Este libro es de lectura obligada para todos aquellos que se interesan por el comportamiento de los primates o por el de nuestra propia especie. Pero A través de la ventana es también una vívida narración de la vida cotidiana de los chimpancés, de su estructura social, sus odios y sus amores, ejemplificada en ocasiones en individuos que Goodall ha estudiado a lo largo de varios años.
La doble hélice se ha convertido con los años en uno de los clásicos de la divulgación científica. Su autor, James Watson, nos relata los sucesos que le llevaron a él, y a su colega Francis Crick, a postular la estructura tridimensional y helicoidal de la molécula de ADN. Trabajo por el cual se hicieron acreedores del Premio Nobel en 1962. Éste es, sin duda, uno de los mayores descubrimiento del siglo XX, y ayudó a sentar las bases de toda la investigación posterior en genética y en biología molecular.El autor nos lleva de la mano no solo contándonos las ideas científicas y las motivaciones que dieron origen a su modelo, sino también relatándonos mucho de lo que sucede en la vida académica. Desde la búsqueda constante de financiación, la decisión de trabajar en un proyecto u otro, la presión misma de la comunidad científica, las relaciones interpersonales entre colegas de la misma institución y la rivalidad entre aquellos de otras instituciones, hasta la decepción de esos días en donde la creatividad no se asoma por el pasillo y la colaboración y el intercambio de ideas son la semilla de nuevos frutos.
Bioquímico de profesión, Isaac Asimov es mundialmente famoso por su capacidad de divulgación científica. En este libro, El Sol Brilla Luminoso, Asimov recopila una serie de artículos, publicados en diferentes revistas y actualizados por él mismo, con cuya selección trata de abarcar los temas más candentes de la ciencia actual. Desde el origen, la estructura y la evolución de las estrellas, haciendo un énfasis especial en la estrella que se halla más próxima a nosotros, el Sol, pasando por los cuerpos que orbitan a su alrededor (planetas y satélites), hasta otros temas, tales como los elementos químicos (base del mundo material y de la vida) y las técnicas de clonación, de gran actualidad y tema permanente de polémica. Sin embargo, Asimov no reflexiona sólo acerca del mundo material que nos rodea, sino que se aventura también en el campo de la reflexión sobre el propio ser humano y trata asimismo de las tareas desarrolladas por los científicos en busca de nuevos avances y conocimientos.
«Una onda de choque comienza a propagarse a partir del despertador y se va extendiendo hasta que tropieza con la pared. Parte de la energía que lleva hace que se calienten las cortinas de las ventanas por la fricción del contacto, mientras que una gran parte de la energía rebota, entra en los oídos de la pareja que está dormida y los despierta». No se trata del principio de una novela de ciencia fricción, sino de las primeras líneas del ameno relato de veinticuatro horas de la vida de una casa. Con un lenguaje tan vivo y cautivador como el de una novela, el autor describe todos los dramas que continuamente se desarrollan en nuestras casas. Una gran parte de lo que ocurre es invisible a simple vista, o inaudible para un oído normal: la respiración de los huevos en la despensa, el balbuceo de las latas en las estanterías de la cocina, los gemidos de los colgadores de ropa…
Dios y la nueva física es un libro científico de 1984 escrito por el científico inglés Paul Davies. El libro trata fundamentalmente sobre cosmología, aunque menciona otras ramas de la ciencia, como son: física, matemáticas, neurología y filosofía. También trata del rol de la religión en la sociedad. En este libro, Davies sostenía que la ciencia proporciona en la actualidad un camino más seguro que las religiones tradicionales para llegar a Dios. Claro está que el dios al que llegaba poco tenía en común con el Dios personal creador del cristianismo; se trataba más bien de una idea que presentaba coincidencias con el panteísmo. Davies aludía al panteísmo como si fuera una idea generalizada entre los científicos; sería «la creencia vaga de muchos científicos de que Dios es la naturaleza o Dios es el universo». Y sugería que, si el universo fuese el resultado de unas leyes necesarias, podríamos prescindir de la idea de un Dios creador, pero no de la idea de «una mente universal que exista como parte de ese único universo físico: un Dios natural, en oposición al sobrenatural». Posteriormente, las ideas de Davies sobre Dios han evolucionado hacia posturas más teístas. El libro está escrito en un lenguaje sencillo para hacerlo entendible para todo tipo de lectores, desde los principiantes a los expertos.
¿Cómo nace una borrasca? ¿Qué son las líneas isóbaras? ¿Es fácil interpretar un mapa meteorológico? ¿Qué es la gota fría?
¿Y la burbuja caliente?
Responder puntualmente a estas preguntas no implica, necesariamente, introducir al lector en una larga lista de términos técnicos, ni tener que recurrir a explicaciones basadas en teorías científicas difíciles.
El autor ha hecho de este libro un precioso instrumento de divulgación con la pretensión de desmitificar las predicciones del tiempo y darle la importancia real que hoy día ocupa la meteorología en todas las actividades humanas, desde la producción de los alimentos hasta la conservación de la vida en sí.
En este libro ya clásico, Koestler reconstruye los primeros pasos visionarios hacia nuevos modelos del Universo. Describe los logros científicos y las vidas de los cosmólogos, desde los babilonios hasta Newton, y analiza con gran profundidad los trabajos de Copérnico, Tycho Brahe, Kepler y Galileo.
De una forma clara y lúcida, el autor nos introduce en temas científicos como galaxias, átomos, relatividad o la evolución de las especies, y otros no tanto pero si de interés como el racismo, la sexualidad, el alma o las pseudociencias, tan de moda actualmente. Nos aproxima a estos temas de forma razonada, en ocasiones desde puntos de vista diferentes de los convencionales. El libro en sí es una recopilación de artículos publicados por el autor en la revista «The Magazine of Fantasy and Science Fiction», aunque actualizados ya que el primero lo escribió allá por el 1958.
Empecemos presentando a los protagonistas: la mosca común, el mosquito, la pulga, la chinche, el piojo, la polilla, la cucaracha, el pulgón, la hormiga, el pececillo de plata, la araña y la garrapata. Doce pequeños huéspedes que en un momento u otro se cruzarán en nuestras vidas, aparecerán en nuestra casa sin invitación y se dedicarán a hacernos la vida un poco más incómoda. ¿Pero quién se ha tomado la molestia de observarlos de cerca, de estudiar sus hábitos? Este libro es una indagación apasionante sobre seres minúsculos a los que apenas prestamos atención, excepto cuando nos pican, corretean por los suelos de nuestra casa o devoran nuestra comida. El Premio Nobel Karl von Frisch nos descubre las singulares costumbres de estos animalillos sobre los que en realidad apenas sabemos nada, pero que tienen vidas realmente interesantes, y una gran capacidad para adaptarse al medio y para sobrevivir en condiciones extremas.
Paul de Kruif (1890-1971), escribió uno de los libros de ciencia novelada más exitoso de todos los tiempos. Publicado en 1926, Cazadores de microbios ha sido traducido a más de dieciocho idiomas y ha sido fuente de inspiración para toda una generación de investigadores biológicos.La idea para Cazadores de microbios la había estado incubando durante años, desde que uno de sus colegas del Rockefeller Institute, Jules Bordet, fue a su laboratorio y charlaron un poco. «Su estilo de escritura científica es puro», le había dicho Bordet.Cazadores de microbios es un libro fascinante que describe la vida y obra de un grupo de hombres del siglo XIXque sentaron las bases para conocer y comprender el mundo de los entes vivientes más pequeños de la tierra y nuestra relación con ellos: los microbios.El libro contiene un relato muy ameno mezclando experimentos y vida cotidiana, exponiendo en tono entretenido y sencillo hitos fundamentales de la microbiología histórica.Asimismo, se muestran también las amistades y disputas entre los diferentes científicos de la época que permite conocer los paradigmas que en aquellos años se discutían, sirviendo de base para comprender la microbiología y biotecnología moderna.
En esta obra maestra de divulgación científica, traducida a más de veinte idiomas, Steven Weinberg —Premio Nobel de Física en 1979 y conocido defensor del materialismo científico— cuenta cómo en un incierto momento, hace diez mil millones de años, se produjo una gigantesca explosión en todo el espacio —cuya elevada temperatura sólo permitiría la existencia de partículas elementales— que originaría una sopa indiferenciada de materia y radiación, y cuyo enfriamiento habría de posibilitar la constitución de núcleos complejos que darían como resultado la formación de las galaxias y las estrellas. *Los tres primeros minutos del universo* expone y explica de forma insuperable, en definitiva, el fenómeno primordial conocido como big bang o «gran explosión».
La Historia de las plantas (De historia plantarum, en el latín original) es una de las obras más importantes escritas por Teofrasto (371-286 a. C.) acerca de las plantas y una de las contribuciones más destacadas acerca de la Botánica en la Antigüedad y la Edad Media.
Es un tratado que consiste en nueve libros, originalmente eran diez, los cuales están dispuestos en un sistema por el cual las plantas se clasifican de acuerdo a su modo de reproducción, su distribución, su hábito de crecimiento y de acuerdo a sus aplicaciones prácticas, tales como alimenticias y medicinales. El primer libro trata sobre las partes de las plantas, el segundo con la reproducción de las plantas y los momentos y formas de sembrarlas. El tercero, cuarto y quinto tratan sobre los árboles, sus tipos, distribución y aplicaciones prácticas. El sexto libro trata sobre los arbustos y las plantas espinosas. El séptimo, acerca de las plantas herbáceas; mientras que el octavo estudia los cereales. El noveno y último libro trata acerca de las plantas que producen *jugos* útiles, tales como gomas, resinas y sustancias aplicables a la medicina.
El tratado «De re rustica» (siglo IV d. C.), en catorce libros en prosa y un apéndice en versos elegíacos, es una monografía especializada sobre economía agraria, y culmina la tradición de la literatura agrónoma latina, representada en esta colección por la obra de Columela. Fiel a este género y al proverbial pragmatismo romano, Paladio expone con claridad ajena a todo ornato cómo deben planificarse y realizarse las tareas del campo: elección de los emplazamientos, construcción de granjas, crianza de aves de corral y del ganado, uso de aperos, cultivos (sobre todo del olivo y la vid), producción de vinos y quesos… El criterio cronológico adoptado por Paladio convierte el «Tratado» en un calendario agrícola que inaugura la serie de los almanaques; pero su almanaque se basa exclusivamente en el calendario civil y político, sin supersticiones astrológicas, lo cual constituye una notable innovación metodológica. El libro XIV de la obra, que varios autores consideran independiente, versa sobre medicina veterinaria, y el XV es un poema en dísticos elegíacos sobre los injertos. La obra, expuesta en un lenguaje claro y conciso y dirigida inicialmente a un público de nuevos propietarios, resulta de enorme interés para conocer tanto las prácticas agrícolas de los romanos como, en un plano más general, su organización comercial y económica. El carácter práctico del tratado motivó su prolongada pervivencia: relegó al olvido las obras de sus predecesores y llegó a ser el único manual agrícola al uso desde la temprana Edad Media. Durante los siglos XII-XIV alcanzó su máxima difusión y fue traducido a varias lenguas romance (inglés, italiano…).
Arato (Solos, Cilicia, c. 315-c. 240 a. C.) trabajó en la corte macedónica de Antígono II Gónatas, y tal vez estuvo en la corte de Antíoco I en Siria. Escribió varias composiciones, como himnos, epigramas y elegías, pero lo más característico de su producción son los temas científicos. La más célebre de sus obras, y única conservada, los «Fenómenos», se ocupa de astronomía y meteorología, y pertenece a la tradición de poesía didáctica que parte de Hesíodo. Tratado claro y de estilo elegante, refleja la formación estoica de Arato, aunque no de modo dogmático. Ofrece gran cantidad de información científica sobre constelaciones, clima y estaciones, pero lo que mantuvo su interés y vigencia son el aliento y convicción que transmiten sus estrofas helenísticas y arcaizantes. «Fenómenos» tuvo enorme éxito, prestigio e influencia entre alejandrinos y romanos. Influyó de modo manifiesto en «De rerum natura» de Lucrecio y en Virgilio, y conservamos un gran corpus de comentarios e interpretaciones en griego y en latín. Entre sus varias traducciones al latín figuran las de autores famosos —Cicerón, Germánico, Avieno—; su ascendencia se mantuvo en la Edad Media y en el Renacimiento. El presente volumen se completa con un texto de Gémino de Rodas, astrónomo y matemático del siglo I a. C., «Introducción a los fenómenos», conocida también como «El Isagogo». Se trata de un manual de astronomía para estudiantes que describe aspectos como el zodíaco, el movimiento del sol, las constelaciones, la esfera celeste, la sucesión día-noche, las fases de la Luna y los eclipses. La importancia de Gémino se echa de ver en que se bautizara con su nombre un cráter de la Luna.
Referencia, Ciencias naturales, Otros, Salud y bienestar
El célebre tratado Plantas y remedios medicinales constituye la más amplia guía farmacéutica de la Antigüedad: trata seiscientas plantas, treinta y cinco productos animales y noventa minerales, y acrecentó mucho el conocimiento de remedios para todo tipo de males. Su autor, Dioscórides, médico griego que sirvió con el ejército romano (siglo I d. C.), introdujo una serie de innovaciones metodológicas y teóricas: necesidad de estudiar cada planta en relación a su hábitat, de observar las plantas en todas las estaciones, de preparar cada medicina con precisión y de juzgarla por sus méritos. Cada artículo obedece a una estructura sistemática: nombre y sinónimos en griego y otras lenguas (lo que ha sido de gran interés para lingüistas y lexicógrafos), origen, descripción morfológica, preparación médica, con la proporción, formas farmacéuticas (pastillas, soluciones, tinturas), prescripción y dosis. El enorme caudal de noticias sobre medicamentos procedentes de los tres reinos de la naturaleza se organiza en cinco grandes apartados: remedios obtenidos de las plantas, remedios animales, materias curativas por sí mismas, sustancias alcohólicas y remedios minerales. De materia medica fue un texto de referencia durante toda la Edad Media (también en el mundo árabe y musulmán) y el Renacimiento; hoy sigue poseyendo un enorme interés por constituir un paradigma en la prosa y el léxico científicos.
Referencia, Ciencias naturales, Otros, Salud y bienestar
Pedanio Dioscórides Anazarbeo (siglo I d.C.) nació en Anazarbus, Cilicia, Asia Menor (actual Turquía). Los escasos datos que poseemos de este médico, farmacólogo y botánico provienen de la carta que precede a su tratado como prefacio, en el que informa de que fue cirujano del ejército romano, lo que le permitió viajar y examinar personalmente la materia de sus estudios en muchos lugares del Imperio. En este prefacio, Dioscórides se muestra consciente de que su obra supera a la de sus predecesores por el cuidado y la diligencia que ha puesto en recoger la información, por su ilimitado deseo de hallar fármacos y por la organización del material (distribuido según la finalidad de los remedios: diuréticos, afrodisíacos, abortivos, estomacales, vomitivos, purgativos...). Entre las muchas sustancias y elementos que analizó con vistas a entender sus propiedades y efectos benéficos están el opio y la mandrágora, el mercurio y el arsénico.
La «Colección» es una obra miscelánea dirigida a satisfacer el afán del lector por conocer noticias curiosas sobre naturaleza, historia, religión, etc.; hoy, es un enorme almacén de saberes de la Antigüedad. Cayo Julio Solino fue un gramático latino de mediados del siglo IV, autor de varias obras misceláneas. Una de ellas es «De mirabilibus mundi», subtitulada «Collectanea rerum memorabilium» («Colección de hechos memorables»). Se trata de un ameno inventario de curiosidades, con noticias históricas, sociales, religiosas y naturales en su mayoría tomadas de la «Historia Natural» de Plinio el Viejo y la «Geografía» de Pomponio Mela, además de alguna otra fuente desconocida. La obra trata de dar una «visión del mundo» romano, e incluye gran cantidad de datos interesantes que satisfacen el afán del lector por adquirir informaciones curiosas: pueblos, costumbres, animales reales o fabulosos, plantas con propiedades curativas o mágicas, etc., al hilo de la descripción geográfica del mundo conocido, especialmente en torno al Mare Mediterraneum. Como escribe Francisco J. Fernández Nieto en la Introducción, «ya es hora de devolver una cierta confianza a la «Collectanea», con todas sus imperfecciones, para situar en la medida exacta la contribución de Solino a la cultura latina de época tardía, cultura que es el reflejo de una sociedad para la que aprender significó entretener y de unos lectores a quienes agradaban los catálogos y las disgresiones trufados de todo linaje de materiales. Lejos de las inquietudes científicas de los siglos I y II, los resúmenes y compendios cumplieron una misión literaria y social digna de estudio y todavía podrán suministrar, si logramos desentrañar sus claves y problemas, jugosos datos sobre el acervo de los conocimientos del mundo antiguo». Esta traducción viene enriquecida por un rico aparato de notas explicativas, cerca de 1.500, que además de aclarar cuestiones filológicas e historiográficas aportan una gran información sobre las distintas ciencias del mundo antiguo.
Postumio Rufio Festo Avieno, autor del siglo IV d. C. nacido en Volsinii (Etruria), fue un pagano preocupado por conservar la cultura clásica en un mundo ya cristiano. Para ello utilizó un género con una larga tradición en la literatura latina: la poesía didáctica. En los «Fenómenos», paráfrasis de la obra homónima del escritor griego Arato, lleva a cabo una erudita enumeración de los astros y constelaciones, con múltiples referencias a la mitología. La «Descripción», versión de la «Periegesis» de Dionisio de Alejandría, repasa los pueblos y tierras del mundo antiguo. Por último, «Costas marinas», recorrido por el litoral europeo desde Britania hasta Marsella, adapta un original griego del siglo IV a. C., y por eso es la descripción más antigua de Europa occidental que poseemos; además, es una obra con un valor único para España, por la descripción que hace del litoral de nuestra Península. Quizás por ello Avieno fue un autor muy conocido y valorado en el Renacimiento español.
La principal obra que la Antigüedad nos ha legado sobre agricultura, que es analizada en todos sus aspectos con espíritu práctico y claro. De Lucio Junio Moderato Columela, escritor del siglo I d. C. nacido en Gades (Cádiz), se han conservado dos obras: la «Res rustica» («Labranza o Agricultura»), en doce libros, y el «Liber de arboribus» («Libro de los árboles»); la segunda es lo que ha llegado hasta nosotros de una obra en tres libros que bien pudiera ser una primera redacción abreviada de aquélla. Defensor de la agricultura como fundamento de la economía, y alarmado por su declive, Columela trató de enderezarla con la obra más completa que la Antigüedad nos ha legado en materia agronómica, pues la aborda en todos sus aspectos: condiciones de los terrenos, tipos de tierra, plantaciones de las distintas especies, cuidados, enfermedades y un sinfín de cuestiones relacionadas. Columela ama la vida en el campo, opuesta a la urbana, pero no es un idealista ingenuo y admite su dureza. Fue un agricultor laborioso y con éxito, y algunos estudiosos han supuesto que dirigió una especie de escuela de agricultura. Hoy Columela interesa no sólo a especialistas en materia agraria, sino como escritor, por su personalidad cálida y amable y su estilo sensato y práctico.
Catón el Censor (234-149 a. C.), también conocido como el Viejo y el Antiguo, es el primer romano cuya vida vemos desfilar ante nosotros con cierto detalle. Militar competente, severísimo censor, opositor de las influencias helénicas, político perspicaz y honrado y orador de palabra cáustica, fue el primero que se aventuró en la creación de la prosa latina, tanto en la didáctica como en la histórica, y el pionero en poner por escrito sus discursos. Pocas veces la historia romana, tan fértil en caracteres notables, ha visto pasar a personajes tan descollantes, pues su actuación en la política desde los cargos más bajos hasta alcanzar la censura y sus afanes literarios imprimieron a su época y aun a las posteriores la impronta que solo dejan a su paso las figuras de personalidad arrolladora en cuya existencia se confunden inseparablemente la propia peripecia vital y la historia de un pueblo.