Hasta ahora el gran público sólo conocía a Federico Andahazi a través de sus novelas y ensayos. Este libro revela el talento del cuentista. El escenario es Quinta del Medio, un pueblo cuya ubicación y fronteras son tan inciertas como los extraños límites que separan la ficción de la Historia. Desde los enfrentamientos entre unitarios y federales hasta la Guerra de Malvinas, el trasfondo bélico deja lugar a épicas mínimas como la aventura que protagonizan «la Gringa» y un joven soldado que debe cumplir con la orden de matarla; o la del soldado Rattaghan, que decide ir a combatir a las Islas Malvinas para librar su propia y secreta guerra. Por momentos la tragedia deja lugar a un humor ácido e irónico como el del enfrentamiento absurdo entre la ciencia —el doctor Perrier— y la religión —el cura del pueblo—, cuando una posesión demoníaca se abate sobre Quinta del Medio. En una profunda reflexión sobre el Bien y el Mal, conspiradores y asesinos a sueldo como Natán Negroponte, el sicario de las sombras, se mezclan con pequeños héroes que, a su pesar, se convierten en cómplices del horror. En cada una de estas fascinantes historias se encuentra la esencia de toda la obra de Federico Andahazi; como un arcón que se abre por primera vez, El oficio de los Santos nos deslumbra con las fórmulas secretas, los recursos y las estrategias narrativas que recorren la magnífica y original literatura del autor. El tono cáustico —a veces brutal—, el ritmo ágil y ligero, la descarnada precisión de los hechos que se narran nos deslumbran por su absoluta naturalidad. Los relatos de El oficio de los Santos fueron escritos en los años previos al rotundo éxito de El anatomista, y la mayoría de ellos fue premiada por prestigiosos jurados en diversos concursos. Era hora de que llegaran al gran público.
Por Alberto Ruy Sánchez, reconocido como Oficial de la Orden de las Artes y de las Letras por el gobierno de Francia y autor de La mano del fuego. El insomne, abandonándose a la deriva como un viejo y el mar de estos días, o estas noches, navega al azar las corrientes de la madrugada que más bien lo navegan a él. Cada oleada embravecida se convierte en una aventura, un relato, una imagen que viene de muy lejos en el tiempo o en la geografía. Y él lo atrapa y nos lo cuenta cada vez como si fuera el último trozo flotante que lo salva. Porque este insomne goza sus insomnios. En medio de la obscuridad, cada insomnio es felicidad luminosa, la luz que se vuelve el ámbito donde el inmenso placer de contar y escuchar historias toma existencia. Con cinco novelas sobre un mundo que celebra el erotismo, en cuyo centro se encuentra la ciudad de Mogador, Alberto Ruy Sánchez tiene tras de sí una trayectoria vital diversa y sorprendente, algunos de cuyos episodios cuenta en esta obra, compuesta de ingredientes como la autobiografía, la crónica, la poesía y el relato verdadero de las ficciones que se viven.
«Machen será siempre recordado por sus relatos de lo sobrenatural, género en el que pocos le superan. A su literatura aportó unas calificaciones poco usuales. Su infancia en una parroquia rural le dio la oportunidad de estudiar personalmente las costumbres y tradiciones locales. Sus primeros años, también solitarios, de Londres, donde intentó ganarse el sustento catalogando libros raros sobre ocultismo o traduciendo literatura medieval, le proporcionaron el fondo literario de sus temas. Y, todavía más importante, estuvo provisto para su labor de la clase de imaginación que sabe distinguir la maravilla que existe en cosas tan corrientes que escapan a la consideración de la gente normal».
La obra narrativa del escritor galés Arthur Machen (1863-1947) gira en torno a la sensación de que bajo las apariencias de las cosas late un poderoso e inmenso mundo invisible. Si en sus cuentos de horror sobrenatural nos adentra magistralmente en un mundo cotidiano amenazado por fuerzas insospechadas y maléficas, la cualidad fantástica de Un fragmento de vida, publicado por primera vez en 1906 y olvidado después, gravita en torno al paulatino y prodigioso cambio de conciencia del protagonista y su nueva percepción del mundo circundante. La irrupción de elementos misteriosos en la vida cotidiana de Darnell, aplastada por la rutina y la precariedad, desemboca en la vivencia de su protagonista con una realidad traspasada por símbolos. Un fragmento de vida trata sobre todo del descubrimiento de nuestros ancestros y sus secretos, de la necesidad de trascender la identidad individual y restablecer el contacto con los dioses. En todas estas cuestiones podemos sospechar las íntimas aspiraciones de aquel escritor solitario y anónimo que era por entonces Arthur Machen.
«En el poloopuesto al genio de Lord Dunsany, y dotado de una fuerza casi diabólica parainvocar suavemente el horror, partiendo del centro mismo de la prosaica vidadiaria, se sitúa el erudito Montague Rhodes James, preboste del Eton College,arqueólogo de renombre, y reconocida autoridad en manuscritos medievales ehistoria de las catedrales. (...)El arte deM. R. James no es en absoluto casual, y en el prefacio de una de suscolecciones formula tres reglas muy acertadas de la composición macabra. El relatode fantasmas, según él, debe tener un marco familiar a la época moderna, a finde acercarse lo más posible al ámbito de la experiencia del lector. Susfenómenos espectrales, además, deben ser malévolos más que beneficiosos, ya quela emoción que hay que suscitar ante todo es el miedo. Por último, debeevitarse escrupulosamente la jerga técnica del 'ocultismo” opseudociencia, con objeto de que la verosimilitud casual no se vea ahogada poruna pedantería nada convincente.El Dr.James, practicando lo que predica, aborda sus temas de una manera ligera yfrecuentemente coloquial. Crea una ilusión de acontecimientos cotidianos eintroduce sus fenómenos anormales cauta y gradualmente, realzándolos a cadapaso con detalles sencillos y prosaicos, y sazonándolos a veces con una pizca odos de erudición arqueológica. Consciente de la estrecha relación entre laespectralidad actual y el acervo tradicional, aporta remotos antecedenteshistóricos para sus incidentes, lo que le permite utilizar con toda propiedadsus conocimientos exhaustivos del pasado y su dominio convincente del lenguajey el colorido arcaicos.» H. P.LOVECRAFT
En este libro ofrecemos al lector una selección de los mejores cuentos de Nodier y, en apéndice, su injustamente olvidado ensayo sobre lo fantástico en literatura, texto de gran interés teórico que se publicó en 1830 y que apenas se ha reimpreso desde entonces.
La presente antología recoge catorce relatos, fechados entre 1906 y 1927, en los que se pone de manifiesto la original aportación de Blackwood al moderno cuento de terror.
Los relatos incluidos en este volumen constituyen un nuevo ejemplo del arte de Blackwood para hacer surgir de las profundidades del alma esa bruma inquietante hecha de ansiedades y presagios que difumina los perfiles de las cosas concretas y nos acerca un mundo oscuro, equívoco, y posiblemente real.
«Si en una época de mi actividad literaria me atrajeron los “folk-tales”, los “fairy-tales”, no era por fidelidad a una tradición étnica ni por nostalgia de las lecturas infantiles, sino por interés estilístico y estructural, por la economía, el ritmo, la lógica esencial con que son narrados». Sólo un escritor tan sabio y versátil como Italo Calvino podía llevar a buen término la tarea de seleccionar los doscientos mejores cuentos de la tradición popular italiana, aquí publicados íntegramente acompañados de un extenso prólogo y anotados por el propio Calvino. A lo largo de dos años Calvino escogió, entre un cúmulo de narraciones recopiladas durante casi dos siglos, las versiones más bellas y originales y las tradujo al italiano a partir de los dialectos en que habían sido compiladas y en algún caso, enriqueció la versión con ayuda de sus variantes, enlazando con ligeras invenciones las partes aparentemente eludidas o mutiladas. «Durante dos años viví en medió de bosques y palacios encantados, con el problema de cómo ver mejor el rostro de la bella desconocida que se tiende cada noche junto al caballero o con la incertidumbre de usar el manto que confiere la invisibilidad o la patita de hormiga, la pluma de águila y la uña del león, que sirven para transformarse en dichos animales. Y durante dos años el mundo que me rodeaba, fue impregnándose de ese clima, de esa lógica, y cada hecho, se prestaba a ser resuelto e interpretado en términos de metamorfosis y encantamiento (…). Poco a poco me pareció que, de la mágica caja que había abierto, la extraviada lógica que gobierna el mundo de los cuentos de hadas se había desencadenado para imperar una vez más sobre la tierra. »Ahora que el libro está concluido, puedo decir qué no se trataba de una alucinación, de una suerte de enfermedad profesional. Se trataba, más bien, de algo que ya sabía en el instante de la partida, ese algo al que anteriormente aludí, la única convicción propia que me había impulsado a emprender el viaje; y lo que creo es esto: los cuentos de hadas son verdaderos». Con estas palabras presentaba Italo Calvino la edición italiana (1956) de estos doscientos cuentos, acompañados de un extenso prólogo y anotados por el propio Calvino, que hoy Ediciones Siruela publica íntegramente en la cuidada traducción de Carlos Gardini. Italo Calvino (1923-1985) inició su trayectoria como escritor en las filas del neorrealismo italiano. Con el paso del tiempo fue abandonando su costumbrismo y su compromiso ideológico para sumergirse cada vez más hondamente en la fantasía y la fabulación, llevando a la práctica en cada una de sus obras esos principios teóricos que sólo formularía al final de su vida, en ese legado-manifiesto que son sus Seis propuestas para el próximo milenio, publicado por Ediciones Siruela, junto a su celebrada trilogía compuesta por “El vizconde demediado”, “El barón rampante” y “El caballero inexistente” o “El castillo de los destinos cruzados”.
«Si en una época de mi actividad literaria me atrajeron los “folk-tales”, los “fairy-tales”, no era por fidelidad a una tradición étnica ni por nostalgia de las lecturas infantiles, sino por interés estilístico y estructural, por la economía, el ritmo, la lógica esencial con que son narrados». Sólo un escritor tan sabio y versátil como Italo Calvino podía llevar a buen término la tarea de seleccionar los doscientos mejores cuentos de la tradición popular italiana, aquí publicados íntegramente acompañados de un extenso prólogo y anotados por el propio Calvino. A lo largo de dos años Calvino escogió, entre un cúmulo de narraciones recopiladas durante casi dos siglos, las versiones más bellas y originales y las tradujo al italiano a partir de los dialectos en que habían sido compiladas y en algún caso, enriqueció la versión con ayuda de sus variantes, enlazando con ligeras invenciones las partes aparentemente eludidas o mutiladas. «Durante dos años viví en medió de bosques y palacios encantados, con el problema de cómo ver mejor el rostro de la bella desconocida que se tiende cada noche junto al caballero o con la incertidumbre de usar el manto que confiere la invisibilidad o la patita de hormiga, la pluma de águila y la uña del león, que sirven para transformarse en dichos animales. Y durante dos años el mundo que me rodeaba, fue impregnándose de ese clima, de esa lógica, y cada hecho, se prestaba a ser resuelto e interpretado en términos de metamorfosis y encantamiento (…). Poco a poco me pareció que, de la mágica caja que había abierto, la extraviada lógica que gobierna el mundo de los cuentos de hadas se había desencadenado para imperar una vez más sobre la tierra. »Ahora que el libro está concluido, puedo decir qué no se trataba de una alucinación, de una suerte de enfermedad profesional. Se trataba, más bien, de algo que ya sabía en el instante de la partida, ese algo al que anteriormente aludí, la única convicción propia que me había impulsado a emprender el viaje; y lo que creo es esto: los cuentos de hadas son verdaderos». Con estas palabras presentaba Italo Calvino la edición italiana (1956) de estos doscientos cuentos, acompañados de un extenso prólogo y anotados por el propio Calvino, que hoy Ediciones Siruela publica íntegramente en la cuidada traducción de Carlos Gardini. Italo Calvino (1923-1985) inició su trayectoria como escritor en las filas del neorrealismo italiano. Con el paso del tiempo fue abandonando su costumbrismo y su compromiso ideológico para sumergirse cada vez más hondamente en la fantasía y la fabulación, llevando a la práctica en cada una de sus obras esos principios teóricos que sólo formularía al final de su vida, en ese legado-manifiesto que son sus Seis propuestas para el próximo milenio, publicado por Ediciones Siruela, junto a su celebrada trilogía compuesta por “El vizconde demediado”, “El barón rampante” y “El caballero inexistente” o “El castillo de los destinos cruzados”.
En pleno invierno de 1915, al sur de los Cárpatos, un destacamento de ciento veinte jinetes del ejército austro-húngaro persigue más allá de sus líneas un enemigo inalcanzable. A través de la enorme llanura desolada, sobre la que se cierne un cielo plomizo y una densa niebla cenicienta, la tropa se adentra en un extraño reino poblado de sombras que vagan por la oscuridad y el silencio, donde «ya no sabe uno con certeza quién es el que aún vive y el que ya está muerto; ni siquiera de sí mismo puede uno estar seguro». Veinte años después, el barón Bagge, único superviviente de aquel malhadado destacamento, narra cómo en el transcurso de aquella misión vivió la aventura de amor y muerte que cambió radicalmente su vida.El barón Bagge, editado por primera vez en 1936, es una de las últimas crónicas de la caballería y uno de los grandes relatos fantásticos del siglo XX.
«La estratagema» aborda la locura en una secuencia de códigos secretos y simbólicos, «El testamento de Magdalen Blair» detalla un supuesto experimento científico en el que la telepatía llega al ámbito de la materia misma; por último, «Su pecado secreto» es un divertimento en el que el autor denuncia la mojigatería y la represión de la sociedad británica. La obra retoma, pues, en clave de ficción, algunos de los temas a los que Crowley dedicó sus investigaciones —y sus prácticas mágicas—, manipulando hábilmente los más profundos terrores y las ocultas aspiraciones del ser humano.
Siete narraciones en la que la esperanza se termina una página antes de iniciar el texto. El autor de Amores de segunda mano y El seductor de la patria nos introduce a diferentes atmósferas: la realización de programas televisivos, países africanos, oficinas, ciudades sacadas de un futuro gobernado por un sistema totalitario. Nos presenta a actores de televisión que no saben qué hacer con sus larguísimas vaciones pagadas y terminan atacándose, escritoras que descubren la enorme puesta en escena que significa la obra de los escritores, de los tesoros vivientes, el clásico «en mi boleta sólo hay dieces, muéranse de la envidia» tan despreciado y solitario en las instituciones educativas, la mujer dueña de su cuerpo, el travesti que no lo es, directores de cine venidos a menos.
Los personajes que merodean por los cuentos de «El oro celeste» tienen el mismo aspecto que tú y se llaman Ramón Valbuena o Paco Pérez, igual que tu cuñado o tu vecino del quinto. Son hombres corrientes que, como todos los hombres corrientes, de corrientes tienen poco. Por eso un buen día renuncian a acudir puntualmente a la oficina y se hacen pasar por locos, o se transforman en caballo y se enamoran de una yegua, o se tumban en el diván del psiquiatra y por su boca habla un marinero muerto tres siglos atrás cerca de Ciudad del Cabo. Manuel Moyano le retuerce el cuello a la realidad, y de esa realidad estrangulada extrae las más disparatadas ficciones. Respeta el principio de la verosimilitud, pero juega con él como un malabarista con antorchas encendidas. Porque sabe que, a nada que rasques en la realidad, surge el absurdo. Y con el absurdo, el humor. Realidad, absurdo y humor, mucho y muy negro humor, hay en «El oro celeste». Un libro que te hará mirar con otros ojos no sólo a tu cuñado y a tu vecino del quinto, sino también a ese tipo con el que te cruzas cada vez que pasas por delante de un espejo.
En este vibrante relato histórico, Domingo de Soria Luce narra cómo, siendo él caballero a las órdenes de Francisco Pizarro en la Conquista del Perú en 1532, apresaron y dieron muerte al último gran Inca Atahualpa para, en realidad, contar mucho más. Treinta años después de aquellos sucesos, el protagonista es un anciano retirado en un convento al que, a pesar de su intento de aislarse del mundo, su conciencia no le permite desprenderse de su participación en el ocaso de una civilización sumamente fascinante; y aunque ahora ha entendido que entonces él era «tartamudo, también por dentro», sabe que eso no le exculpa de haber participado en aquellas atrocidades llevadas a cabo en nombre de la fe y del nacionalismo; un cóctel explosivo cuya mecha incontrolable fue la enajenada codicia por el oro, que poco se aleja de la que ha llevado hoy, casi quinientos años después, al primer mundo a otra de sus crisis.
Relata Edmund Wilson en uno de los capítulos de su ya clásica obra «Hacia la estación de Finlandia», la profunda conmoción que produjo en el joven Lenin —fue presa de un horror tal que no pudo permanecer en la habitación— la lectura de «El pabellón N.º 6». En efecto, el prodigioso relato de Antón Chéjov (1860-1904) no es solo la descripción de la amistad que se va anudando entre un joven paranoico recluido en un manicomio y el director del establecimiento, sino también una fábula acerca de la situación de frustración e impotencia de los intelectuales rusos a fines del siglo XIX.Completa esta publicación un prólogo de Máximo Gorki que escribe una semblanza tan emotiva como veraz Chéjov, y otro cuento magistral, «El hombre enfundado».
Escrito en 1920, cinco años antes de la publicación de El gran Gatsby , «El pagaré» es un relato que permanecía inédito hasta que en 2017 The New Yorker lo descubrió y publicó. Parece ser que estaba destinado a ser publicado en Harper’s Bazaar , pero Francis Scott Fitzgerald nunca lo envió para su publicación.
Este relato narra la historia de un editor que acaba de contratar un exitoso libro, las memorias de un médico convertido en investigador de fenómenos paranormales, titulado La aristocracia del mundo espiritual. Después de un exitoso lanzamiento de medio millón de copias, el editor decide visitar al autor para firmar su próximo libro…
Este cuento se publicó por primera vez en 1866 en el periódico Le Figaro con el título «La jornada de un perro errante». Luego, los perros fueron sustituidos por los gatos y el cuento sufrió varias modificaciones hasta la versión definitiva que aquí se presenta. Siendo ésta una alegoría del eterno dilema entre libertad y confort, donde un gordo gato doméstico se escapa para probar esa vida bohemia del gato callejero que tanto le fascina.
Se presenta aquí una cuidada antología que pretende trazar un camino de ida y vuelta sobre la obra de Augusto Monterroso, amigo de las cosas irónicamente simples y máxima figura del género más breve de la literatura: el microrrelato. Articulado en dos bloques complementarios, el volumen recoge los cuentos y ensayos más narrativos del autor, proporcionando un viaje a la felicidad y a la sencillez, a la gracia y a la discreción, al humorismo y a la tristeza. Un tímido homenaje al más refinado de los escritores hispanoamericanos. «Hay que leerlo manos arriba. Su peligrosidad se funda en la sabiduría solapada y la belleza mortífera de la falta de seriedad.» Gabriel García Márquez
No era habitual convocar a las Plagas de la Humanidad a una reunión, pero eran tiempos difíciles y había que tomar decisiones importantes. Se encontrarían juntas en una habitación por primera vez en mucho tiempo y debían tener cuidado, porque entre ellas existían rencillas muy antiguas. Acordaron reunirse en casa de Muerte. En su presencia, ninguna se atrevería a pasarse de la raya. El parlamento de las plagas es una colección de relatos disfrazada de novela corta. Fantasmas, duendes, viajes en el tiempo, inteligencias artificiales y extraterrestres se mezclan con las Plagas y las Virtudes de la Humanidad, que se preguntan si merecemos una segunda oportunidad o ha llegado la hora de la extinción.