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Bolsilibros - Servicio Secreto 852. Algo más que un atraco, de Burton Hare

Intriga, Policial, Novela

Habían caído en una emboscada y no tenían salvación posible. Sus uniformes negros se confundían con la oscuridad de la noche, pero les tenían cercados. Iban a morir y de eso no cabía duda. Por fin, aquellos monos amarillos iban a salirse con la suya. Las ráfagas de las ametralladoras retumbaban en la inmensa selva. Las balas aullaban a su alrededor, tronchando el follaje, abatiendo las ramas y, de vez en cuando, horadando los cuerpos que se acurrucaban buscando una salvación que les estaba negada… Y él no quería morir. Era una sensación curiosa aquélla. Había pensado muchas veces en la muerte… les habían enseñado a pensar en ella y a mirarla casi con desprecio. No quería morir. Pero no tenía escapatoria. De momento, podían mantener a aquellos macacos a distancia gracias a sus formidables armas automáticas, pero cuando ellos empezasen a emplear los morteros que no podían tardar en entrar en acción… bueno, el asunto estaría acabado. Las explosiones…


Bolsilibros - Servicio Secreto 854. Operación Kasbah, de Frank Caudett

Intriga, Policial, Novela

Las calles olían mal. A mezcla de escombros, orín, excrementos, animales muertos en estado de descomposición y toda clase de porquerías no imaginables. El ambiente de aquel barrio misterioso, sombrío y mezquino, último baluarte de una civilización que en su mismo cénit encontrara el ocaso, era denso y agobiante como doscientos años atrás. La vida de aquellos seres podía decirse que seguía igual. La lucha por la subsistencia seguía siendo tan primitiva como entonces. Frankie McCasland giró la cabeza levantando los ojos hacia el «Mirador de Europa».


Bolsilibros - Servicio Secreto 855. La hora negra, de Alf Regaldie

Intriga, Novela, Policial

Charles Lawford pensó que las prisiones siempre resultaban deprimentes, aunque sus constructores procurasen darles cierta alegría al hacerlas. Había hecho, Charles, los planos para un gran sanatorio dedicado a enfermos nerviosos y dirigía su construcción personalmente para que no pudiesen desvirtuar lo que había plasmado en los planos. Y pese a la alegría que había logrado darle, resultaba triste, simplemente, al pensar al fin a que estaba destinado. Y las prisiones eran peores. Sentía más lástima aún por los delincuentes que por los pacientes afectados por enfermedades nerviosas o mentales. Estaba entregado a tales pensamientos cuando apareció Paul Gray, el veterano arquitecto.


Bolsilibros - Servicio Secreto 857. Un lugar donde morir, de Burton Hare

Intriga, Policial, Novela

El investigador privado David Curtis, viaja por la carretera camino de Tampa, cuando en las inmediaciones de Merryland City se ve sorprendido por un gran despliegue policial controlando las carreteras de acceso a la pequeña ciudad. Después de atravesar la población y al continuar viaje hacia el sur, ve interrumpida su marcha por un control policial. Sin ningún tipo de explicaciones los agentes que lo integran revisan concienzudamente todo el coche incluyendo el maletero. Al no recibir ninguna respuesta a sus preguntas por el motivo del registro, continua su marcha, alterado por el brusco comportamiento de los policías, en busca de un motel donde pasar la noche.A los pocos kilómetros ve una figura en el borde de la carretera que agita desesperadamente los brazos para llamar su atención. Es una hermosa muchacha, muy joven unos veinte años. La recoge en su coche y ante sus preguntas, le dice llamarse Valery, se dirige a Tampa y se encuentra en un gran apuro, que no quiere revelar, hasta que al fin angustiada rompe en sollozos.Tras éste fortuito encuentro, el tranquilo hasta ahora, viaje de David, cambiará drásticamente. La chica es la hija del alcalde de la cercana población de Merryland, huye de la tiranía de su padre, el cual maneja una trama de corrupción junto con la policía local enredada en turbios asuntos.Contratado, por los ciudadanos honrados de la población, el gerente del hotel y algunos comerciantes, David investigará los sucios manejos del alcalde, los policías corruptos y una sórdida secta llamada El Paraíso fundada por el Gran Maracott y dirigida por los Grandes Hermanos. Al mismo tiempo tendrá que rescatar a la bella y sensual Valery del encierro en la que se encuentra recluida por su indigno padre, que no ve con buenos ojos la rebeldía de su hija ante su deshonroso proceder.Resumen extraído de: http://bolsilibrosblog.blogspot.com.es/


Bolsilibros - Servicio Secreto 859. Intermedio fatal, de Alfred Grass

Novela, Policial

Bill Crawford lanzó un suspiro y, alzando un dedo, reclamó una nueva dosis al barman. Frente a él, sobre el pulido mostrador, había dos copas. Una vacía, y la otra llena de «whisky sour». —Otra, Joe —pidió. El barman lo miró, frunciendo el ceño. —Perdón, señor... ¿Quiere otro «whisky sour»? —Exactamente.


Bolsilibros - Servicio Secreto 869. Con la piel de un muerto, de Frank McFair

Novela, Policial

El hombre le dio un brusco giro al volante. Tan brusco, que su cuerpo fue lanzado contra la ventanilla y se dio un golpe en el hombro. Ello le hizo perder el control del coche. Comprendió que el choque era inevitable, y dominando el dolor, trató de volver a girar el volante. Solo lo consiguió a medias y entonces se produjo el choque. No recobró el conocimiento hasta casi diez horas después, en el quirófano del hospital.


Bolsilibros - Servicio Secreto 870. La dama del expreso, de Alar Benet

Novela, Policial

La mujer aspiró voluptuosa el humo del cigarrillo emboquillado, mientras, distraída en apariencia, miraba en torno suyo. A través del cristal del departamento por el que pasaba vio a un hombre de unos treinta años y facciones enérgicas que leía un libro. ¿Por qué, estando solo, no corrió la cortinilla interior para ocultarse a la ajena observación? En la plataforma del tren se repitió la misma pregunta, sin acertar a darse una respuesta. ¿Cuál era el misterio de aquel desconocido que rehuía el trato de los demás viajeros del expreso? ¿Por qué le irritaba su actitud?


Bolsilibros - Servicio Secreto 875. Una sombría noche, de Burton Hare

Novela, Policial

El teniente Drake Bannon entró en su oficina, arrojó el sombrero hacia la percha, falló y tuvo que recogerlo del suelo, con un gruñido, colgándolo después con cuidado. Echó un vistazo a los papeles que esperaban sobre su escritorio, los apartó de un manotazo y, desdoblando el periódico, lo extendió encima de la mesa. Sus ojos agudos y brillantes se clavaron en los rotundos titulares. Hizo una mueca, como si hubiera mordido algo particularmente amargo.


Bolsilibros - Servicio Secreto 880. Espionaje en Corea, de Alar Benet

Novela, Policial

La porra de goma cayó sobre la nuca del hombre con increíble fuerza. Fue un golpe capaz de derribar a un toro, pero con gran sorpresa de los atacantes, no surtió efecto. El coronel Michael Carter se tambaleó, sin caer, mientras retrocedía, sintiéndose dominado por una extraña turbación, y de cara a sus enemigos, dos sujetos de aspecto patibulario que surgieron de forma imprevista a su espalda, a la altura del Golden Gate, comprendió que necesitaba ganar unos minutos para que su cerebro se despejara de las tinieblas que le envolvían.


Bolsilibros - Servicio Secreto 882. Asesino Kendall, de Alf Regaldie

Intriga, Novela, Policial

Aunque no hubiese visto su magnífico descapotable rojo y oro, de modelo deportivo, habría imaginado que encontraría a Belle Seldon en el club «Estudio 13». Era un grato lugar para la juventud con inquietudes artísticas, en donde servían bien y era fácil encontrar una agradable compañía. Ella debía estar allí tomando su aperitivo antes de irse a cenar. Lo hacía cotidianamente a aquella bella hora crepuscular. Me acerqué al descapotable después de haber dejado mi reluciente bólido color plata. Y quité del descapotable rojo la tapa del «delco». Fue algo rápido y no tuve testigo alguno que le pudiese ir a ella con el cuento.


Bolsilibros - Servicio Secreto 885. La seductora muerte, de Burton Hare

Intriga, Novela, Policial

La luna estaba en todo su apogeo aquella noche. Una claridad brillante se filtraba por entre el follaje y creaba sombras misteriosas en el gran jardín, deformando los arriates y macizos recortados, convirtiendo en bellos fantasmas los arbustos mecidos por el aire suave del mar. Eran sombras lánguidas que se movían con pereza, ora a un lado, ora al otro, para volver a recobrar su inmóvil vertical cuando el aire cesaba de soplar. No obstante, en un momento dado, una de aquellas sombras no volvió a su anterior posición. Se despegó del grueso tronco de un árbol, titubeó un instante como si no supiera a qué lado inclinarse, y al fin anduvo despacio, materializándose la figura delgada, de estatura mediana y vestida de oscuro que no tenía ninguna semejanza con las demás.


Bolsilibros - Servicio Secreto 890. Olor a muerte, de Alf Regaldie

Novela, Policial

ARNOLD WARREN parpadeó deslumbrado cuando Ginny André le abrió la puerta de la «Compañía de Desarrollo Comercial», cuyo director gerente era Cole Erickson. —Buenos días, señorita… —Ginny André… ¿En qué puedo servirle? Ginny se sintió conmovida por la mirada de admiración que le había dirigido el hombre. Le gustó porque había sido una mirada limpia, en la que había también sana alegría.


Bolsilibros - Servicio Secreto 891. Doctora Cosmógono, de Frank Caudett

Novela, Policial, Intriga

Creo necesario este prólogo explicativo, al efecto de disipar las pequeñas dudas que puedan surgir ante la lectura del título de esta obra, un tanto desconcertante si se quiere. Es Cosmógono, el versado en Cosmogonía. Es Cosmogonía (del griego kosmogonía, de kosmogonos; de gosmos, mundo, y de gignomai, ser o producirse), la ciencia que traía de la génesis del Universo. Por tanto, problema que interesa por un igual a científicos, filósofos y teólogos. La ciencia, partiendo de la observación, de la investigación directa y de la experiencia, estudia especialmente lo referente a las causas segundas; la filosofía, remontándose más arriba, se ocupa de la causa primera creadora de la materia, de la energía, de la vida, del hombre y de todas las cosas naturales, valiéndose para ello de las luces de la razón; la teología, avanzando más que la ciencia y la filosofía, estudia los datos de la Biblia sobre la creación del mundo por Dios, y da de ellos una interpretación correcta. He aquí una síntesis de la Cosmogonía y de su importancia.


Bolsilibros - Servicio Secreto 895. El testamento escrito a fuego, de Clark Carrados

Intriga, Novela, Policial

Estaba debajo de un farol, con un cigarrillo humeante prendido de sus labios intensamente pintados de rojo. La blusa era también roja y encerraba un busto de sólidas y reveladoras curvas. La cintura era muy delgada y las caderas finas, pero se notaba que pertenecían a una mujer. La falda, negra, era muy corta; apenas llegaba a diez centímetros por encima de la rodilla. Dado que también era muy ceñida, tenía una abertura en el lado izquierdo, para permitirle caminar, que alcanzaba a más de la mitad del muslo. Medias y zapatos, de alto tacón éstos, eran asimismo negros. En aquella mujer sólo había tres colores: el rojo de los labios y de la blusa, la blancura de la cara y el negro del resto, incluyendo el cabello.


Bolsilibros - Servicio Secreto 899. «Bungalow» 111, de Frank Caudett

Intriga, Policial, Novela

Maravilloso y negligente descuido. Presidiendo el cruce de aquel par de magníficas y broncíneas piernas que, al término de su cobriza tonalidad mostraba un apetecible sonrosado. Frankie McCasland, que hasta entonces escuchara en silencio el relato de la sugestiva Mildred, miró abiertamente aquel «cruce» que pedía con urgencia una señal de stop. Walter Cihac, el hombre que el Servicio Secreto Norteamericano había afincado en Casablanca bajo la apariencia de un cansado millonario que enterraba sus dólares en la construcción de un sensacional motel a lo Miami, paseaba por la estancia con indiferente curiosidad. Los vivos e inquietos ojos negros de IS-009 se clavaron expresivamente en los de Frankie.


Bolsilibros - Servicio Secreto 903. Vivir para matar, de Burton Hare

Novela, Policial

DETUVE el coche ante la verja, cuyo portón estaba abierto de par en par, como si estuvieran esperándome con mucho interés. Más allá del portón se extendía un extenso prado cubierto de césped y árboles centenarios. Era una residencia para millonarios, ocupada por millonarios, y venía siendo así desde tiempos remotos. Sus actuales propietarios, los Baron, estaban tasados en un buen centenar de millones, representados por poderosas empresas de acero, navegación y otras minucias semejantes. Yo buscaba a mistress Baron.


Bolsilibros - Servicio Secreto 904. Contrabando humano, de Alf Regaldie

Intriga, Policial, Novela

Brian Kennedy se disponía a salir. Se podía decir que no estaba en uno de sus mejores momentos y necesitaba airearse, charlar con alguien. Y había decidido ir a encontrarse con Amy Keller, una rubia despampanante que le servía de modelo frecuentemente. El traje de Brian estaba más bien raído a pesar de lo mucho que lo cuidaba; pero el joven ilustrador era de los convencidos que lo importante era el hombre, no su envoltura. No quería ser indiscreto y se disponía a telefonear a Amy, cuando repiqueteó el avisador telefónico. Detuvo la mano en el aire, pensando en no responder.


Bolsilibros - Servicio Secreto 905. Orgía de resucitados, de Frank Caudett

Novela, Intriga, Policial

Parecía estar colgando sobre el pulido asfalto de la calle. Sostenida encima de la ciudad por unos hilos misteriosos. Era sólo un efecto óptico. La enorme mansión, lóbrega y silenciosa, abrigada por un espeso manto de tinieblas se hallaba en lo alto de una colina. Desde allí, no obstante, el trazado urbano de las populosas arterias parecía poder tocarse con los dedos, inclinándose, simplemente, hacia delante. Se veían los modernos edificios, los rascacielos, las luces, el verde parpadeo de los semáforos, ora rojizo, ora amarillo, el vertiginoso circular de los coches por encima de un cielo negro y alquitranado.


Bolsilibros - Servicio Secreto 907. El rapto de una dama, de Burton Hare

Intriga, Policial, Novela

Era una noche brumosa y húmeda. No se distinguían las estrellas, y a poca distancia de la carretera, todo era una masa negra impenetrable. El coche se deslizaba sin excesivas prisas. Sentado ante el volante, Paul Crane pensaba en todo menos en violencia. Cierto que había vivido inmerso en un mundo de luchas hasta hacía muy poco tiempo, pero eso había quedado atrás definitivamente. O, por lo menos, eso había creído. Primero vio los faros en el espejo retrovisor. Observó que el coche que estaba dándole alcance llevaba prisa y se arrimó un poco más a la derecha, de manera rutinaria, para dejarle paso. Entonces, la primera bala agujereó el cristal del parabrisas, dibujando un feo agujero bordeado de estrías.


Bolsilibros - Servicio Secreto 909. Silla E. para B. B., de Alf Regaldie

Intriga, Policial, Novela

Alice Vernon frunció ligeramente el ceño cuando al aparecer a la puerta de la oficina del fiscal, vio la nube de periodistas que aguardaban ávidos de sensacionalismo. Rubia, alta, de espléndida figura, elegante y atractiva, vestía con graciosa sencillez un escueto traje de mañana. No había contado con aquello y se detuvo. Hubiese retrocedido; sin embargo, reaccionó pronto y se dispuso a seguir, alzando la cabeza, como si con ello previniese a los de la Prensa. Dispararon varios flashs, a los cuales no intentó hurtarse, aunque endureció el gesto. Un periodista adelantó sonriendo con expresión mortificante.