Una novela que testimonia y denuncia la agresión sexual padecida por la autora siendo niña. Un libro valiente, perturbador y necesario. Un soleado domingo de mayo, Adélaïde, una niña de nueve años de familia parisina acomodada, sufre una agresión sexual por parte de un desconocido en el hueco de la escalera de su casa. Como mecanismo de autodefensa, su mente bloqueará los recuerdos del episodio. Pero el trauma de lo vivido derivará en soledad, tristeza y una persistente sensación de culpa y vergüenza que marcarán su vida. Ella tratará por todos los medios de ocultar a los demás el abismo de un sufrimiento que no ceja y tendrá problemas en la adolescencia y en su iniciación en la sexualidad. Veintitantos años después, superado —al menos en parte— ese trauma infantil, Adélaïde revivirá lo ocurrido de nuevo. La policía ha detenido al presunto culpable, un hombre apodado el Electricista, sospechoso de ser autor de decenas de abusos sexuales a menores. Ella —como otras muchas víctimas— es llamada a declarar en el juicio, lo cual la obliga a enfrentarse, cuando ya no contaba con ello, al individuo que le destrozó la vida. Esta es una novela desgarradora sobre la pérdida de la inocencia, sobre un trauma de difícil —acaso imposible— superación y sobre las dolorosas y perseverantes secuelas que deja en quien lo ha padecido. Es también un testimonio valiente sobre los tabúes, las trabas burocráticas y la insensibilidad institucional que rodean a estos casos cuando llegan a los juzgados. Una historia narrada desde la propia experiencia, con voluntad de denuncia y con una poderosísima voz literaria que la eleva más allá del mero testimonio. Un libro demoledor, inquietante, veraz y necesario.
Se reúnen aquí los cuentos dispersos de Esther Tusquets, expresión inmejorable de sus peculiares y exquisitas dotes de escritora: penetración psicológica y belleza estilística. Abarcan los veinte años de su producción literaria y revelan fielmente la evolución de la autora: el primero «El Hombre que pintaba mariposas» es anterior a su primera novela, mientras que el último «Carta a la madre» es de fecha muy reciente.
«Mi hermano y yo tuvimos que hacernos cargo del Universo, pues una mañana sin avisar, porco antes del alba, papá entregó su espíritu. Sus despojos crispados en un dolor del que sólo quedaba la corteza, sus decretos de súbito convertidos en polvo, todo eso yacía allí en el cuarto desde el cual papá todavía la víspera nos ordenaba todo. Mi hermano y yo necesitábamos órdenes para no borrarnos por trozos, era nuestro mortero. Sin papá nada sabíamos hacer. Apenas podíamos vacilar, existir, temer, sufrir».
La noche de Tlatelolco es el libro más popular sobre el movimiento estudiantil del 68 en México y de la masacre en la Plaza de las Tres Culturas. La noche del 2 de octubre de 1968, la plaza de las tres culturas se pinto de rojo, de cabellos adheridos al adoquín, de zapatos de jóvenes que corrian sin dirección para librarse de las balas, ¡que ingenuos!, todo estaba planeado para aniquilarlos por revoltosos, por revolucionarios, por pensar tan… comunista. Los militares y paramilitares del Batallón Olympia tenian todo rodeado para que ninguno escapara, tanto fue así que los mismos soldados resultaban heridos en la carnicería. La escritora Elena Poniatowska se dio a la tarea de reunir un mosaico de voces de estudiantes, soldados, profesionistas, padres y madres de familia, maestros, vecinos de la Unidad Nonoalco-Tlatelolco y reporteros. Las primeras páginas están dedicadas a fotografías (sin el crédito de quienes las tomaron): desde la riña entre las pandillas de Los Ciudadelas y Los Araña, frente a la Preparatoria Isaac Ochotorena; culminando con el Día de Muertos y los rezos por los asesinados, que se llevó a cabo ante la mirada de los soldados, en la Plaza de las Tres Culturas. Publicado por primera vez en 1971, este testimonio colectivo ha sido el primer acercamiento al 68 para muchos jóvenes.
1914. La decadente Praga del imperio austrohúngaro se ve envuelta en una revuelta popular que parece la reinvención de antiguas sediciones husitas. A la apolillada nobleza que se mueve en torno a la condesa Zahradka, se contrapone la pasión de Polixena y su joven pretendiente Ottokar, arrastrados por el delirio de la noche de brujas que hará realidad sus presentimientos.
Un 4 de octubre expira en Europa el calendario juliano, el cual, por un error de su creador, acumulaba desde la antigua Roma once días de retraso. Fue el papa Gregorio XIII quien dispuso que a la mañana siguiente sería día 15. De este modo podemos decir, con una certeza única en la historia del mundo, que del 5 al 14 de octubre de 1582 no sucede absolutamente nada. Todo lo contrario de lo que ocurre en este libro, por cuyas páginas transitan músicos, científicas, volcanes en erupción, pintoras, expediciones botánicas, actores, accidentes de avión, naufragios, injusticias olvidadas, hitos de la humanidad, cineastas o escritoras: un cruce incesante, arbitrario y a la vez preciso, repleto de homenajes y también alguna burla, pues el humor es la divisa principal de este relato concatenado. Con espíritu oulipiano, Didier da Silva se impone una forma (recorrer uno a uno los 365 días del calendario) que, lejos de cualquier constreñimiento, sólo ejerce efectos positivos sobre el fondo: al igual que en una enciclopedia, las entradas no se limitan a una única historia, sino que desarrollan un entramado de relatos y de encuentros que ofrecen otros tantos nudos novelescos. Toda fecha se convierte en un detonante, ningún día tiene final. La estructura de la narración, fruto de la siempre inesperada yuxtaposición de ciertas ideas, teje conexiones improbables entre todos los días de un año que es todos los años y en el que surgen nuevas relaciones entre los acontecimientos, más allá del espacio y del tiempo, trazando, de este modo, una hipótesis brillante y mordaz de la historia del mundo. En su recorrido, Da Silva toma caminos apartados: es en la maleza de la historia donde se siente más cómodo, en los ángulos muertos, en los intersticios, en el fuera de plano. Si, de acuerdo con Robert Bresson, cuyas ideas atraviesan este libro, crear no es ni deformar ni inventar personas ni objetos, sino establecer entre ellos unos vínculos nuevos, este teatro del mundo que es La noche del 4 al 15 constituye una creación sobresaliente, una obra de orfebrería, una proeza lúdica, erudita, extraña y genial.
Macario e Ismael, los protagonistas de «La noche del lobo», se encuentran en una difícil situación: se han lastimado el tobillo y yacen inmovilizados en un camino solitario, a pocos metros el uno del otro. Se ha hecho de noche y ni siquiera pueden verse las caras, pero empiezan a dialogar mientras esperan que alguien llegue para sacarlos del apuro. La novela transcurre dentro de una atmósfera minimalista, presidida por una luna llena que aparece y desaparece entre la niebla, un cuervo que los protagonistas suponen enamorado, un mochuelo y unos grillos que cantan. La luna ejerce sobre Macario un extraño influjo que le excita sexualmente y le obliga a fantasear con la idea de convertirse en hombre lobo.
Esa sensación brutal y poderosa que espanta y a la vez nos atrae. Ese escalofrío que sube por las vértebras como una mano helada obligándonos a mirar a nuestra espalda con recelo. Durante los últimos años, Iker Jiménez lo ha notado muy próximo, casi pegado al cuerpo, vigilando cada paso al ir adentrándose en la investigación de este suceso maldito. Una trama de terror, oficialmente silenciada, protagonizada por personas normales que nunca más pudieron ser las mismas. Le costará creer que todo lo que aquí se narra es absolutamente real. De usted depende conocer una historia que llevaba veinticinco años bajo el secreto y que ahora ve por fin la luz con toda la crudeza de sus documentos y testimonios.
En una noche de verano, Dani y su mujer organizan una cena en su casa. Durante la velada sale la conversación sobre los relatos que ha escrito Dani mientras está convaleciente de una lesión. Son un repaso de su vida a través de hechos sobrenaturales o dramáticos que le han ocurrido en primera persona. La velada transcurre con la lectura de los relatos a los asistentes, quienes no se quedaran indiferentes. La noche de los relatos de Dani es una novela enternecedora y amena que sirve de hilo argumental para que el autor presente cinco historias que mezclan el humor, terror y el drama, que en suma desnudan el alma del protagonista y le harán vivir un viaje retrospectivo al interior de su alma acompañado por los asistentes a la velada. Las historias que se incluyen dentro de la novela, bien podrían ser relatos independientes. Tienen inicio, desenlace y final. Se desarrolla a tiempo real, por lo que el lector podrá sentirse un asistente más en la cena y escuchar las historias como el resto de invitados.
Es Nochebuena y el profesor Pål Andersen, de cincuenta y cinco años, está solo, tomando café y coñac en su sala de estar. Perdido en sus pensamientos, mira por la ventana y ve a un hombre estrangular a una mujer en el apartamento de enfrente. El profesor Andersen no informa del crimen. Pasan los días y él se paraliza por la indecisión. Desesperado por un respiro, el profesor se dirige a un bar de sushi local, solo para encontrarse cara a cara con el asesino. En una prosa dura, Dag Solstad plantea una pregunta incómoda: ¿nosotros, como su protagonista cerebral, no haríamos nada?
El equipo de un programa de televisión dedicado a los fenómenos paranormales descubre que unos hechos anómalos, hasta entonces nunca registrados, se hacen realidad en la misma Barcelona desde la que emite. Al mismo tiempo la ciudad es azotada sísmicamente por la meteorología y por la repentina irrupción de personajes procedentes de otra Barcelona, que vienen a pedirles auxilio a los integrantes de La noche fenomenal, que así es como se llama el programa de este grupo de amigos. A lo largo de esta novela a ratos hilarante, a ratos melancólica y a ratos filosófica, el narrador presentará a cada miembro del equipo. Conoceremos, entre otros, al director, bon vivant y empeñado en salvar el programa de su desaparición; a De Diego, escéptico en todo menos en su fe en los animales inexistentes; al Jugador de Ajedrez, ardoroso activista, con su pipa apagada entre los dientes; a Paulina, conocedora de las civilizaciones desaparecidas, que prepara un monográfico sobre el templo más antiguo de la humanidad; a Ro, la guionista y coleccionista de casos de platillos volantes; a Hermosilla, editor de una revista esotérica y pusilánime para lo importante de la vida… Acompañan de peripecia en peripecia a este grupo de amigos una larga serie de personajes salidos de una Barcelona cómica y trágica, unas veces posiblemente real y otras no demasiado, como la madre del narrador, que tiene poderes telepáticos; el histórico editor y librero José Batlló; el escritor de novelas del oeste Carl Malone; el madrigalista del Clot, de quien se dice todo y no se sabe nada, y acaso la protagonista absoluta de esta historia, una frágil muchacha que se hace llamar Isis, por no llamarse Isabel. En ocasiones frente a ellos y en otras de su lado, un misterioso jubilado enganchado al rock andaluz, el señor Comajuán, guardará cada nueva frontera que crucen estos amigos. Todo empieza cuando un profesor de dibujo descubre que se ha convertido en Walt Disney… Esta es una novela de amistad y esoterismo, desenfrenada, llena de romanticismo, estrafalaria, trepidante, enloquecida, poética y muy barcelonesa. Un destilado de alta graduación literaria que confirma a Javier Pérez Andújar como una de las voces más sorprendentes, descacharrantes, mestizas y libres de nuestra literatura.
196 historias cortas donde tú eres el protagonista. Elige si hoy quieres viajar, enamorarte, correr bajo la lluvia, descubrir canciones nada más salir de casa... Sonrisa a sonrisa, transformarás tu vida en tu propia aventura. Un libro perfecto para degustar poco a poco, un par de páginas cada noche o en los trayectos diarios. Basado en el blog Sombras de Neón, donde el autor lleva 5 años compartiendo las pequeñas cosas del día a día que le inspiran a mejorar.
«La primera noche que entré en el Café Gijón puede que fuese una noche de sábado. Había humo, tertulias, un nudo de gente en pie, entre la barra y las mesas, que no podía moverse en ninguna dirección, y algunas caras vagamente conocidas, famosas, populares, a las que en aquel momento no supe poner nombre. Podían ser viejas actrices, podían ser prestigiosos homosexuales, podían ser cualquier cosa. Yo había llegado a Madrid para dar una lectura de cuentos en el aula pequeña del Ateneo, traído por José Hierro, y encontré, no sé cómo, un hueco en uno de los sofás del café».
Borges dijo una vez que el relato que da título a este libro es uno de los mejores de la literatura argentina, y confesaba que había logrado hacerlo llorar. El cuento «La noche repetida» es, en efecto, una pequeña obra maestra que juega con el tiempo y el espacio para relatar una historia de lealtad filial y de malevos en un Palermo realista de comienzos del siglo XX. Los cuentos policiales conviven en este libro con los que presentan misterios en la vida cotidiana; los relatos en primera persona, con la narración clásica en tercera persona; los de ambiente porteño, con los de localización remota; las invenciones propias, con las notables adaptaciones de argumentos clásicos. Publicado en 1953, con influencias de Chesterton, Kafka, Borges y Cortázar, «La noche repetida» muestra el color propio de Peyrou, capaz de llevarnos a un diálogo casi íntimo, en el que la inteligencia del narrador establece inmediata complicidad con su activo socio, el maravillado lector.
Desde la subjetividad de un viejo escritor gay, otrora víctima del llamado 'Quinquenio Gris', desde el relato que intenta escribir 30 años después, asoma esta mixtura de recuerdos, realidades, literatura, sueños, temores, deseos, elementos que a lomo de decurrencias de tiempos y vaivenes de espacios confieren, intertextualidad mediante, una mirada a ciertos hechos y personajes que animaron / desanimaron La Habana de los años 60/70. Un escritor que plagia a Cortázar; cartas supuestamente escritas por el escritor argentino; amor entre dos hombres; víctimas y victimarios; vigilantes y vigilados; literatura dentro de la literatura; deseo y traición. Novela inusual, de alto riesgo estilístico y estructural, en la que la ficción explora sucesos en los últimos tiempos hollados por la ensayística o el testimonio.
La obra narrativa de Bertolt Brecht (1898-1956) se entrecruza a partir de los años treinta con el resto de su labor creativa, animada por los mismos objetivos que guiaron su producción teatral y poética. «La novela de cuatro cuartos», aparecida en 1934 durante el exilio del autor en Dinamarca, lejos de ser una simple versión en prosa de la «Opera de cuatro cuartos», estrenada en Berlín durante 1928, constituye la obra narrativa de mayor aliento de Brecht. En ella la historia de la imparable ascensión del delincuente Maceath hasta llegar a convertirse en un respetable hombre de negocios de la «city» londinense se enriquece con nuevas y audaces perspectivas…
Para atravesar los misterios del amor travesti, Camila va armada de su voz de arrope y los amuletos que supo construir en la intensidad de la noche. Algunas veces ama y otras odia, desea y es deseada, mezcla la pena y la dicha en cada uno de los cuerpos sobre los que se derrama. Una vez fecundada, engendra versos carnívoros y plantas dóciles que pueblan los balcones que sus tacos habitan. Enorme forjadora de magia, sólo podemos estirar el cuello desde abajo para verla sangrar, arder y reírse del mundo. Quizás la memoria por los amantes idos sea la que menos duela de todas las que nos ofrenda su escritura, está también la madre alquilada a otra familia, la fatiga del padre en su lucha contra la pobreza, la amada del amante, los amigos muertos. Por momentos quisiéramos blindarla de algunos recuerdos, pero sería como encapsular a una luciérnaga, un parpadeo de la luz más delicada antes de la absoluta oscuridad. Un ser frágil atrapando las palabras que le llegan por el aire libre de la experiencia.
El corazón lector que se anime a transitar la belleza salvaje de La novia de Sandro no podrá salir ileso.
Diez cuentos en los que se dan cita las más diversas temáticas, desde el comentario político hasta la ciencia-ficción, pasando por la crónica de sucesos, la farsa, la crítica social y el amor, o más bien, el desamor. Sin embargo, todos tienen un mismo denominador común: Taiwán, isla Formosa. Como si se tratara de un caleidoscopio literario y social, Iker Izquierdo desgrana su experiencia de más de diez años en Taiwán aunando el humor y el sarcasmo, pero también la ternura, el lirismo y la muerte mientras rinde homenaje a sus escritores de cabecera, a su juventud perdida y a una isla que vampiriza los sueños de todos aquellos que la han vivido.
Zenia disfruta cazando, torturando, desmembrando. Cubre de terciopelo su malevolencia y seduce a sus presas con un juego de espejos. Es una ladrona hábil y engañosa, una devoradora de hombres, una comadreja ávida de sangre. Tony, Charis y Roz fueron sus víctimas y tal vez nunca logren hacer que desaparezca de sus vidas, porque el poder de Zenia no conoce límites, ¡ni siquiera los de la muerte!
¿Por qué ya no son tan importantes los libros de texto? ¿Por qué hay que relativizar la importancia de los deberes? ¿Por qué se debe educar en empatía? ¿Por qué la educación debe estar por encima de todos los gobiernos? La nueva educación es el testimonio sincero y valioso de un maestro de hoy. «Cada niño es un universo. Todos los niños son extraordinarios y no basta con llenarles la cabeza de datos, sino que hay que facilitarles herramientas como conocimiento, empatía, sensibilidad y resiliencia para que puedan salir fortalecidos de las situaciones adversas. Deben saber que si se proponen algo y luchan por ello, pueden conseguirlo, y que de ellos depende que el mundo sea un lugar mejor.» (César Bona) César Bona, uno de los cincuenta mejores maestros del mundo según el Global Teacher Prize, el llamado Premio Nobel de los profesores, nos aclara en este libro que ser maestro no es acomodar a los alumnos a unos planes de estudio: todo educador debe adaptarse al motor imparable y entusiasmado de un niño. Hay que motivarles, estimular su creatividad y aguijonear su curiosidad; porque los niños no son solo los adultos del mañana: son habitantes del presente.