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Bolsilibros - Servicio Secreto 1152. Laberinto de asfalto, de Curtis Garland

Novela, Policial

Lo sabía. Ahora lo sabía todo. O casi todo. Era terrible. Demasiado terrible, incluso, para creerlo. Pero era así. Lo había descubierto en el archivo. No había error sobre ello. El archivador no mentía. No podía mentir. Cada uno de los datos allí reunidos era exacto, fidedigno. Cada ficha archivada, era una total, perfecta recopilación de informes. Informes personales. Ciertos. Indiscutibles. Y él... él había encontrado súbitamente aquella ficha.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1155. El hombre que mató a J. F. Kennedy, de Adam Surray

Novela, Policial

Yo, Mickey Kendall, el detective más famoso de Nueva York, sin un centavo en el bolsillo. Para más desgracia acabo de vaciar mi última botella de «Johnnie Walker». Maldita sea…


Bolsilibros - Servicio Secreto 1157. Cuatro mujeres y un cadáver, de Cliff Bradley

Novela, Intriga, Policial

Cuando uno se marcha al fin del mundo, siempre es por razones poderosas. Era el caso de Terry Nelson. La pequeña ciudad de Blenheim, capital del distrito de Marlborough, en la isla Sur de Nueva Zelanda, estaba, como todo el mundo que ha ido algún tiempo a la escuela debería saber, más o menos en el fin del mundo, visto con la óptica de un londinense. Naturalmente, para un habitante de Blenheim, su ciudad es el ombligo del mundo y Londres algo así como otro planeta. Diferencias de perspectiva. Blenheim era un pequeño paraíso. Apenas diez mil habitantes, un mar intensamente azul, una campiña intensamente verde, apenas automóviles, casi ninguna industria y absolutamente ninguna polución atmosférica. De la otra tampoco demasiada, los neozelandeses suelen ser gente de muy sanos principios.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1158. Como malditas ratas, de Frank McFair

Novela, Intriga, Policial

Lanzó una mirada a la marquesina. Sobre ella, en relampagueantes trazos de neón, se leía: CAPISTRANO con letras tan pronto azules como color de fuego. Pasó junto al portero negro. Éste se llevó la mano a la gorra de plato, en silencioso saludo. Apartó una cortina y se enfrentó a una escalera que descendía hasta el sótano, donde se hallaba el verdadero local del club. La escalera era estrecha y mal iluminada. Más parecía, a aquellas horas, una escalera de servicio que la entrada principal. Y sin embargo conducía a uno de los más lujosos club de la ciudad.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1159. El signo 13 del Zodiaco, de Curtis Garland

Novela, Policial

Entre 1968 y 1969 se produjeron en California los crímenes de El Asesino del Zodíaco, y se estableció la correspondencia con los periódicos Vallejo Times Herald, el San Francisco Chronicle y el San Francisco Examiner. Si bien Garland no realiza cita introductoria en esta novela al famoso asesino en serie (cosa que hacía frecuentemente en otras novelas suyas), es prácticamente de cajón que se basó en dicho personaje para esta buena novela policíaca. 
El periódico en cuestión es aquí el Weekly Illustrated, y la conexión parece ser un periodista inválido tras perseguir al supuesto asesino Zodíaco en uno de sus primeros crímenes. Partiendo de esas dos premisas (el nombre del asesino y la conexión con un periódico de Los Ángeles), Gallardo construye una historia que acaba por otros derroteros. 
Un asesino de supuestos rasgos orientales va ejecutando a víctimas siguiendo un horóscopo de terror. La policía, los periodistas y un contrabandista de los bajos fondos se alían en una contrarreloj para intentar detener al asesino. Un arranque brutal y violentísimo Made in Garland, un nudo lleno de suspense, y un clímax final que quizá adolece de algo de tensión.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1161. El vampiro que guardaba el oro, de Clark Carrados

Novela, Intriga, Policial

La muchacha estaba aterrada, aunque procuraba contener sus nervios. Dominarse, mantener la serenidad, era imperativo en aquellos críticos momentos. Llovía con fuerza. En las alturas, el viento silbaba lúgubremente. De cuando en cuando, un relámpago disipaba las tinieblas con su resplandor, durante un brevísimo período de tiempo. Entonces, Ilse Kranz podía ver el brillo de las turbulentas aguas del Schünersee a casi doscientos metros por debajo del lugar en que ella se encontraba. El viento arremolinaba los rubios cabellos de la muchacha. Centímetro a centímetro, Ilse se deslizaba por aquella angosta comisa, situada cerca de la base del castillo de Homnitz.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1165. En Harlem, algo se masca, de Frank McFair

Novela, Intriga, Policial

Sam Adeanu era dueño de una droguería y fuente de soda en el trozo final de la calle, muy cerca ya del río Harlem. Una noche de enero, cuando iba a cerrar el establecimiento, observó que alguien abría la puerta de éste y entraba. —Voy a cerrar —advirtió Sam—. No despacho más. El otro no respondió. Sam levantó los ojos hacia él. —¿No me ha oído? —preguntó—. Y además, ¿qué hace usted en esta calle?


Bolsilibros - Servicio Secreto 1166. Luz verde para el asesino, de Clark Carrados

Novela, Policial

Dane Faith maldijo entre dientes al darse cuenta de que se había metido en la trampa que en todo momento había querido evitar. Ahora estaba acorralado y, aparentemente, sin la menor posibilidad de escapar. Los hombres de Bert Mowski estaban abajo, rodeando la casa: dos frente a la puerta principal, otro frente a la posterior y el cuarto al pie de la escalera de incendios. Puesto que él se hallaba en un tercer piso, a diez metros del suelo, escapar por cualquier otro sitio no solo parecía absurdo, sino que resultaría desacertado.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1169. Frente al terror, de Adam Surray

Novela, Policial

CLIFF DUGAN entornó los ojos. Siguió con la mirada el ondulante movimiento de caderas de la azafata. Una escultural morena de rostro sensual y prominentes curvas. La mujer se introdujo en la sala de mandos para reaparecer a los pocos minutos. Vista de frente era aún más excitante. Senos erectos, cintura de odalisca, torneadas caderas y piernas de bronceados muslos. Recorrió el pasillo del avión rozando el brazo derecho de Dugan. Una voz femenina ordenó por el altavoz utilizar los cinturones de seguridad. Dentro de breves minutos tomarían tierra en el Aeropuerto Nacional de Washington.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1170. Diamantes por las nubes, de Clark Carrados

Novela, Intriga, Policial

La muchacha parecía sentirse perseguida por alguien. Caminaba con pasos muy rápidos y, de cuando en cuando, volvía la cabeza como si quisiera confirmar la certidumbre de sus sospechas. Era de buena estatura y pelo claro. Vestía con sencillez, pero con gusto; los colores de su vestido, bastante vivos, resultaban muy adecuados no sólo al tono de su cabello, sino a su propia silueta, de gran esbeltez. Un observador superficial habría dicho que era un «palillo», pero las formas que se adivinaban bajo la tela eran netamente femeninas y de una solidez total.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1172. La noche de la furia, de Cliff Bradley

Novela, Policial

RICH TRANT detuvo su coche convertible delante de la oficina del sheriff de Ocean City, apeándose sin prisas. Sabíase observado al menos por media docena de personas. Ocean City era una de esas pequeñas poblaciones costeras del Pacífico, que gozan de mucha animación durante los meses veraniegos, y el resto del año vegetan en una pacífica semisomnolencia. Demasiado pequeña para tener verdaderos problemas, sus habitantes no debían añorar, al respecto, los ruidosos días veraniegos.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1174. Desde el libro de los muertos, de Curtis Garland

Novela, Intriga, Policial

Era agradable encontrarse viajando ya, por encima del Canal de la Mancha. Atrás se quedaba Londres. Y con Londres la popularidad, el revuelo, las molestias de ser repentinamente demasiado conocido de la gente. Algo que no encaja en mi profesión. Lo menos que debe ser un detective privado… es popular. Ya no me era posible investigar un caso cualquiera, sin que la gente a quien yo debía vigilar o espiar, se volvieran, señalándome y diciendo con sorpresa: —¡Mira, si es Robin Madison, el detective!


Bolsilibros - Servicio Secreto 1181. Bajo su propia bandera, de Cliff Bradley

Novela, Intriga, Policial

—Como ve, no es una tarea difícil para un hombre de su talla, y veinticinco mil dólares es una buena suma. —En marcos alemanes. Tengo más confianza en esa moneda. Duke Dart sabía que su advertencia iba a molestar a su interlocutor, por eso la hizo. En efecto, Flint Felton III apretó las facciones, más aún su boca delgada y su mirada fría. El era bien conocido como uno de los máximos «halcones» de su país, uno de los que brindaron con champaña de importación del más caro cuando conocieron la noticia del asesinato del presidente Kennedy, un paladín de la sangrienta intervención en el Vietnam, fervoroso partidario de Wallace, antisemita, antinegro, antiliberal, anti casi todo, especialmente todo lo que atentara al poderío de Wall Street y los grandes trusts, en alguno de los cuales era importante accionista y dirigente. Le gustaba autodefinirse como un «hombre de la antigua frontera» y ciertamente Se parecía a ellos en muchos detalles. Por ejemplo, en éste de venir a Londres a contratar a un mercenario para que le hiciera una faena sucia, con la absoluta certeza de que le bastaría hacer su oferta, eso sí, bien pagada, para que el elegido aceptase, satisfecho.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1182. ¡… y Nueva York fue destruida!, de Curtis Garland

Novela, Intriga, Policial

Todo comenzó así. En aquél, vuelo, exactamente el número 407 de los vuelos internacionales de la compañía americana de vuelos Charter, llamada Starlight. En principio, era un vuelo como tantos otros. De aspecto rutinario, y sin nada especial en sus características ni pasajeros. Sólo en principio. Luego, llegó lo imprevisible.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1183. La pólvora huele mal, de Clark Carrados

Novela, Policial

El «Mercedes» rodaba a buena velocidad por la autopista Berlín-Tempelhof. De cuando en cuando, su conductor, alto, magro, de pómulos un tanto hundidos, lanzaba una mirada al reloj del tablero de instrumentos. 
Iba a 160 kilómetros por hora, pero rebajó la velocidad a 120. Tenía tiempo de sobra y no valía la pena cometer imprudencias. De pronto, notó un olorcillo raro en el interior del vehículo. 
Una nube de gas azulado, muy tenue, se enroscó alrededor de su cabeza. El tiempo era frío y por ello el conductor tenía las ventanillas casi cerradas.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1185. Dulce muerte en Miami Beach, de Adam Surray

Novela, Intriga, Policial

Enclavada en la península de Florida. Sobre la bahía Biscayne. El mayor centro turístico de Estados Unidos. Con una población en su área metropolitana cercana al millón y medio de habitantes. La zona incluye las comunidades de Miami Springs, North Miami, South Miami, Golden Beach, Miami Beach, Surfside, Coral Gables, Hialeah, Miami Shores y Opa-Locka. Destacando Miami Beach. Un paraíso. Sol tropical y refrescante brisa marina. Canales y bahías por donde deslizarse, rompiendo la tranquilidad de las aguas. Inexplorados jardines submarinos de coral…


Bolsilibros - Servicio Secreto 1187. Un maldito bribón, de Cliff Bradley

Novela, Intriga, Policial

—Naturalmente, si falla y es capturado, nosotros nos desentenderemos de su suerte… Eso había dicho sir Charles. Era el bien conocido disco, tan popularizado por las películas y la televisión. Roy Raglan le hizo oídos de mercader y le contestó con cierta soma, eso sí, muy respetuosa, porque sir Charles era un importante personaje, que conocía los riesgos de su oficio. Un condenado oficio donde los hubiera. Y tan inclasificable, como muchos jóvenes paseantes por los alrededores de Piccadilly Circus. Pero a Roy le gustaba; no lo habría cambiado por una cómoda oficina en la City, como ejemplo de sólida y respetable manera de ganar dinero.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1188. ¡No te burles de la maldición!, de Clark Carrados

Novela, Policial

De repente, Sholto Bould sintió que le dolía la cabeza. —Trabajo demasiado —se dijo. Tenía puestas las gafas que usaba para leer. Se las quitó, púsose en pie y dio unos cuantos paseos por el salón de su casa. —No está bien, no está bien que un hombre joven y soltero permanezca enclaustrado como un monje, sin asomar las narices fuera de su casa —dijo, hablando consigo mismo a media voz.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1191. Asesinos de vieja escuela, de Burton Hare

Novela, Intriga, Policial

La mujer ya no estaba en su primera juventud, pero sí poda enorgullecerse de su plenitud… si no hubiera sido por su expresión. Poseía un cuerpo rotundo, pletórico de sugestivas tentaciones. Unas piernas largas, magníficas, que habrían hecho la felicidad del noventa y nueve por ciento de las mujeres. Unas caderas que servían de firme remate a esas piernas. Y un rostro bello, pero marchito.


Bolsilibros - Servicio Secreto 1192. El círculo vicioso, de Clark Carrados

Novela, Policial

Desde la altura, a unos trescientos metros sobre el nivel del Neuchatel, podían verse las luces de las poblaciones situadas en sus orillas, aunque a la chica que se paseaba por el jardín no parecía impresionarle demasiado el espectáculo. 
Era una mujer joven, fuerte, de cortos cabellos oscuros, vestida con una cazadora de piel que encerraba con dificultad su pecho sano y robusto, shorts de la misma piel negra y botas también de idéntico material. Pendiente del cuello llevaba una ametralladora de paracaidista. En el cinturón tenía seis cargadores de repuesto.