La novela Abel Sánchez la escribió Unamuno en una de las peores épocas de su vida. La desapacibilidad de su existencia queda reflejada en la negrura del relato, pues es ésta la más amarga y perturbadora de las novelas de Unamuno. La historia se centra en dos amigos, Joaquín Monegro y Abel Sánchez, y está contada desde el punto de vista del primero. Joaquín nos relata los muchos sufrimientos que, a lo largo de su vida, le provoca la envidia que siente por su amigo Abel. Este sentimiento se ve exacerbado cuando Abel desposa a Helena, la mujer que Joaquín amaba. Para éste, entonces, serán inútiles todos los intentos que haga por superar esta rivalidad. Publicada en 1917, Abel Sánchez no tuvo una feliz acogida, debido probablemente —como el propio autor escribía en 1920— a que «las gentes huyen de la tragedia cuando ésta es íntima». Sin embargo, el paso del tiempo ha situado esta impresionante parábola del conflicto fratricida entre las grandes obras de Miguel de Unamuno.
Angela ha pasado al lado del amor sin verlo, pero esta vez tiene que hacer frente a su terror visceral a comprometerse… Louise es americana, una antigua estrella cinematográfica y en Angela, ha encontrado una interlocutora a quien explicarle su vida, sus amores, sus fracasos. Para Angela, Louise es una fuente en la que bucear en busca de respuestas. Virgile es francés. Ama, pero no se fía. Mathias es checo y nada puede interponerse en su camino. Se niega a rendirse. Angela busca a Mathias, él la rehúye, después se encuentran… Y además, están todos los otros, fantasmas del pasado que entran y salen, que configuran una enorme ronda de secretos, de heridas, de risas, de amores..Mujeres y hombres que se cruzan en el camino de Angela quien, desesperadamente, trata de encontrar un hilo conductor: el hilo de la memoria, del deseo, de la libertad de amar o de repetir sin descanso los mismos temores, los mismos dolores, los mismos fracasos…
«¡Absalón, Absalón!» es una obra enigmática, ambigua, y de una complejidad técnica extraordinaria. Cuatro narradores exploran las posibilidades de la aprehensión de la certeza y de la duda, de los límites del conocimiento humano, en una lucha por discernir la verdad a pesar de la ausencia de datos fundamentales para lograrlo.
«Un día, el último de la inocencia y el primero de su designio, Sutpen es expulsado de una casa por llamar a la puerta principal y no a la de servicio. Él no sabía que hubiera puertas principales y puertas de servicio: ni siquiera que hubiera casas con más de una puerta. Entonces, después de la humillación y el estupor, vislumbra la tarea de su porvenir: “De modo que para combatir contra ellos tienes que poseer lo que ellos tienen, lo que permite a ese hombre hacer lo que hace. Necesitas tierras, y negros, y una hermosa casa para combatir contra ellos. ¿Comprendes?”. La voz que habla, que se interroga a sí misma, es la de Thomas Sutpen, pero esa pregunta, transmitida por la memoria oral que urde la ficción, se repite de un personaje a otro y dentro de cada uno de ellos, y William Faulkner nos la hace a nosotros, porque también él se la hizo, y escribió ¡Absalón, Absalón! y todos y cada uno de sus libros para intentar contestarla: para descubrir si es posible que la inocencia sobreviva al conocimiento y no sea manchada ni envilecida por la seducción del horror» (del Prólogo de Antonio Muñoz Molina).
Tras una vida errática e insatisfecha, Lino ha conseguido finalmente ser un hombre feliz. Es un jueves de mayo, y ante él se abre un futuro espléndido. El domingo se casará con Clara, y hoy, como anticipo de ese día venturoso, se celebrará una comida familiar. Todo invita, pues, a la armonía y a la dicha. En la cuenta atrás de esa mañana, Lino recapitula su pasado, desde que constató en su adolescencia que vive en un mundo hostil, hasta que, unos meses atrás, entró a trabajar en un hotel y allí conoció a Clara, y al señor Levin, y se inició un periodo que lo llevaría hasta este milagroso día de primavera. Pasea confiado por Madrid, aunque de vez en cuando lo asaltan presagios inquietantes. De pronto se ve envuelto en un altercado callejero, a partir del cual el feliz día de mayo se irá convirtiendo en una pesadilla que lo lanzará a la aventura del camino y a las desventuras de la culpa, y también a la búsqueda desesperada de una posible absolución que le otorgue un remanso de paz consigo mismo y con el mundo.
Tras su publicación en 1992, esta obra se convirtió en la primera en definir y describir las relaciones de abuso verbal entre adultos. Aunque muchas de las relaciones de abuso verbal no llegan forzosamente a la violencia física, hay un buen número que sí lo hace. La injuria precede al primer incidente de violencia y, está siempre presente en una relación agresiva. No cabe duda de esto. Ningún hombre se va a vivir con una mujer y de inmediato comienza a golpearla; antes la menospreciará, ignorará sus sentimientos y la humillará. Comprender la dinámica de estas relaciones y ofrecer tratamiento a ambas partes pueden ser los primeros pasos para disminuir una forma no reconocida de la violencia en el mundo. A pesar de que los hombres son más reticentes que las mujeres a revelar sus experiencias, resulta claro que la violencia verbal -al igual que la agresión física- en una relación de pareja, es un problema de género. Esta diferencia entre los géneros se ha desarrollado a lo largo de los siglos de muchas formas distintas. Una consecuencia general y obvia es que muchos más hombres que mujeres han sido animados a creer, de distintas maneras, que dominar a otro adulto en una relación es una conducta aceptable. La creencia de que ejercer ese dominio está bien es muy destructiva. La injuria y la agresión se producen dentro de ese contexto. Por el contrario, muy pocas mujeres han sido animadas por los mensajes culturales a dominar a su pareja. De cualquier modo, la idea de que la dominación es aceptable, no tiene sentido. Las personas deben hacerse cargo de sí mismas -esto significa ser responsable y desarrollar desde la niñez a la edad adulta la capacidad de gobernarse interiormente-, ser fieles así mismas y aprender a no depender de otras personas. Afortunadamente hay un cambio en las actitudes de hombres y mujeres, que comprenden que la violencia verbal no sólo daña a la pareja sino también a la familia y, por último, a la sociedad en su conjunto. Es evidente que nuestra cultura se está volviendo cada vez más intolerante hacia la violencia de cualquier tipo. Hace apenas una generación, el acoso y la agresión hacia las mujeres ni siquiera se reconocían como actos que pudieran ser castigados judicialmente. ¿Por qué? Precisamente porque eran ataques contra las mujeres. Por supuesto, cada uno de nosotros puede ver el problema de manera diferente y darle un nombre distinto. Nuestro nombre para este problema es 'patriarcado'. En el capítulo 'Sobre la terapia y para los terapeutas' se trata el tema de la terapia y el patriarcado. Ha sido elaborado para servir de apoyo a los terapeutas y a todos los lectores que tengan que vérselas con el problema del abuso verbal. 'Los niños y el abuso verbal' se refiere a las inquietudes de los padres separados que necesitan mantener su vida y sus actividades apartadas del anterior cónyuge, y al mismo tiempo quieren que sus hijos se críen en un ambiente armonioso.
Ganar un maratón de baile parece una forma fácil de obtener dinero rápido en la Gran Depresión de los años treinta. Personas sin recursos económicos, jóvenes desocupados o actores que esperan una oportunidad en Hollywood, prueban fortuna con la misma meta: vencer o morir extenuados.
Novela de culto para los existencialistas franceses, fue ignorada por la crítica estadounidense hasta mucho después de la estupenda versión cinematográfica que rodó Sidney Pollack con el título de Danzad, danzad, malditos.
Page Clarke lleva una vida apacible, en la que su marido y sus hijos son lo más importante. La familia, que vive en un tranquilo pueblo de California, tiene todo lo que se podría desear. Brad, su marido, viaja mucho debido a su profesión, pero esto no impide que el matrimonio disfrute de una especie de luna de miel permanente. De pronto, una noche avisan a Page de que su hija, Allyson, ha tenido un grave accidente y, a partir de este momento, toda su aparente felicidad se desmorona. Descubre que su marido le ha sido infiel; su hijo se convierte en una preocupación constante debido a sus continuas crisis; se enfrenta con su madre y su hermana; y, por encima de todo, vive constantemente pendiente del estado de su hija. Las idas y venidas al hospital, junto a los nuevos problemas que han aparecido, le hacen ver la vida de otra manera. Ya nada volverá a ser como antes. Accidente es la historia de una mujer que se enfrenta con un gran coraje a los duros golpes que le depara el destino. El engaño, el amor, los sentimientos de culpa, la amistad, la familia, todo tiene cabida en un relato en el que vemos a sus personajes pasar de la rutina agradable a una situación completamente nueva e imprevista. A través de la figura de Page, Danielle Steel describe con gran sensibilidad esos momentos de la vida en los que hay que hacer frente a sucesos inesperados.
El último grito en programas televisivos de entretenimiento se llama «Concentración». Un equipo de televisión hace una redada por las calles de París para reclutar a los participantes de este «reality show», escogiendo aleatoriamente entre la población. Los participantes serán trasladados al plató en vagones precintados, como los que transportaban a los judíos durante la época del exterminio nazi, y serán internados en un campo en el que otros concursantes desempeñan el papel de kapos. Bajo la estricta vigilancia de la cámara de televisión los prisioneros serán golpeados y humillados de cualquier modo, todo es válido mientras suban los niveles de audiencia. El momento más esperado llega cuando, cada semana, los telespectadores pueden participar en el concurso gracias al televoto: sin moverse de sus casas pueden eliminar-ejecutar a uno de los participantes del show. Pannonique, una estudiante de belleza sobrecogedora, es reclutada y se convierte en el número CKZ 114 en el campo de concentración televisado. El primer maltrato en este siniestro lugar consiste, pues, en la pérdida de identidad, en la supresión del propio nombre. Zdena, una mujer sin empleo que, cómo no, también ha recibido nueva identidad, descubre en Pannonique a su doble antagónico y se enamora perdidamente de ella. El bien y el mal formando una pareja fatal: la víctima y el verdugo, y también la bella y la bestia. Cuando la audiencia tiene que votar, se arma un estrepitoso revuelo mediático, pero aunque los telespectadores protestan, todos votan, y sale a la luz el sadismo hipócrita e inconsciente del público que deplora el horror pero es incapaz de perderse una entrega. Mientras tanto, Pannonique y el resto de participantes se juegan la vida… Una violenta sátira de la telerrealidad, el voyeurismo, la ignominia, la (fácil) buena conciencia, la denuncia moralizante. Una historia que sirve como crítica de un mundo brutal y crudo, de hipocresía biempensante, donde el individuo ha perdido toda libertad de acción porque de cualquier cosa se puede obtener un beneficio: un mundo en el que incluso la denuncia del sistema pertenece al sistema. A través de estas páginas terribles nos llega la metáfora de una sociedad en la que el sufrimiento se convierte en espectáculo.
«Las palabras corrientes no valen en ciertas honduras del alma. Trato de definir con la mayor exactitud posible mis crisis y sólo encuentro imágenes. La palabra mágica que podría expresarlas tendría que recoger la esencia de otras sensaciones vividas y destilarse de ellas como un olor nuevo de entre una sabia composición de perfumes. Para existir, esa palabra habría de contener algo de la estupefacción que me embarga cuando miro a una persona en la realidad y, luego, observo con atención sus gestos en un espejo; algo de la locura que supone la caída en el sueño mientras un pavor lacerante me recorre la espina dorsal durante un instante imposible de olvidar, y algo de la niebla y la transparencia, pobladas de extraños decorados, que contienen las bolas de cristal». Max Blecher, referente indiscutible de la literatura rumana —de quien, afortunadamente, hoy nos llegan, traducidas al castellano, dos de sus novelas—, describe en este párrafo la esencia de su obra: la impotencia de las palabras para recoger la «autenticidad» de sus vivencias. La significación de lo real, que opera en un cuerpo sensible y enfermo, es traducida por el autor más que en palabras, en imágenes escritas de una belleza desconcertante y onírica. «A veces ocurre algo semejante a una tardía justicia en la literatura, y una obra desaparecida y olvidada llega a ser descubierta. … en la maravillosa prosa de Blecher, la tan sugerente descripción de la desdicha llega a ser la dicha intelectual del lector». («Frankfurter Allgemeine Zeitung»)
Acordes bastardos arranca con una noche de copas fallida. En su regreso a casa, Marina se topa con su hermano Andrés, rockerillo de medio pelo, que iba camino a una fiesta en la que no faltarán la música, las drogas y el sexo psicodélico. Fruto de esa noche atípica, tendrá un niño bastardo al que no terminará de querer del todo. Varios años más tarde, el retraso de un tren de cercanías provocará una cascada de demoras que harán que Roa, el hijo ya adulto de Marina, se vea forzado a tomar una ruta alternativa para llegar a su oficina, una ruta que pondrá patas arriba su vida…
Cuatro cuentos dolorosamente necesarios Juana Inés Dehesa, Mónica B. Brozon, Jaime Alfonso Sandoval y Andrés Acosta tejen sus historias a lo largo de este volumen, haciéndonos voltear hacia el bullying cibernético, el acoso en la escuela, la violencia de género y la falta de tolerancia a quienes piensan diferente. Cuatro historias que abordan un tema tan intenso como actual: el acoso, las distintas formas de acoso que los jóvenes enfrentan en estos días. Cuatro perspectivas sobre un tipo de violencia que se ha vuelto parte de la vida cotidiana, porque nos acecha en la calle, en la casa y hasta por internet.
En Actos de amor Kazan vuelve a ese mundo de los norteamericanos de origen griego que tan bien conoce y sobre el que ha escrito páginas de especial sensibilidad y emoción. Actos de amor es ante todo, la historia de una mujer, apasionada y libre, que ha decidido ser siempre ella misma y vivir su vida hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, esta independencia, esta afirmación constante de su libertad, se pagan a duro precio en la sociedad en que vivimos. Después de haber pasado por un turbulento matrimonio y otras historias sentimentales, tan llenas de pasión como de frustración, acabará en los brazos de un hombre mayor que, además, es su suegro. Las últimas páginas del libro cierran, con un impresionante y descarnado realismo, los 'actos de amor' de su inolvidable y extraña protagonista.
La joven narradora de esta provocadora novela conocerá a un magnético escritor llamado Ciaran y caerá, en contra del sentido común, completamente bajo su influjo. Después de un breve romance que lo consume todo él la rechaza abruptamente, enviándola en picado hacia una obsesión cargada de celos e inseguridades. Si alguna vez se decide a volver con ella, se ha prometido que se aferrará de nuevo a él y a su amor a toda costa, incluso si eso acaba destruyéndola. En parte una confesión sin aliento, en parte una crítica lúcida, «Actos desesperados» hace que la conciencia se divida entre la rebelión y la sumisión, entre escapar de la degradación y erotizarla, entre amar y ser amado, al tiempo que cuestiona la naturaleza de la fantasía, el deseo y el poder, desafiándonos a reconocer honestamente nuestra propia insaciabilidad.
Publicada por Nabokov al cumplir sus setenta años, «Ada o el ardor» supone el felicísimo apogeo de su larga y brillante carrera literaria. Al mismo tiempo que crónica familiar e historia de amor (incestuoso), «Ada» es un tratado filosófico sobre la naturaleza del tiempo, una paródica historia del género novelesco, una novela erótica, un canto al placer y una reivindicación del Paraíso entendido como algo que no hay que buscar en el más allá, sino en la Tierra. En esta obra, bellísima y compleja, destaca por encima de todo la historia de los encuentros y desencuentros entre los principales protagonistas, Van Veen y Ada, los dos hermanos que, creyéndose sólo primos, se enamoraron pasionalmente con motivo de su encuentro adolescente en la finca familiar de Ardis (el Jardín del Edén), y que ahora, con motivo del noventa y siete cumpleaños de Van, inmersos en la más placentera nostalgia, contemplan los distintos avatares de su amor convencidos de que la felicidad y el éxtasis más ardoroso están al alcance de la mano de todo aquel que conserve el arte de la memoria.
Adán Gorozpe ha pasado de pobretón estudiante a poderoso mandamás gracias a un afortunado braguetazo. Adán Góngora es ministro a cargo de la seguridad nacional y ha puesto en marcha una estrategia espeluznante: se alía con los criminales y encierra o manda matar a los menos aptos; encarcela inocentes y algún que otro culpable, exhibe a todos y así se gana a la opinión pública como garante de la justicia. Un día, Góngora le propone a Gorozpe un pacto. Éste sabe que tiene que deshacerse de Góngora, o al menos neutralizarlo. Pero ¿cómo proceder contra tal adversario? ¿Cómo detener la corrupción que arrastra al país hacia el caos? Mientras tanto la gente se aferra a cualquier esperanza por vana que parezca, aunque sea la predicación de un niño con alas postizas que sermonea a los transeúntes. «Adán en Edén» combina el drama y la comedia, la ficción y la crónica periodística, el terror y el humor, lo real y lo fantástico para trazar un mapa detallado del poder, el narcotráfico y la violencia en la América del siglo XXI.
La obra dramática de Pío Baroja, de la que aquí se recogen los títulos ¡Adios a la bohemia!; (1917), Arlequin, mancebo de botica (1926) y El horroroso crimen de Peñaranda del Campo (1926), posee notables valores y merece ser mucho más conocida.El volumen se completa con una Introducción de José Rubio, Profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza y uno de los mayores especialistas en teatro español de los siglos XIX y XX, que es además el autor de las notas al pie, y unas Orientaciones para el montaje de José Luis Alonso de Santos, autor teatral, director de escena y Catedrático de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid.
Vika Robertson lleva una vida de excesos, repleta de alcohol y drogas. Atrás quedaron los años en los que fue una estrella del rock. Ahora es solamente una sombra de aquella mujer. A solo dos semanas hasta que deba viajar a Escocia para enfrentarse a una posible pena de cárcel, hará un último intento desesperado por reconectar con su hija Clara, de catorce años, a la que no ve desde que era tan solo un bebé. Para ello tendrá que enfrentarse a su exmujer, a los fantasmas de su pasado, a sus adicciones y a la psicóloga de su hija. Una mujer que hace que sus rodillas tiemblen cada vez que sonríe.