutre de la transgresión, es absolutamente auténtica y la puesta en escena se efectúa sin la menor dependencia de opiniones ajenas». A partir del autoerotismo como reencuentro y afirmación de nuestra individualidad, el autor desarrolla un provocativo desafío al ejercicio de la libertad. «El hecho de estar en pareja con uno mismo, es una posibilidad apasionante».
En este libro, Alain de Botton trata sobre cómo debemos aprender a amar después de enamorarnos
La historia de Rabih y Kristen se parece a la de muchos: una mujer y un hombre se encuentran, se enamoran y al cabo de poco tiempo se casan. Aquí podría acabar la novela con un «…y vivieron felices comiendo perdices», pero en realidad este es el momento en que empieza el verdadero viaje, la fatiga del amor.
Entendámonos: cuando Alain de Botton habla de fatiga, no piensa en el hastío y el cansancio que siguen al momento mágico del enamoramiento. Al contrario, nos invita a considerar la vida de pareja como un trabajo que exige voluntad, constancia y mucho sentido del humor, porque a menudo una mujer y un hombre están de acuerdo sobre lo que más importa, pero en los pasillos de IKEA pueden desencadenarse auténticas tormentas.Siguiendo las andanzas de Rabih y Kristen vamos a disfrutar de un sabroso tratado sobre las relaciones conyugales, una novela insólita donde Freud y Montaigne a veces también piden la palabra. Aquí quizá no haya tanto lugar para la pasión romántica, pero en ese transcurso de los días cabe que encontremos ocasiones, momentos espléndidos que nos compensen de tanta fatiga.
La vasta obra narrativa de Henry James, innovadora e iniciadora de nuevas técnicas, dio a la novela del siglo XX una de sus características distintivas: la experimentación. Entre los títulos significativos de su etapa de madurez destaca La figura de la alfombra (1896), traducida por primera vez al castellano por Enrique Heguewicz, es una reflexión acerca del quehacer novelístico en la que James convierte el tema de las relaciones del artista con su propia obra en el paradigma del esencial tema de la integridad humana. Apasionante, concisa y densa obra maestra, con la ironía, el refinamiento estilístico y el detenido examen de caracteres y hechos habituales en James, muestra claramente sus técnicas preferidas: el celebrado «punto de vista», el juego de la ambigüedad, la admirable precisión constructiva… El protagonista de La figura de la alfombra, joven crítico a la busca de la secreta intención general que subyace en la obra de Vereker, el escritor que más admira, no sólo narra su previsible fracaso para obtener la clave del secreto que codicia: narra la búsqueda infructuosa de una respuesta. Pero ¿cuál es el secreto de Vereker, la hebra en la que se engarzan todas sus perlas? ¿Qué se esconde tras el fascinante entramado de La figura de la alfombra?
La flor de la adelfa puede llegar a ser venenosa… como el amor de una madre. «La flor del mal» narra la inolvidable historia de Astrid, una muchacha cuyo paso por innumerables casas de acogida, cada una un universo con sus propias leyes, peligros y lecciones que aprender, acaba convirtiéndose en un viaje iniciático. Basada en el aclamado «best-seller» de Janet Fitch, «La flor del mal (White Oleander)» nos muestra los diferentes pasajes y experiencias que llevarán a la protagonista a perder su inocencia, pero también a descubrir la esencia de la vida y la verdadera independencia. Todo empieza cuando Ingrid, la descentrada pero atractiva madre de Astrid, mata a su novio cuando este se dispone a abandonarla. Desgraciadamente, su única hija, Astrid, está presente cuando la policía la arresta. Este suceso marcará para siempre de la vida de ambas. De pronto, Astrid se encuentra sola en el mundo. Ingresada en varias casas de acogida, Astrid debe endurecer su carácter para luchar y sobrevivir en ese mundo al que ha sido arrojada. Intenta desesperadamente crearse una nueva identidad dentro de ese ambiente hostil y en constante movimiento. Lo único que no cambia en la vida de Astrid es la poderosa influencia que Ingrid sigue ejerciendo sobre ella. Durante el lapso de tres años que marca la transición entre niña y adulta, Astrid debe aprender el valor de la independencia y la determinación, la furia y el perdón, el amor y la supervivencia, para librarse de su oscuro pasado.
Cuatro son los hilos que anudan la trama de esta historia: los secretos del pasado, un objeto perdido, una madre excesiva y un hombre misterioso.Itziar, Laura y Teresa son tres hermanas de una familia acomodada de Madrid. Se parecen físicamente, pero ahí no se acaban las coincidencias: las tres esconden un drama particular íntimo que las hace sufrir y gozar.Un día, Itziar, la mayor, se encuentra con Iñaki, un amigo de la infancia. Su irrupción en el escenario familiar transformará radicalmente las vidas de las protagonistas. Una única realidad vista por estas hermanas como si fuera distinta. Una trama que avanza movida por sus conflictos y sus pasiones.Una historia imprescindible para entender el silencio sobre el que se construye la normalidad de las familias. Un libro sobre la vida de cuatro mujeres, escrito por una mujer, en el que muchos hombres descubrirán una sabiduría que ignoran.