De la estatua a la piedra es un recorrido que José Saramago hizo de su trayectoria literaria. En él reflexiona sobre el oficio de escribir y sobre la transformación que experimentó su narrativa: a partir de Ensayo sobre la ceguera «me di cuenta de que había estado describiendo estatuas. Tuve que entender el mundo nuevo que se me presentaba al abandonar la superficie y pasar al interior de la piedra».  En esta guía, al texto de José Saramago le acompaña una introducción de Pilar del Río, un epílogo de Fernando Gómez Aguilera y las primeras páginas de todos sus libros.
¿A qué suena la música que hoy está haciendo historia? El pianista islandés Ólafur Arnalds dijo una vez que en vez de elevar un puente sobre la música clásica y la popular, la verdadera misión era secar las aguas por debajo, y en cierta forma esa es la actitud que define el nuevo sonido en nuestro tiempo. Como en cualquier otra disciplina creativa, es un lugar común admitir que nada ha sucedido en la música desde los años setenta, y no es verdad. Una invasión silenciosa lo demuestra, y Javier Blánquez toma el testigo del reputado Alex Ross para explorar un terreno que en El ruido eterno nos era desconocido. Tan erudita como apasionada, la escritura de Blánquez abre una ventana a los sonidos más disruptivos del siglo XXI. Una invasión silenciosa habla de una música que no es experimental y tampoco es clásica.
A lo largo de la vida, las personas disfrutamos, de media, de más de cinco mil películas. Nos emocionamos con historias y personajes que hacen un clic en nuestro interior que no sabemos explicar. ¿Y si alguien pudiera ayudarnos a entender por qué el cine se ha vuelto imprescindible para el ser humano?
En Una película para cada año de tu vida , el periodista y crítico de SensaCine Alejandro G. Calvo se convierte en nuestro guía particular y nos recomienda qué películas ver según el momento vital en el que nos encontramos. Con un estilo que combina erudición y relato personal, Calvo explora el hilo que conecta a Steven Spielberg con nuestros sueños, a David Lynch con nuestras pesadillas y a Jean-Luc Godard con nuestro gran amor, y nos demuestra que siempre hay una historia en pantalla dispuesta a ofrecernos una lección de vida.
El crítico cinematográfico y director de SensaCine, presenta su primer libro, un recorrido filmico para comprender por qué el cine y la vida siempre van de la mano. Naces, creces, te reproduces y... ves cine.
El apasionante relato de la Argentinita, una mujer que quería bailar por encima de todo. Una oda al arte, a la amistad y a la libertad. El día en que la Argentinita sube por primera vez a un escenario, con tan solo cuatro años, descubre que bailar es su destino y que quiere dedicarse a ello hasta su último aliento. Con sus pasos y su voz cautivará al mundo entero, y conocerá a las mentes más brillantes de su época: trabará una gran amistad con García Lorca, asistirá a las mejores fiestas flamencas y vivirá un apasionado romance con el torero Ignacio Sánchez-Mejías, aunque también sufrirá dolorosas pérdidas. Su talento la llevará de París a Buenos Aires, desde los cafés de Málaga hasta los escenarios de Nueva York, al tiempo que en su propio país se inicia una durísima guerra civil. Frente al miedo, esta fascinante mujer se aferrará a lo que siempre la ha sostenido: el baile.
La historia del disco que casi acaba con Los Planetas Los Planetas eran un completo desastre en 1997. El grupo estaba hecho trizas, pero se había impuesto la misión de acabar su tercer disco como fuese. Incluso sin Florent, guitarra y compositor, que pasaría unos meses en Madrid recuperándose de sus adicciones. Ni el mánager ni el sello discográfico veían claro que el grupo pudiera tenerse en pie, pero, en su delirio, Los Planetas ya habían decidido que grabarían su tercer disco en nueva York. Lenta y dolorosamente nacerán 'La Copa de Europa', 'Toxicosmos', 'Línea 1', 'Segundo Premio'… Canciones en las que laten los problemas internos del grupo y, también, los dilemas morales de cualquier artista que defiende a muerte su obra mientras ansía conquistar al gran público. Una semana en el motor de un autobús fue la consagración de Los Planetas. Pero ¿cuántos obstáculos tuvieron que superar para grabarlo? ¿Qué obtuvieron a cambio? y, más importante, ¿a cuánto tuvieron que renunciar? Las tensiones y dudas del grupo son la materia prima sobre la que se construirá el disco más épico y amargo de la escena alternativa española de los años 90. Y todo está minuciosamente detallado en este libro, testamento y reflexión sobre el primer disco de madurez de aquella acomodada generación indie.
Van Gogh trabajó como marchante de arte con escaso éxito, intentó convertirse en predicador, hizo incursiones como ilustrador de revistas y, por último, tuvo una carrera de pintor tan brillante como corta. Cuando murió en Francia a los 37 años sus cuadros se amontonaban, sin que casi nadie los mirase, en los armarios, desvanes y habitaciones de sus parientes, amigos y acreedores. Sin embargo, en su breve y tempestuosa vida, Vincent van Gogh había cambiado el curso del arte occidental para siempre. Trabajando con la plena colaboración del Museo Van Gogh de Ámsterdam, Steven Naifeh y Gregory White Smith, ganadores del Premio Pulitzer por su biografía de Jackson Pollock, han tenido acceso a materiales inéditos, incluyendo correspondencia familiar hasta ahora desconocida, para recrear, con increíble viveza y una sorprendente precisión psicológica, la extraordinaria vida del pintor. Los autores arrojan nueva luz sobre muchos de los aspectos inexplorados de la existencia de Van Gogh: su permanente lucha para encontrar su lugar en el mundo, su intensa relación con su hermano Theo, su errática y tumultuosa vida sentimental y sus ataques de depresión y problemas mentales. Ofrecen además un convincente e inesperado relato sobre las circunstancias de su muerte que da un vuelco a las teorías manejadas hasta ahora. Esta monumental biografía es, sin duda, el retrato definitivo de uno de los grandes genios de la historia del arte.
«El pintor de los pintores», así describía Manet, en una carta enviada desde Madrid a su amigo Fantin-Latour, al artista que acababa de admirar en el Museo del Prado: Diego Rodríguez de Silva y Velázquez. De Renoir a Picasso y de Édouard Degas a Francis Bacon, todos los grandes han suscrito este juicio. Al poner en escena tanto a los humildes como a los reyes, a los bufones como a los hombres de Iglesia, al no vedarse ningún género, ni el cuadro de historia ni el paisaje ni el desnudo femenino, Velázquez encarna en sí mismo toda la pintura española y quizá toda la pintura. Sin embargo, el más conocido de los pintores en cuanto a su obra es también el más desconocido en cuanto a su vida. Ningún testimonio directo, ninguna correspondencia íntima, ningún documento de archivo han permitido hasta ahora describir al hombre que fue. Ha sido necesario aguardar al cuarto centenario de su nacimiento, conmemorado en 1999, para que numerosos coloquios, congresos y simposios hicieran avanzar la investigación. Con ayuda de esos descubrimientos, Bartolomé Bennassar se propone aquí ahondar en los secretos del autor de «Las meninas» y arrojar luz sobre un artista del que un gran especialista dijo que no se podía escribir su biografía «porque nada le pasó».
El profesor, director y ganador del Premio Pulitzer de Teatro, David Mamet, nos regala una irreverente y a la vez honesta guía para el actor que transtorna las verdades convencionales y explica a los aspirantes a actores lo que realmente necesitan saber. Mamet hace un análisis exhaustivo en el que explica cómo juzgar y acercarse al papel, cómo trabajar con el texto, cómo concentrarse y pensar en el escenario, cómo evitar abandonarse a la mecánica y a la rutina, además de sugerir la mejor forma de superar ensayos y estrenos. También son importantes los consejos que apunta para establecer una relación con un agente o para conseguir ser contratado. Un texto controvertido y esclarecedor sobre la profesión de actor.
El cine fue una de las grandes pasiones de Eugenio Trías y a ella dedicó una parte considerable de su obra, desde sus inicios hasta el que fue su último libro De cine (2013). Y dentro de su trabajo con el séptimo arte, el papel principal se lo lleva Vértigo de Alfred Hitchcock, película que Eugenio Trías afirmaba haber visto más de cien veces desde que a los dieciséis años la vio por primera vez. Sobre ella escribió un ensayo titulado «El abismo que sube y se desborda», incluido en Lo bello y lo siniestro (1983), y en 1998 le dedicó el libro que hoy reeditamos. El acercamiento de Eugenio Trías a las artes pivota sobre tres conceptos: lo bello, lo siniestro y lo sublime. Y el filme Vértigo, como afirma Eligio Díaz Garaygordóbil en el prólogo que abre la presente edición, «pone en juego esos modos de manifestarse la “conexión intrínseca” entre las tres categorías estéticas». De esta manera, Vértigo y pasión se revela como un libro central en el pensamiento estético de Eugenio Trías. Y una reflexión más, como hizo a lo largo de toda su obra, sobre la humana conditio.
En este libro, Alejandro Marcovich, el legendario guitarrista de Caifanes, uno de los grupos más influyentes del rock en español, reproduce su andar a través de la música, recuerda su infancia y sus primeras canciones. En esta autobiografía, el músico nos relata su vida y cómo se convirtió en uno de los pocos guitarristas con un sonido propio, identificable desde las primeras notas, capaz de hacer hablar a la guitarra desde lo más dulce hasta lo más desgarrado y extremo, para transformarse en una inspiración para varias generaciones.
Giorgio Vasari (Arezzo, 1511-Florencia, 1574) se cuenta, por su pluma, no por su pincel, entre los máximos exponentes del Cinquecento. «Las vidas», publicadas en Florencia en 1550 por el editor ducal Lorenzo Torrentino, conforman una indiscutible obra maestra y fuente escrita imprescindible para quien desee un acercamiento directo al Renacimiento italiano y a sus protagonistas. Giorgio Vasari fue y quiso ser antes que nada historiador y por este motivo no se contentó con narrar los hechos acaecidos sin incluir juicios y críticas, sino que gustó también «distinguir al bueno del mediocre, al excelente del bueno, y hacer cuidadosa mención de las particularidades, estilos, rasgos y fantasías de los pintores y escultores». En esta edición se presenta una selección de los autores más representativos, en concreto 32 vidas. Los artistas seleccionados se siguen considerando hoy en día figuras relevantes, ya formen parte de la dinámica artística del siglo XIV como del Quattrocento y de la época en que vivió Vasari, el Cinquecento. Cada vida se cierra con un texto que complementa el redactado por Vasari, en el que se hace un recorrido por la producción del artista. En esta visión panorámica se aclaran datos biográficos y se trabaja con obras mencionadas o no por el escritor, insertándolas en un contexto cronológico e iconográfico, al tiempo que se ubica al artista en la dinámica cultural de su momento. En cuanto a las imágenes, se ha tenido en cuenta la especial atención que Vasari concede a determinadas obras que, por otra parte, no han decaído en su apreciación a lo largo de los siglos. Otras no están ni siquiera mencionadas por él pero corresponden a sus propios planteamientos. En cualquier caso se ha pretendido ilustrar la visión del arte del propio Vasari.
Espiritualidad, Divulgación, Ensayo, Arte, Ciencias sociales
Edgar Borges invita al cantautor Rubén Blades a realizar un viaje por la memoria para celebrar la vida. Literatura y música son los motivos para que ambos creadores intercambien correos, encuentros y recorridos. En cada palabra, como en cada canción, surgen calles y vivencias que hablan de todos. Vínculos en lugar de comunicarnos con la palabra nos comunica con la piel. Edgar Borges viaja a la ventana de su niñez para revelar su descubrimiento de la música de Rubén Blades. En paralelo, como si sus relatos fuesen los nuestros, el cantautor panameño rememora sus antecedentes pero también expone su perspectiva sobre los más variados temas. Vínculos es un libro que salta de un correo a una esquina, de un encuentro a una avenida y de una entrevista a un puente. Dos voces (muchas voces) danzan con sus testimonios. La familia, la mujer, Gabriel García Márquez, Cheo Feliciano, América Latina, el mundo, la madre tierra; siempre un olor nos regresa a la habitación de nuestra infancia. Tiene esta obra la pasión de un joven que desea ser cantante y los sueños de un niño que imagina historias con las canciones de su ídolo. Vínculos, tanto en su lado festivo como trágico, nos muestra las respuestas de los amigos.
Ensayo, Arte, Ciencias sociales, Comunicación, Historia
¿Qué valor documental debemos conceder al retrato de un rey, de una ciudad o de una batalla? ¿Cómo tenemos que acercarnos a la «verdad» que las imágenes ofrecen acerca del pasado? Peter Burke, catedrático de la Universidad de Cambridge y uno de los historiadores de mayor reputación de nuestros días, se plantea aquí esta cuestión esencial, insuficientemente abordada por la historiografía. A través de un estudio minucioso de grabados, pinturas, dibujos y fotografías de todas las épocas, desde las estatuas de los emperadores romanos hasta los murales sobre Stalin, las fotografías de Robert Capa o el cine, pasando por el tapiz de Bayeux o los retratos de Botticelli o Tiziano, Burke pone de relieve que las imágenes no son reflejos objetivos de un tiempo y un espacio, sino parte del contexto social que las produjo, y es cometido del historiador reconocer ese contexto e integrar la imagen en él. Este libro invita al lector a cuestionar el supuesto carácter inocente de los testimonios oculares, y propone, a partir de esa preocupación, un conocimiento más profundo del ayer capturado en las imágenes.
Guión cinematográfico y diario de trabajo Mueren las luces y otra vida se enciende sobre la pantalla. ¿Qué hay en ese lienzo tan repentinamente activo? Según se mire: unas figuras ficticias, una vulgar radiación o, para los líricos, la materia con la que se tejen los sueños. Ésa es, sin embargo, la materia de esta obra: un sueño de carne y hueso. En este libro hallaremos la aproximación más física (y divertida) a las entrañas del oficio cinematográfico. También a los sujetos que lo ejercen: los célebres, los anónimos, los artistas, los artesanos, los iluminados o los eclipsados por los focos... David Trueba nos regala un viaje al fondo del cine.
El premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes –coloquialmente, el Cervantes– fue convocado por el Ministerio de Información y Turismo el 15 de septiembre del año 1975 y por “la conveniencia de otorgar un reconocimiento oficial”, a una figura que uniera la notoriedad pública y la creación literaria en lengua castellana.  Desde esa fecha y con tal fin en el último trimestre de cada año, normalmente en diciembre, de entre los seis escritores propuestos por las Reales Academias de la Lengua de España e Hispanoamérica, se da a conocer al premiado, que recogerá su galardón el 23 de abril del año siguiente en la Universidad de Alcalá de Henares, el día de la fiesta del libro en el que se conmemora la muerte de Miguel de Cervantes.  En este libro se recogen las entrevistas que los premiados con el Cervantes concedieron a EL PAÍS en sus 37 años de existencia. EL PAÍS y el Cervantes llevan prácticamente una vida paralela, ya que el periódico nació el 5 mayo del año 1976, 12 días después de que Jorge Guillén recogiera su premio.  Unas son entrevistas urgentes, hechas casi el mismo día de la concesión del Cervantes, donde los premiados manifiestan su alegría y su sorpresa. Otras, más a fondo, fueron realizadas antes o después de la entrega del galardón.  En todas las entrevistas escuchamos la voz del Premio Cervantes: la naturaleza y la fuente de su trabajo literario. Todos manifiestan su gratitud por la concesión de un premio tan importante.  Con EL PAÍS habló la generación del 27: Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Rafael Alberti. Jorge Luis Borges, premiado ex aequo con Gerardo Diego, manifestó que su Premio Cervantes era una “generosa equivocación”. Juan Carlos Onetti, con la habitual incredulidad de los personajes de sus novelas, decía: “¡Macanudo! Pero que no vengan todavía los periodistas: me tengo que afeitar”.  El Premio Cervantes es como un juego viajero de ida y vuelta entre España y América Latina. Octavio Paz, Ernesto Sábato, Augusto Roa Bastos, Carlos Fuentes, Bioy Casares, Cabrera Infante, Nicanor Parra entre otros, traen a EL PAÍS su voz americana para mezclarse con la de los poetas españoles Luis Rosales, José Hierro o Ángel Gamoneda.  Francisco Umbral, Miguel Delibes, Rafael Sánchez Ferlosio, Ana María Matute (“Si ganara el Cervantes daría saltos”), Vargas Llosa, Cela, Jorge Edwards, Caballero Bonald... todos ellos –los 37 Premios Cervantes– declaran, en sus entrevistas con EL PAÍS, su devoción inmensa a Cervantes y su Quijote.
Divulgación, Ensayo, Arte, Crítica y teoría literaria, Otros
El libro « W de Watchmen » escrito por Rafael Marín trata únicamente sobre el cómic. Y es uno de los varios que podrían escribirse pero, en el caso de escribirse más, siempre sería uno de los mejores. Su autor, ávido lector de tebeos a la par que fiel amante de ficciones y demostrado buen narrador de lo fantástico, aborda un ensayo sobre la obra de historieta en el que trata al medio como se merece. Analiza el conjunto de tebeos en su contexto, establece parámetros para su análisis, y resuelve algunos de los paradigmas que se plantean (o parecen plantearse) en su desarrollo.
El autor va enhebrando los referentes icónicos y sugeridos admirablemente. No se le escapa una: los relojes, los « smileys », las sombras, los RR, los « flashback »… Hace observaciones muy perspicaces, como cuando plantea que el cambio del mundo se produce en 1938 con el surgimiento de los superhéroes (al igual que en el Universo Marvel) y no con el advenimiento del verdadero superhéroe tiempo después, Mr. Manhattan. Resulta vivificante y muy indicativo el trazado especular que hace Marín entre los Minutemen y los Watchmen. En efecto, los primeros fueron efímeros y anodinos justicieros que abrieron el camino para la llegada de los verdaderos héroes, los llamados «watchmen» por sus detractores (no olvidemos esto), marcando la diferencia el todopoderoso hombre azul.
Es cierto que Marín elude el análisis del relato como tal, es decir, con las herramientas de la narratología, cuya aplicación en « Watchmen » es apasionante. Resulta revelador que los autores tomaran para esta obra los fondos cargados de alusiones de MAD y que lo hicieran a cierta altura. Marín se maravilla, como todos nosotros, de que esta serie, que parece un reloj de perfecto tictac, es en realidad una obra construida sobre la marcha, con los guiones entregados por fragmentos y con los hallazgos y coincidencias surgiendo por doquier, algunos por serendipia. Lo mejor del trabajo de Marín como analista de « Watchmen » es que abre las puertas a nuevas reflexiones. Esto es, sin duda alguna, lo más sobresaliente de este libro. Porque antes que hablar de una novela o de superhéroes, tras la lectura de « Watchmen » debemos hablar de deconstrucción y de sátira, y de cuestiones como la libertad individual, la incomunicación y la fugacidad de la vida.
El andar es un acto cognitivo y creativo capaz de transformar simbólica y físicamente tanto el espacio natural como el antrópico. Este libro narra una historia de la percepción del paisaje a través del acto de caminar: del nomadismo primitivo a las vanguardias artísticas de principios siglo XX, de la Internacional Letrista a la Internacional Situacionista, del minimalismo al land art, Francesco Careri repasa algunas de las propuestas históricas que han concebido el acto de deambular no sólo como una herramienta de configuración del paisaje, sino como una forma de arte autónoma, un instrumento estético de conocimiento y modificación física del espacio atravesado que pasa a convertirse en intervención urbana. Esta nueva edición actualizada del clásico de Careri incorpora un epílogo del propio autor donde hace un balance de la trayectoria del libro desde que fuera publicado por primera vez en 2002
El formidable ensayo de G. K. Chesterton sobre William Blake –que ocupa la primera mitad de este libro– es una pieza crítica clave de la literatura del siglo XX: el autor de El hombre que fue jueves repasa allí, con inimitable agudeza y originalidad, la vida y la dilatada obra pictórica y poética del genial artista inglés, a la vez que nos propone una discusión en torno al arte de la biografía, a la historia religiosa y mágica de Occidente, y a las relaciones entre temperamento artístico, locura y mística, todo ello sin dejar de revelarse, a cada paso, como un luminoso humorista, un heterodoxo moralista y un maestro del aforismo. Junto a ese ensayo, el libro reúne una serie de comentarios biográficos sobre otros personajes cuya vivisección a manos de Chesterton sólo podía producir pequeñas obras maestras: Lord Byron, Charlotte Brontë, William Morris, Robert Louis Stevenson, Carlos II, Francisco de Asís, Girolamo Savonarola y Lev Tolstói. En su mayoría, los textos nacieron como reseñas de libros que el propio escritor contribuyó a olvidar, erigiéndose, como era su costumbre, en un juez extraordinariamente lúcido –y también insólitamente divertido– de lo bueno y de lo superior. Estas páginas son una muestra del mejor Chesterton, un autor al que el paso de los años sólo ha conseguido engrandecer, confirmando lo que Jorge Luis Borges anotó sobre él: “Pienso que Chesterton es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo”.
El cine de Wong Kar-wai, el autor de Deseando amar, fluye a través de vasos comunicantes que trazan rutas sinuosas y alejadas de la linealidad característica del modelo cinematográfico hegemónico. Este libro, uno de los primeros editados en nuestro país sobre el conjunto de su obra, se propone identificar los parámetros que han convertido al autor hongkonés en referente indiscutible del cine mundial de los últimos tiempos. Las películas de Wong nunca ponen a nuestra disposición una totalidad compacta y sin fisuras que nos ahorre la tarea de la interpretación. Al instaurar grietas en el espacio-tiempo, al detenerse siempre en la antesala del acontecimiento, el realizador de 2046 obliga, por el contrario, a cultivar un arte de estar alerta no sólo a la materialidad de la pantalla, sino al mundo de sensaciones y de sentimientos que esa forma sutil de hacer cine (destilado perfecto del arte de Bresson y de la encrucijada de las Tres Chinas en el nuevo milenio) despierta en nuestro interior.