Estos diarios van desde el 26 de diciembre de 1945 hasta el 10 de abril de 1947, y en cada una de sus páginas no se cuenta nada del pasado, no se hace mención a ninguna herida, ya sea física o del alma, no se dice nada del presente político; ni siquiera del familiar, tan solo hay naturaleza, poesía, clima, luz, color, como si todo el horror del pasado se hubiera filtrado por un tamiz hecho con los terruños de su huerta.
Francisco Umbral, madrileño, es uno de nuestros escritores más leídos en la actualidad. Sus magníficos artículos en periódicos y revistas de la más varia especie —que giran, por lo general, sobre el gozne del vivir cotidiano de su querido Madrid—, le han valido un lugar privilegiado entre la narrativa de nuestra posguerra. Además de las biografías de Larra, García Lorca, Valle-Inclán, lord Byron, Miguel Delibes y Lola Flores, ha cultivado también con acierto el género novelístico en novelas como Balada de gamberros, Travesía de Madrid, El giocondo y Las europeas.
Sin embargo, los momentos más insuperables de su prosa los hallamos en su faceta de cronista, como demuestra claramente la presente obra. Diario de un snob —el snobismo no es categoría tan desdeñable como se supone— resulta, en palabras del propio autor, no un diario íntimo y narcisista sino abierto, informal, irregular, el que la vida nos va escribiendo cada día y que, más que un testimonio personal, es un testimonio histórico, social y cotidiano, más que el documento de un hombre, el film de una época, y más que un monólogo interior, el diario colectivo y la anotación personalísima de toda una comunidad.
En Mortal y rosa el poeta Francisco Umbral gira y gira en la trituradora de una impotencia y de una pena descabelladas: está mirando la lenta muerte de su hijo [...] El escritor, el poeta, tambaleándose en los territorios de la calamidad, rebotando contra los paredones de un destino completamente despiadado, descifrando con los ojos desamparados el abecedario de lo absolutamente indescifrable, habitante ya para siempre en el abismo al que abrazó cuando resolvió convertir en palabras su humillación y su pena de nacido en este planeta desalmado, le dice a la ausencia de un niño: «... quién eras, quién eres, a quién hablo, qué escribo...». Estaba tan aturdido de dolor que no se daba cuenta de que escribía un monumento a la literatura. Francisco Umbral es uno de los más grandes escritores españoles de nuestro tiempo. Mortal y rosa es su libro más escalofriante y más conmovedor.
Estas crónicas fueron escritas por especial invitación del diario Informaciones, donde aparecían semanalmente, y en ellas encontramos la puntual anotación de los menudos sucesos cotidianos (las clases de literatura en un instituto vigués, algunos viajes breves, las esporádicas visitas de amigos que estuvieron de paso), las referencias a las distintas obras y proyectos que entonces le ocupaban (una nueva novela, Fragmentos de Apocalipsis, y el luminoso ensayo El Quijote como juego), el comentario a las numerosas y diversas lecturas que se iban sucediendo, la impresión que le causaban las noticias del día (especialmente los grandes conflictos internacionales: guerra árabe-israelí, caso Watergate, crisis del petróleo) y algún que otro apunte personal.
La obra que ahora presentamos al lector constituye una continuación de los Cuadernos de La Romana, publicados hace un año aproximadamente. Consiste en una recopilación de trabajos realizados en su casa de La Romana, en Vigo, y expuestos a modo de diario en los que se tratan aspectos de muy distinta índole que nos permiten descubrir la personalidad de Torrente Ballester: comentarios de lecturas, respuestas a corresponsales, impresiones personales, entrevistas, etc. Y así, una vez más, nos damos cuenta de que nos hallamos ante un escritor de gran talla, profundo conocedor de temas muy diversos y rico en ideas y en el manejo de la pluma.
«Nazco en Madrid, Ribera de Curtidores, y hago día a día, viviendo, escribiendo, amando en Madrid, muriendo en Madrid, periodísticamente, el libro de mi ciudad, mi libro de la ciudad.» Tal vez esas palabras del prólogo nos ayuden a comprender la temática y la finalidad de la presente obra.
En «Amar en Madrid» Francisco Umbral reúne una serie de artículos muy variados escritos con gran talento estilístico y un lenguaje ágil, directo y mordaz. La obra se divide en cinco partes; al tiempo que efectúa algunas evocaciones nostálgicas del Madrid castizo y nos presenta actitudes y sucesos de la vida cotidiana de aquella urbe, el autor se enfrenta y denuncia abiertamente sus problemas actuales. Dedica asimismo dos apartados para la descripción de personajes castizos y pintorescos que dan paso a una exposición del mundo exquisito de la dolce vita y la gauche divina. A lo largo de la obra quedan demostradas, una vez más, las cualidades de Francisco Umbral que se sitúa en uno de los primeros lugares de la narrativa española.
El juego de los tres madroños recoge las glosas menudas, breves, cotidianas, del mundo en torno y de la actualidad inmediata, trivial o disparatada, en el orden cronológico en que fueron escritas y publicadas por el diario ABC. Resulta así una visión sorprendentemente unitaria de los últimos años de España, de su discurrir político, de los problemas nacionales, de lo más serio de estos tiempos, contrapesada a lo largo de todo el libro por el esperpento ocasional, la fabulilla satírica y muestras de esos tan celianos «apuntes carpetovetónicos»: Un resumen completo del estilo y el pensamiento de Cela en el día de hoy.
Alguna de las veces que se refirió públicamente a este libro su autor, Gonzalo Torrente Ballester, declaró que hace mucho tiempo que deseaba escribirlo. Su materia es nueva en la obra de Torrente: el mundo de su infancia, en su realidad y en la fantasía, lo que fue y lo que pudo ser, o no pudo y fue querido. En los versos de Pessoa ( Álvaro de Campos ) que preceden al texto, se afirma que la verdadera realidad de cada hombre no es tanto lo que fue como lo que pudo ser. Eso, lo que pudieron ser, lo aprovechan con frecuencia los escritores. Pero este libro no solo nos sugiere algo de lo que su autor quiso y no pudo ser, sino también alguno de los caminos por los que llegó a ser quien es. ¿Cómo no iba a acabar narrando quien vivió su infancia rodeado de relatos? ¿Y cómo no iba a mezclar la realidad a la fantasía quien vivió un mundo donde los límites no estaban muy claros? Un valle y una ciudad, contrapuestos, contradictorios, la Edad Media restante y la más avanzada modernidad.
La fantasía y la matemática, Jorge Juan y los romances carolingios, marinos de uniforme y mendigos en tropel: todo eso, y mucho más, pasa por estas páginas, a veces sencillas, a veces barrocas; fuertemente líricas o fuertemente intelectuales, siempre irónicas y algo melancólicas: El estilo de Gonzalo Torrente Ballester, lo que le constituye como escritor desde la madurez, en su tiempo incomprendida, de Los gozos y las sombras.
Después de perseguir a Dafne, como el autor, te preguntarás, lector, quién es Dafne, y, con Dafne y con el autor, acabarás ensoñando. Como en los mejores momentos de sus obras más logradas, en esta te advierte de nuevo Torrente Ballester que lo real no es solo lo que ves, lo que te descubren los sentidos, sino que, detrás de eso, hay otra cosa. No sabemos aún si lo que Torrente Ballester te propone es que navegues con él a bordo de un velero o escuches con él la descripción de la batalla de Cavite hecha por un testigo. Los prolegómenos de la de Trafalgar sí que es seguro que los encontrarás aquí, aunque de manera original. Tú verás.
Este primer volumen de la autobiografía de Doris Lessing empieza por su infancia en África y se cierra a su llegada a Londres en 1949, con el manuscrito de su ópera prima, Canta la hierba, en la maleta. La autora reconstruye su primer conocimiento del mundo y de la sexualidad hasta que toma conciencia política, pasando por evocaciones líricas del paisaje africano o por escenas que muestran su combativa relación con sus padres. Dentro de mí, una obra tan genuina y ambiciosa como cualquier otro libro de Lessing, muestra a una mujer que no admite concesiones, que rompe todas las reglas, que está en liza contra su educación y su entorno, que tiene una opinión rotunda sobre el mundo, pero que, con todo, sabe aplicar compasión, ternura y sentido del humor a la falibilidad humana.
En las últimas página de Dentro de mí , primer volumen de sus memorias, la autora se disponía a abandonar África con rumbo a Inglaterra. En este segundo volumen, reanuda la historia de su vida con la llegada en 1949 al depauperado Londres de posguerra sin nada más que un hijo de corta edad, ciento cincuenta libras en el bolsillo y el manuscrito de su primera novela, Canta la hierba. Con un tono sincero y autocrítico, rayano a veces en la perplejidad, evalúa sus tropiezos sentimentales y sus actitudes políticas, analizando perspicazmente las circunstancias que la llevaron a rechazar el amor romántico y la revolución socialista. No es, sin embargo, una confesión desde el arrepentimiento, sino un relato lúcido desde una posición de distancia moral y una clara conciencia de que el error forma parte inherente de la naturaleza humana. Trata pues, del paso de la juventud a la madurez, convirtiendo una peripecia personal en una reflexión irónica e inteligente sobre el mundo y la vida en general.
¿Existen lugares donde estamos libres del dolor, lugares donde no nos puede alcanzar la muerte? Acercarnos a ellos es entrar en contacto con espacios donde el tiempo se detiene a la manera de una especie de limbo a salvo de todo. Puntos de la tierra donde dialogamos con nuestro pasado y los viejos maestros. A lo largo de la historia de la literatura muchos escritores en sus obras han hablado de la fascinación y magia de estos enclaves, a veces de una manera secreta. El autor de este libro los rastrea de una forma original y apasionante. La búsqueda se inicia en una de las zonas más bellas y míticas del mundo, la colina de Posillipo (el lugar que calma el dolor), frente a la bahía de Nápoles, junto a Cumas, donde desembarcó el Eneas de Virgilio, y el Averno. Luego continúa a lo largo de varios continentes.
Irvin D. Yalom desgrana en diez relatos la historia de diez de sus pacientes y la terapia que siguieron: una bailarina debe aceptar que sus días en el escenario han acabado; un joven se enfrenta a la pérdida de sus padres; un escritor debe superar su bloqueo creativo; un importante hombre de negocios debe aprender a vivir una vez jubilado, entre otras. Diez historias de ficción que muestran no sólo los dilemas de sus protagonistas, sino también los del propio Yalom como psicoanalista. Con empatía, humor y una impresionante habilidad narrativa, Criaturas de un día nos habla del miedo, el dolor y la esperanza, y demuestra cómo el proceso de psicoterapia puede iluminar los dilemas humanos más apasionantes.
Cien son las premisas que encontramos en este libro, y cada una de ellas es una afirmación sobre los poderes o características que tiene el amor, justificada a través de la cultura. Partiendo de 100 películas y de otras tantas obras literarias de referencia, el autor nos argumenta por qué el amor es el sentimiento más poderoso del ser humano.A partir de películas tan célebres como Casablanca, El último tango en París, Jules y Jim, Secretos de un matrimonio o Hiroshima, mon amour; tan sugerentes como Lolita, Bella de día, Infiel o El imperio de los sentidos; tan asequibles como Los amantes del círculo polar, Delitos y faltas o Los puentes de Madison, este es un libro que recorre un paisaje cinematográfico apto para todos los públicos y que enriquecerá, gracias a sus múltiples niveles de lectura, a cualquiera que se le acerque.En una muestra de dominio cultural impresionante, César Antonio Molina nos sumerge en un mar de dudas con sus respuestas, totalmente argumentadas y deliciosamente plasmadas a través del análisis de obras cinematográficas de primer nivel.
Por primera vez se reúnen los artículos de Carmen Laforet publicados en la revista Destino y editados por las hispanistas Blanca Ripoll y Ana Cabello en el marco del año del Centenario del nacimiento de la autora, que empezará con su efeméride, en septiembre del 2021. Desde 1948 hasta 1953, Carmen Laforet publicó una sección semanal llamada «Puntos de vista de una mujer», en la que, con la excelente calidad literaria que la caracterizaba, retrató la vida cotidiana de las mujeres en los años cincuenta. Una Carmen Laforet inteligente y audaz que destaca la importancia de crear redes con otros autores y de estrechar lazos entre las mujeres escritoras y cuya mirada de periodista resulta esencial para comprender su figura. 131 artículos indispensables para conocer la vida y la sociedad de una época contada desde el punto de vista de una mujer que rompió todas las barreras de su tiempo.
Una noche de verano Malabar despierta a su hija de catorce años, Rennie, para contarle un secreto: Ben, el mejor amigo de su marido, la ha besado. Lo que empieza con un beso se convertirá en una aventura de la que, por mucho tiempo, solo Rennie tendrá conocimiento. Malabar la hará partícipe de su desarrollo y la joven, que siente una lealtad ciega hacia su madre, se convertirá en cómplice y encubridora de ambos durante muchos años.
Esto tendrá consecuencias demoledoras para todos los implicados, especialmente para Rennie: ese apego emocional que siente hacia su madre dañará profundamente la relación entre ambas. Solo años más tarde encontrará la fuerza para romper los lazos tóxicos que las unen, volver a encaminar la relación y no repetir los mismos errores con su propia hija.
Una historia familiar, brillante y atemporal que se lee como la mejor novela y explora la complejidad del amor entre una madre y su hija.
«¿Qué clase de madre abandona a su hijo?». La frase tiene algo de bíblico y podría haberla pronunciado casi cualquiera en cualquier momento de la historia. También ahora, cuando nos replanteamos todos los matices políticos de la maternidad. Estamos programados para entender y perdonar que una mujer se separe de sus hijos por pura supervivencia material, pero una vez subimos un par de peldaños en la escala de necesidades la cosa se vuelve moralmente más brumosa.
A raíz de una inquietud personal, casi una obsesión, por las madres abandonadoras, Begoña Gómez Urzaiz se acerca a este fenómeno con una mezcla bien trabada de reflexiones propias en torno a la culpa, la crianza competitiva y la madre como sujeto creativo. Ahí aparecen los relatos biográficos de mujeres reales y de ficción que vivieron maternidades turbulentas y maternidades límite. Muriel Spark, Doris Lessing, Ingrid Bergman, Mercè Rodoreda, Maria Montessori, Gala Dalí, Joni Mitchell y también Anna Karenina, Nora Helmer y la Carol de Patricia Highsmith tienen en común haberse separado de sus hijos. De todas ellas, seguro, alguien dijo: «¡Qué clase de madre…!».
A través de esta obra, Cela recrea Ávila tal y como la vio el autor a través de sus viajes por España, contando con su personal estilo las vivencias que el autor gallego sintió en la ciudad y la provincia castellana. La vida de sus gentes, sus costumbres y tradiciones, quedan recogidas por el autor gallego, cuya mirada repasa desde los grandes monumentos, a la vida diaria de los abulenses.
En julio de 1956, al volante de un Simca Marly amarillo y negro, Dominique Lapierre (entonces joven periodista del Paris Match), Jean-Pierre Pedrazzini (fotógrafo) y sus dos mujeres dejan París y se dirigen a la Unión Soviética, un país prohibido a los occidentales, para realizar un reportaje. Circulan por carreteras desiertas, recorren trece mil kilómetros utilizando gasolina de aviones o tractores, el único combustible disponible después de dejar en la capital la única gasolinera en todo el territorio soviético. La libertad de movimientos de la que gozan es notable; pueden entrevistar a cualquiera y son recibidos con curiosidad y entusiasmo por un pueblo que cree de verdad en el comunismo y que piensa que éste durará mil años. Regresan a París en octubre, trayendo consigo el recuerdo de la oportunidad única que les ha ofrecido la historia.
«Cuando en Kalkhorst, aldea de Mecklemburgo-Schwerin, a la edad de diez años, entregué a mi padre, como regalo para la Navidad de 1832, un relato en un mal latín sobre los principales acontecimientos de la guerra de Troya, y las aventuras de Ulises y de Agamenón, estaba lejos de pensar que, treinta y seis años más tarde, ofrecería al público un libro sobre el mismo tema, luego de haber tenido la felicidad de ver con mis propios ojos el teatro de esta guerra y la patria de los héroes que Homero ha inmortalizado con sus nombres». Heinrich Schliemann se presenta como un caso notable y singularísimo en la historia de la cultura occidental; de orígenes muy humildes, llegó a ser, sin embargo, una de las personas más ricas de la Europa del siglo XIX; de una niñez y juventud marcadas por la miseria y por la falta de una formación cultural ordenada y sistemática, su inteligencia privilegiada y su tesón —especialmente su tesón— lo convirtieron en un políglota que llegó a dominar numerosas lenguas; más aún, merced a sus descubrimientos en Troya, Micenas, Orcómeno y Tirinto, llegó a ser una de las personalidades más célebres de su tiempo. Guiado por la atenta lectura de Homero y de Pausanias, Schliemann reflejó, en estos diarios, los asombrosos descubrimientos y peripecias que sirvieron, a la postre, para cimentar la arqueología como ciencia. Publicados simultáneamente en francés y alemán en 1868, han permanecido inéditos hasta hoy en castellano. Hugo Francisco Bauzá, editor y traductor de la presente obra, es profesor en la Universidad de Buenos Aires.