¿Se puede amar a dos personas a la vez? Esta pregunta eterna, tratada tantas veces en la literatura y el cine, se plantea bajo un nuevo prisma en esta cautivante primera novela de la guionista suiza Diane Brasseur, que sorprendió a la crítica francesa por el raro talento con que disecciona psicológicamente a sus personajes para narrar sin concesiones el drama silencioso de un hombre atrapado en un torbellino de sentimientos encontrados. Unas horas antes de viajar a Nueva York para celebrar la Navidad con su mujer y su hija adolescente, el protagonista y narrador de esta historia se encierra en su despacho con el firme propósito de no salir hasta haber tomado una decisión crucial: abandonar a su esposa o a su amante. No se trata del caso banal de un hombre que intenta burlar el paso del tiempo en compañía de una persona más joven. Todo lo contrario. Aunque de manera muy distinta, el protagonista ama profundamente a las dos mujeres, lo que le causa un enorme sufrimiento, pues al dilema de conciencia se suma la angustia de la incertidumbre y de la pérdida. Sin excusas ni autocompasión, la autora traza una imagen muy precisa de las relaciones humanas a partir de la confesión del protagonista, que admite su fragilidad y revive escenas de las dos historias de amor —entre París y Marsella, entre el fulgor del enamoramiento y el placer de un amor sereno y envolvente—, que lo han llevado al borde del precipicio. El lector, por su parte, no podrá evitar situarse por igual en los tres vértices del triángulo, dejándose envolver por esta bella y sincera reflexión sobre la dolorosa naturaleza del amor.
Edita Morris nos relata con dulzura y mucho sentimiento las diversas facetas y aspectos del drama de las víctimas de Hiroshima a través del personaje principal y protagonista de la novela, Yuka, una joven esposa, madre, hija y hermana de alguno de aquellos seres sacrificados o afectados posteriormente por los efectos derivados de la explosión atómica. Es un libro muy hermoso que vale la pena leer para acercarnos a ese ámbito inconcebible de sacrificio y dolor gratuito.
1937, Nanjing: el ejército japonés ha entrado en la capital china a sangre y fuego. La guerra ha atrapado a Shujuan junto con otras doce estudiantes en el desván de la parroquia Santa María Magdalena, al cuidado del padre Engelmann. Aunque hay algo que sacude su mundo con más fuerza que el sonido de los disparos. Cuando la misteriosa y seductora Zhao Yumo llega al frente de un grupo de prostitutas en busca de refugio, las niñas y los clérigos tienen que enfrentarse a sus propias encrucijadas: ¿dónde está la justicia?, ¿qué los distingue de esas mujeres?, ¿cómo defenderse de la crueldad?
Una sobrecogedora historia de miedo y violencia, pero también de amor, pasiones ingobernables, amistad y compasión, que Zhang Yimou llevó al cine en la mayor producción cinematográfica de la historia de China con Christian Bale al frente del reparto.
El corazón no es solo la vida palpitante que late dentro de nuestro pecho. También es el receptáculo de todas nuestras emociones, deseos, tristezas y alegrías. No está condicionado a los estereotipos marcados por nuestra civilización, porque no envejece: muy adentro de nuestro pecho, seguimos siendo eternamente jóvenes sin perder las esperanzas y los anhelos, que, a fin de cuentas, son el motor que marca nuestra existencia. Siempre esperamos ser amados, ricos o vengados, porque el paso del tiempo no afecta a nuestros deseos más recónditos, y entonces nos preguntamos ¿por qué hice esto o aquello? ¿Qué me llevó a equivocarme, a abandonar a quienes amé? ¿A actuar de forma repentina e incomprensible? Es nuestro corazón, que guarda deseos, goces y resentimientos, y explota de forma a veces inesperada, derramando todo lo que guardaba dentro de sí. Nos cuesta entonces reconocernos a nosotros mismos. Los relatos que componen este volumen nos hablan sobre la suerte y el egoísmo, la soledad y el miedo, la locura y la pasión. Los seres humanos, criaturas complejas que no son felices con lo que tienen, encuentran su verdadera naturaleza cuando se enfrentan a la adversidad. A lo largo de las páginas de este libro encontraremos secretos, misterios, terrores y crímenes, fruto del oscuro interior del alma humana. ¿Hasta dónde podemos llegar cuando todo está en nuestra contra?
Arnaud ya no escucha nada ni a nadie. Tiene una esposa dócil, unos hijos a los que apenas ve en el desayuno y varias amantes a su disposición. Pero un día la nieve recién caída lo sorprende en la carretera y pierde el control de su vehículo. En estado de coma, permanece encamado, aparentemente inconsciente.
Sin embargo, Arnaud lo oye todo. Sus allegados se suceden a la cabecera de su cama, desvelando su auténtico rostro, y comprende hasta qué punto se equivocó, sobre sí mismo y sobre los demás. Se producirán hirientes revelaciones y magníficas sorpresas. Y del silencio brotarán las flores más inesperadas…
Violeta es alegre, entusiasta y una obsesa de la jardinería. Ha hecho la promesa de vivir en mayúsculas, luchar por lo que quiere y no rendirse ante las adversidades.Estas comienzan el mismo día en el que abandona a su novio, su trabajo y su pueblo para mudarse a Madrid con su hermana Rosa, que no la recibe con los brazos abiertos. La aparición de Diego, como un vendaval con su actitud de cactus, desentierra viejas rencillas familiares y pone su vida patas arriba.Todo parece estar en su contra y la promesa que tan fácil le pareció en su momento se convierte en una lucha diaria de la que no está dispuesta a salir vencida.
La historia real de dos niñas frente al Ángel de la Muerte Eva Mozes Kor tenía sólo diez años cuando llegó a Auschwitz. Sus padres y dos hermanas mayores fueron llevados a las cámaras de gas, pero ella y su gemela Miriam fueron puestas al cuidado del hombre conocido como el Ángel de la Muerte, el sanguinario doctor Josef Mengele, quien realizaba crueles experimentos sobre todos los gemelos que encontraba, en su delirante afán por entender la genética y mantener pura a la raza aria. En estas páginas, Kor relata cómo luchó a diario por su supervivencia y la de su hermana en condiciones infrahumanas frente a una maldad difícil de comprender.
Una bellísima novela sobre la gratitud, sobre lo importante que es poder dar las gracias a aquellos que nos han ayudado en la vida. «Hoy ha muerto una anciana a la que yo quería. A menudo pensaba: “Le debo tanto”. O: “Sin ella, probablemente ya no estaría aquí”. Pensaba: “Es tan importante para mí”. Importar, deber. ¿Es así como se mide la gratitud? En realidad, ¿fui suficientemente agradecida? ¿Le mostré mi agradecimiento como se merecía? ¿Estuve a su lado cuando me necesitó, le hice compañía, fui constante?», reflexiona Marie, una de las narradoras de este libro. Su voz se alterna con la de Jérôme, que trabaja en un geriátrico y nos cuenta: «Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias. Y con el miedo a morir. Forma parte de mi oficio». A ambos personajes —Marie y Jérôme— los une su relación con Michka Seld, una anciana cuyos últimos meses de vida nos relatan estas dos voces cruzadas. Marie es su vecina: cuando era niña y su madre se ausentaba, Michka cuidaba de ella. Jérôme es el logopeda que intenta que la anciana, que acaba de ser ingresada en un geriátrico, recupere aunque sea parcialmente el habla, que va perdiendo por culpa de una afasia. Y ambos personajes se involucrarán en el último deseo de Michka: encontrar al matrimonio que, durante los años de la ocupación alemana, la salvó de morir en un campo de exterminio acogiéndola y ocultándola en su casa. Nunca les dio las gracias y ahora querría mostrarles su gratitud… Escrita con un estilo contenido, casi austero, esta narración a dos voces nos habla de la memoria, el pasado, el envejecimiento, las palabras, la bondad y la gratitud hacia aquellos que fueron importantes en nuestras vidas. Son las respectivas gratitudes las que unen a los tres inolvidables personajes cuyas historias se entrelazan en esta conmovedora y deslumbrante novela.
La virtud del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal es que su obra retrata a una comarca, la suya. Sus novelas y cuentos, o los relates, como en esta ocasión, describen siempre a personajes que estuvieron cerca de las emociones de la gente del pueblo por el que ha terminado el identificándose en el país. Tuluá es, otra vez, el referente de su este libro; bien contado, amplio como un abanico, con el ADN violento de sus hombres. Sin embargo, esas historias podrían ser las mismas de cada uno de nuestros pueblos. Los crímenes de los envalentonados que espantan, desde hace siglos, la provincia, en la lucha por la tierra. Están, incluso, las pequeñas locuras cometidas a causa de los celos enfermizos de los enamorados. Desde su más primigenio momento, Tuluá ha sido territorio fruto de la guerra. Estos veinte relatos, unidos por el hijo conductor del espacio común y creciente de una ciudad en donde se han matado siempre, son los pincelazos de la forma de ser, rebelde y agresiva, que tienen los que nacieron allí.
Ann Eliza y Evelina Bunner, las protagonistas de esta novela corta, regentan una modesta mercería en un barrio humilde de Nueva York. Un día, con motivo de su cumpleaños, Ann Eliza le regala a su hermana un reloj. Este humilde objeto será el causante de que los cimientos sobre los que se asientan sus vidas empiecen a tambalearse. Edith Wharton escribió esta conmovedora historia sobre la abnegación y el sacrificio en 1892, si bien no la publicó hasta 1916 en el volumen titulado Xingu and other stories. A pesar de su temprana fecha de redacción, los conocedores de su obra no dudan en considerarla una de sus creaciones más logradas. En ella quedan patentes tanto su habilidad a la hora de desarrollar una trama como su maestría para describir el ambiente en el que se desenvuelven sus narraciones y para plasmar las motivaciones, las dudas y los anhelos de sus personajes.
Adriana es como un viento, irrumpe siempre en la vida de su hermana con la fuerza de una revelación. Fueron niñas rebeldes y cómplices, hijas de ninguna madre. Ahora son mujeres cargadas de impulsos y de errores, de decepciones y posibilidades, con una herencia de palabras no dichas y atenciones intermitentes. Viven dos grandes amores, sagrados y algo tortuosos, irreparables como lo son a veces los amores nacidos en la juventud. Pero para quien no conoce la lengua del afecto es muy difícil abrir el corazón. Con la sabiduría y la naturaleza de los grandes escritores, Donatella Di Pietrantonio nos regala en estas páginas una emoción cálida y susurrada, que permanecerá en nosotros durante mucho tiempo.
En una fría habitación de hospital, frente al lecho de su madre que yace senil en el ocaso de la vida, Anna es consciente por primera vez de lo poco que conoce a su progenitora. Decide pues, valiéndose de unos diarios y unas fotos de familia, emprender un viaje hacia el pasado con la intención de descubrir los hechos más importantes que determinaron la existencia de Johanna y de Hanna, madre y abuela, en busca de esas señas ocultas, esos códigos secretos que, pasando de generación en generación, modelan nuestra identidad sin que apenas tengamos conciencia de ello. Y lo que empieza siendo pura curiosidad se transforma pronto en acuciante necesidad, pues Anna comprende que sólo así podrá reconciliarse con su pasado y encontrar la estabilidad que le permita solucionar los problemas que la aquejan. Con una inusitada capacidad de implicar al lector en los avatares de sus personajes, Marianne Fredriksson ha compuesto una bella historia acerca de los conflictos, sinsabores y alegrías de tres mujeres escandinavas —abuela, madre e hija— representativas de tres épocas muy distintas en la evolución de la historia europea contemporánea. Plena de sentimientos y confesiones que nacen de la introspección, Las hijas de Hanna es un intento sincero y valiente de romper esas barreras intangibles que, erigidas involuntariamente entre padres e hijos, son causa con demasiada frecuencia de un profundo sufrimiento moral.
Como todos los grupos humanos inaccesibles para la mayoría, las comunidades jasídicas suelen generar todo tipo de especulaciones y falsas impresiones. Esta conmovedora novela, que destaca por su descarnada autenticidad —la autora se crió en el seno de una familia jasídica satmer—, abre por fin una ventana a este mundo opaco y misterioso. El relato arranca en la Europa Central anterior a la Segunda Guerra Mundial y se prolonga hasta el Brooklyn de hoy, dibujando el inevitable conflicto entre un amor puro e inalterable y una rígida tradición centenaria. Sin sombra de valoraciones morales, el extraordinario talento narrativo de Anouk Markovits plasma con todo detalle la realidad cotidiana de una sociedad hermética, cuyas leyes inflexibles gobiernan incluso los aspectos más nimios de la vida de sus miembros. Mientras un terremoto político sacude Europa, el pequeño Josef Lichtenstein es testigo del asesinato de su familia a manos de un guardia de hierro rumano. Salvado por la criada, que lo bautiza y lo hace pasar por hijo suyo, cinco años después él mismo salva a Mila, una niña judía que ha sufrido un trance similar. Así, Mila consigue llegar hasta Zalman Stern, líder de la comunidad jasídica satmer, en cuya casa crecerá, estrechamente unida a Atara, la primogénita de la familia. Pero una vez instaladas en París y alcanzada la mayoría de edad, el camino de las hermanas se bifurca. Si Atara cuestiona lo incuestionable y busca en los libros prohibidos verdades diferentes, Mila absorbe con convicción los estrictos preceptos religiosos que le inculcaron. Sin embargo, años más tarde, ya casada y viviendo en Nueva York, esa misma rigidez la empuja a tomar una decisión desesperada, que amenazará con destruir a su familia y expulsarla del único mundo que conoce. «Surge de esta conmovedora saga familiar, que se debate entre amor y fe, un desgarrador sentimiento de pérdida. Liberarse siempre implica una renuncia. La novela es magnífica.» Elle
Esta novela te sumergirá en un viaje en tiempos de la colonia, en donde la realidad tiene tintes mágicos y nada es lo que parece. El capitán Pedro de la Flor y Olmos recibe del rey Felipe II una misión secreta que deberá cumplir por el honor y la lealtad a la corona. El curso de su vida y el de su familia cambiará drásticamente tras cruzar el Atlántico para residir en una ciudad del nuevo mundo, Cartagena de Indias. Un encuentro de dos mundos, en donde piratas y corsarios son una sombra siempre al acecho, la libertad un privilegio de sangre y la esclavitud una marca perenne sobre la piel. Una historia fascinante en donde el amor y el desamor se pasean juntos de la mano, y la fe y la herejía duermen en la misma cama.
Las hogueras plantea, a través de una técnica de contrapunto y un estilo en el que se conjugan el más crudo realismo con la más honda poesía, el problema esencial del hombre: la búsqueda de la felicidad.
El personaje central, Sibila, sensual exmodelo parisiense, hija de un mundo fastuoso y depravado, busca su felicidad por medio del amor. Su marido, Archibald, intelectual adinerado, lo hace intentando hallar a Dios desde un angustioso escepticismo. Daniel el Monegro, un ser puramente instintivo y con un pasado sangriento, se convierte en el amante de Sibila y encauza toda su ambición hacia la riqueza. Por último, Asunción Molino, la maestra de escuela, vive inmersa en la amargura de su vocación y de su vida fracasadas. Y, por extensión, estos personajes nos ofrecen una amplia visión de la sociedad de nuestros días, con su desesperada lucha por la existencia por debajo de la huera fraseología de hermandad.
Una desolada playa de Mallorca, batida por las olas y los vientos, es el escenario donde estos seres debaten sus ansias de vida, que queman inútilmente como las estériles hogueras de verano.
En 1952, en un convento de monjas en el sur de Francia, Adeline lucha por recuperar sus recuerdos. Unos recuerdos tan horribles que la han dejado muda desde que la encontraron deambulando herida en 1944. Poco a poco, de las tinieblas de su mente surgirán los protagonistas de esta historia: Sebastien, el amable y romántico judío, hijo de banquero, incapaz de comprender la magnitud de lo que se avecina; Isabelle, la joven profesora que se enamorará de él perdidamente; Paul, el hermano de Isabelle, que escribe cartas que nadie leerá desde el campo de prisioneros; Tristan, el niño de buena familia que ha llegado al pueblo huyendo de un París convulso… En el frágil paraíso de un pueblecito de la Francia todavía no ocupada por los nazis, donde la vida transcurre como en una burbuja de cotidiana tranquilidad, cada uno de ellos seguirá adelante con sus sueños, sus esperanzas, sus ambiciones… hasta que el fanatismo, la violencia y la realidad de una guerra implacable les alcance.
La memoria de Ángela, anciana y solitaria, está poblada por los recuerdos de dos importantes familias cubanas, los Falcón y los Monteagudo, convertidas en una sola a través de generaciones que alcanzan los tiempos críticos de la Cuba actual. Sus evocaciones componen una emocionante historia familiar que recorre cien años de amor, deseos ocultos, secretos y pérdidas irreparables. Una saga en la que se entremezclan hasta cobrar vida las pasiones, los olores de la tierra y el mar, el amor, el paso del tiempo y los vaivenes del alma, con la que Ana Cabrera Vivanco recupera la mejor tradición de la narrativa latinoamericana. Un relato de largo aliento con personajes inolvidables y una magnífica narración en la que el tiempo y la historia marcan el camino de unas personas que vivieron, sufrieron, amaron y supieron que la felicidad podía ser intensa, pero también pasajera.
Mathilde ocupa un puesto directivo en un departamento de marketing. Atraviesa un mal momento en el trabajo y su vida pierde sentido: ha entrado en crisis. Thibault es médico y atiende pacientes desplazándose de un lado a otro de la ciudad. Atraviesa un mal momento en su vida sentimental, se siente atrapado en su trabajo, no encuentra sentido a nada: ha entrado en crisis. Sus vidas se alejan, se acercan, se cruzan en los caminos subterráneos de la gran ciudad, de sus trabajos, de sus pensamientos. ¿Es posible que en algún momento se encuentren? ¿Es posible el amor o simplemente la vida en una ciudad competitiva y cruel pero que también sabe ser generosa y humana?
Publicada en 1954 y celebrada en toda Europa como una de las grandes novelas del siglo XX, esta epopeya familiar y rural del norte portugués supuso para Agustina Bessa-Luís la temprana confirmación, con poco más de treinta años, de una carrera literaria marcada por la calidad de la escritura y la singularidad de la mirada. En La sibila asistimos al relato exuberante, con incontables meandros, de la vida de tres generaciones de mujeres de la casa de la Vessada, finca escenario donde las poderosas integrantes de la saga, que se mueven entre la aversión hacia los hombres y una forma de misantropía controlada, se convierten en las verdaderas herederas y guardianas del legado familiar. Son ellas aquí las de la voluntad inquebrantable, las astutas, las que cuidan las formas sutiles y las viejas costumbres, las que equilibran violencia y razón, autodisciplina e indulgencia. Entre la abuela Maria, capaz de conservar milagrosamente un terruño dilapidado por su marido, y la nieta Germana, es Joaquina, Quina, "un ser raro y apasionante", la que mejor muestra esa personalidad digna y compleja, calculadora y trascendente, envanecida y discreta que le valió el apodo de «la sibila». La inolvidable historia de Maria, Quina, Estina y Germana, narrada con lirismo y contundencia, se eleva en virtud de las ideas y reflexiones que desbordan violentamente el relato y le dan el sentido y la profundidad de una obra exigente e inmortal.
Anna está interpretando un papel, pero no lo sabe. O tal vez no quiere saberlo, porque entonces tendría que preguntarse quién es realmente y qué quiere de la vida. Tiene dos hijos maravillosos, y Guido, su esposo cirujano plástico, acaba de ser nombrado jefe de Villa Sant’Orsola, la clínica privada familiar, por Attilio, el padre de Anna, quien haría cualquier cosa por su amada hija. Así que ¿qué va mal? La verdad se revela cuando la familia se ve envuelta en un escándalo: los dos cirujanos están acusados de haber implantado prótesis dañadas. El matrimonio aparentemente perfecto de Anna y Guido salta por los aires, y todo comienza a derrumbarse a su alrededor como una avalancha implacable.