El conjunto de cuentos que compone Buzón de tiempo recorre las diferentes formas del encuentro: el recuerdo nostálgico de un amor perdido, los rumores de otras épocas, las llamadas sin respuesta, la identidad dolorosamente recuperada, los espejos que envejecen las imágenes, la inminencia de la muerte, el regreso de la conciencia con máscara de fantasma, y los guiños compartidos: el fútbol, el cine, Viglietti, el subcomandante Marcos…
Mario Benedetti nos revela el mundo, ya como poesía, ya como trampa, y siempre como promesa. Benedetti convoca a la emoción original apelando a sus mejores recursos: el humor más inteligente, la ironía más punzante, la ternura más conmovedora.
Es éste un verdadero mosaico de emociones entre señales de humo, naufragios, sueños y cartas arrojadas al centro del corazón: «Dejo mi brújula con la advertencia de que el norte es el sur y viceversa; dejo mi calle y su empedrado, dejo mi esquina y sus sorpresas; dejo mi puerta con sus cuatro llaves; dejo mi umbral con tus pisadas tenues».
Ante el avance inexorable de la modernidad que amenaza con borrarlo del mapa, el ahora llamado «centro histórico» de la ciudad más habitada del mundo reclama a sus cronistas finales. Y uno de los primeros en responder a esta última llamada es Armando Ramírez con «Bye, bye Tenochtitlan», un libro que no habla de edificios ni de monumentos sino de la gente de carne y hueso que vive, a pesar de todo y de ella misma, en el lugar donde le tocó, en la región que para su cronista vital es un santo y seña, un mito, un es y un será, un antes y un después. Las crónicas corresponden a un periodo de cinco años (1985-1989) y sin mucho método giran en torno a tres grupos: lugares (el Bombay, el Imperio, el Marrakeshito, la Alameda, los mercados de San Camilito y Sonora, las ostionerías), personajes (el raterillo, la vendedora de sopes, el galán, el que hace «san lunes», el reventado en Garibaldi, las prostitutas) y hechos (delincuencia, amor, sexualidad, diversión y sano entretenimiento). De este modo, la voz del autor y las múltiples voces a las que les cede el micrófono reiteran en mil formas un solo mensaje: aquí está lo que fuimos, lo que somos y lo que probablemente seremos.
Cabalgar el tigre no es una pirueta intelectual surgida de una imaginación genial, es el resultado de toda una vida. Un libro de madurez que culmina un estilo de vida regido por el “pensamiento tradicional”. En este texto se pretende responder a una pregunta capital para todos aquellos que no se consideren identificados con la realidad que les rodea y se sienten ciudadanos de otra realidad, de otro mundo, del universo tradicional: ¿Cómo soportar las desintegraciones de la sociedad que les rodea? ¿Cómo utilizar esta crisis irreversible del mundo moderno en beneficio propio, siguiendo la máxima tradicional de convertir “el veneno en remedio”? La “muerte de Dios”, la “beat generation”, el existencialismo, la música rock, las drogas, las corrientes seudo-espiritualistas, la disolución en el dominio del conocimiento, la sexualidad, la crisis de los valores de la burguesía y, finalmente, una meditación sobre el derecho de disponer de la propia vida, suponen un enfrentamiento con la realidad de un mundo que muere, ante el cual el “hombre tradicional”, adopta la misma actitud que el protagonista del cuadro de Antón Dürer, El caballero, la muerte y el diablo, a saber: la impasibilidad.
Con Caballos de carga Pau Faner acepta el reto de escribir por primera vez en castellano, sin desmerecer de lo hasta ahora publicado en catalán. Al contrario, su estilo ha ganado en precisión y resulta sorprendentemente natural y brillante. A través de la particularísima visión de sus caballos se nos cuenta la historia de un pueblo mediterráneo, aislado del mundo por una senda tortuosa en que se confunden las fronteras de lo real y lo imaginario. Es como una fábula donde uno termina por no ver clara la diferencia entre el hombre y sus bestias de carga.
Patrick Radden Keefe nos introduce en Cabeza de serpiente en el mundo subterráneo del tráfico de personas. El primero de los hilos de esta historia nos lleva al increíble periplo del Golden Venture, el barco que embarrancó en la península de Rockaway, cerca de Nueva York, en la madrugada del 6 de junio de 1993, cargado con más de trescientos inmigrantes chinos sin documentación, retransmitido en directo a casi todo el mundo. En el centro de aquel suceso operaba una insólita criminal: una mujer de mediana edad y completamente anodina llamada Cheng Chui Ping que, desde la trastienda de un pequeño bazar en Chinatown, construyó año tras año un imperio multimillonario. El sueño americano solo podía empezar bien si trabajabas con la Hermana Ping, la mayor «cabeza de serpiente» de Estados Unidos, alguien capaz de organizar el pasaje de miles y miles de compatriotas a cambio de pequeñas fortunas. Otros hilos de esta historia nos muestran guerras de bandas (entre las que destacaban los violentos miembros de la Fuk Ching), los circuitos del dinero negro hacia la provincia de Fujian, algunos fallos internos de las organizaciones estadounidenses —como el SIN— que vigilan las fronteras, o el FBI investigando durante décadas a los «cabezas de serpiente» y sus infructuosos esfuerzos por detenerlos.
La publicación de Cabeza de turco provocó una auténtica conmoción en Alemania, donde en pocos meses se vendieron más de dos millones de ejemplares, convirtiéndose en el mayor best-seller de la posguerra, un verdadero fenómeno sociocultural. Durante dos años, Günter Wallraff abandonó su identidad y, mediante lentillas oscuras, una peluca, bigote y utilizando un alemán rudimentario, se transformó en Alí, un inmigrante turco dispuesto a hacer los trabajos más duros, más insalubres y más peligrosos para poder sobrevivir.
Así, con sueldos de miseria y condiciones escandalosas, trabaja sin respiro en una hamburguesería McDonald's , de bracero en una granja, de obrero de la construcción sin papeles ni contratos, lo utilizan como cobaya de la industria farmacéutica, investiga la postura de la Iglesia Católica y de las sectas, efectúa limpiezas sin protección alguna en las entrañas de las refinerías metalúrgicas, hace de chófer de un traficante de esclavos y forma parte de un comando suicida reclutado para reparar una avería en una central nuclear.
Catorce relatos, instantáneas dolidas y concisas, abren atisbos hacia el fondo oscuro que comunica el mundo de la infancia con su apertura hacia el mundo adulto, entendiendo por tal el universo del dolor en la época de la guerra civil. Un arte sutil, seguro, de bien medidos trazos, da fe a la vez de la contenida maestría expresiva de Fernández Santos y de su inmenso respeto por la vulnerabilidad del frágil material humano en que detiene la lente precisa de su escritura, demostrando, además, un profundo conocimiento de la psicología infantil y exhibiendo su extensa gama de recursos. Los relatos de Fernández Santos cobran forma en un estilo que guarda un fondo de poesía y cada uno atrae por su esencial belleza, por los motivos que lo inspiran y por el ambiente en que se desarrolla.
Esta obra es una atractiva recopilación de crónicas de viaje que transportará al lector a lugares de los que pocos occidentales han oído hablar, y menos aún vistos con sus propios ojos, lugares hasta ahora libres de los aderezos, lujos y corrupciones de la civilización moderna. A través de escenas reales, apenas diferenciables de los episodios que Paul Bowles ha transformado en cuentos en sus numerosos libros, este gran maestro de la narrativa nos acerca a un mundo del que cada vez escuchamos hablar más, sin que por ello deje de resultarnos misterioso y desconocido.
En este libro, Bernard Moitessier nos relata su legendaria travesía de 14.216 millas a través de la ruta del cabo de Hornos, una de las rutas más penosas y arriesgadas porque atraviesa una zona marítima de altas latitudes y donde tantos grandes veleros, dedicados al transporte comercial, desaparecieron sin dejar rastro.
Escritor sensible e inteligente, hace partícipes a sus lectores de un tipo de navegación nada corriente, embriagadora y arriesgada. Revivimos los temibles seis días de temporal en que el Joshua , huyendo a palo seco, recorrió 600 millas hacia el amenazador cabo de Hornos. Pero antes de doblarlo, el lector habrá vivido con las tortugas y las iguanas de las Galápagos, se habrá deslizado entre los atolones de coral de las islas Tuamotú y, naturalmente, habrá visitado Tahití, última escala antes del gran desafío.
Cada cosa en su sitio es una recopilación de cuentos y narraciones cortas, la mayoría de los cuales fueron publicados en forma de artículos en el periódico La Prensa de Buenos Aires entre 1943 y 1944; los restantes son anteriores, de 1934 y 1935, salvo algunos de 1946. La presente edición, al rescatar del olvido estos relatos azorinianos, no tiene un interés meramente «histórico» sino que demuestra la actualidad de unos textos que siguen teniendo la jugosidad y frescura de una obra recién terminada; y además, como decía un crítico, «el periodismo es un gran estimulador de la obra literaria. Las páginas que se escriben, día a día, tienen todo su valor cuando, incorporadas a un volumen, adquieren la plenitud del sentido que les dio su autor».
La profunda humanidad y un humor exquisito a la vez que popular son las mejores bazas de un volumen de relatos apasionante del extraordinario autor gaditano. La infancia y la determinación de proteger la propia inocencia, los carnavales y el primer amor, las separaciones y el desconcierto, un crucero delirante y noches sin dormir..., cada uno de los meses del año contiene una historia que acaba conformando un almanaque vital.
En el crepúsculo de sus vidas, y en Río de Janeiro, dos hermanas evocan el pasado y departen acerca de los amores de una vecina más joven, que a través de ellas conocemos al trasluz o en filigrana. La indeclinable maestría de Puig para el diálogo coloquial y el mimetismo de los clisés expresivos de cada personaje se aúnan a su conocida y turbadora maestría para mostrar lo que hay de verdad humana profunda en el material con el que se construyen las novelas rosa. Aquí la visión última es a un tiempo más tierna y poética y más desolada que nunca: de lo que se nos habla es, a fin de cuentas, de la irredimible soledad del ser humano, encarado al decaimiento y la muerte, destino del que sólo momentáneamente le distraen los espejismos afectivos.
Cae la noche tropical es una lectura conmovedora y apasionante y una muestra cabal y definitiva de la plenitud de recursos de uno de los principales narradores hispánicos.
¡Viejos del mundo, uníos! Despertad de vuestro letargo, de vuestro conformismo. Venid con nosotros: en el FLAC no aceptamos la muerte. Hemos prohibido la palabra asilo. No admitimos nuestra marginación. Nos negamos a considerarnos excedentes de una sociedad neurótica e idiotizada, en la que cada vez hay menos espacio para nosotros. No permitiremos los sermones familiares, ni las pensiones ridículas, ni las monsergas del Estado. El combate ha comenzado, y no nos detendremos ante nada. No habrá reducto ni personas sagradas para nosotros. No pretendemos transformar el mundo, ni proponemos otro nuevo; nos basta con dinamitar este. Después ya se verá. Venid al FLAC. Cabemos todos, jóvenes y viejos. Cualquiera puede cumplir un papel, ser útil. Tomad a Juana y Miguel, por ejemplo. Las cosas no les van bien entre ellos, pero eso no les impide colaborar. Saben lo importante que es esto. Su matrimonio se está yendo al traste, pero vienen las reuniones, porque lo primero es lo primero. ¿Y el Mausi? Nunca nos ha importado que no sea más que un chapucero robacadáveres. Aquí puede trabajar cualquier marginado, incluso los de sangre noble, como nuestro benefactor, el marqués de la Roca d’Aubi. Pero basta de palabrarería. El FLAC es acción. ¡Acción! Ahora estamos preparando algo grande, muy grande. Saldrá en primera página. Los periodistas nos toman por una pandilla de chiflados. Viejos, sí, pero lelos, ni hablar. Ahora se van a enterar. ¡Contra la muerte! ¡Contra la soledad! ¡Contra el mundo! ¡Únete a nosotros!
Si en El Evangelio según Jesucristo José Saramago nos dio su visión del Nuevo Testamento, en Caín regresa a los primeros libros de la Biblia. En un itinerario heterodoxo, recorre ciudades decadentes y establos, palacios de tiranos y campos de batalla de la mano de los principales protagonistas del Antiguo Testamento, imprimiéndole la música y el humor refinado que caracterizan su obra.
Caín pone de manifiesto lo que hay de moderno y sorprendente en la prosa de Saramago: la capacidad de hacer nueva una historia que se conoce de principio a fin. Un irónico y mordaz recorrido en el que el lector asiste a una guerra secular, y en cierto modo, involuntaria, entre el creador y su criatura.
«Calderón», obra teatral escrita en 1973, además de representar la revisión del mito de Segismundo supone una meditación entrañable sobre España, su historia reciente, la tragedia revolucionaria de nuestro país, vista desde diferentes ángulos sociales. Pero, a la vez, realiza una operación metalingüística a partir de la obra de Calderón «La vida es sueño», al utilizar el sueño como un arca que esconde secretas verdades. La vida se presenta aquí como una serie de transmigraciones de un sueño a otro sueño. Y al preguntarse en cuál de estos sueños se encuentra la verdadera vida, se llega a la conclusión de que está en el que nunca se realizará: el sueño de la revolución auténtica, que trae consigo la verdadera libertad.
Calendario es un libro de poesía principalmente enfocada en el amor, en las relaciones y en la ausencia tras la pérdida o la falta de éstas. Desde el enamoramiento hasta el final, Almudena Guzmán explora el romance a través de breves poemas libres de recursos retóricos complicados. En cambio, Calendario recurre a referencias de lo cotidiano-posmoderno, de forma que los poemas se sienten actuales y cercanos. A su vez, Guzmán también hace uso figuras naturales: árboles, flores, lluvia, por lo que también se percibe un ambiente de remanso. En conjunto, el resultado es bello y candoroso. Calendario es un libro corto, ideal para enamorados y desenamorados, para quienes quieren leer algo hermoso, pero ligero; y para quienes no tienen mucha experiencia en la lectura de poesía, pero buscan acercarse.
«Calendario de la sabiduría» fue el cumplimiento de un sueño para Tolstoi, pues buscaba compilar la experiencia de los siglos en un solo libro dirigido al público general. La primera expresión que consta por escrito de su concepto fue: «Un pensamiento sabio para cada día del año, de los grandes filósofos de todos los tiempos y todas las naciones». Su idea era crear un libro, en la que pudiera hablar a una persona, acerca del buen camino de la vida. Compilar estos pensamientos le exigió más de quince años. Entrado en la setentena, había caído gravemente enfermo. Meditaba entre el sentido de la vida y la muerte como fuente de inspiración. Cuando por fin envió su libro al editor, escribió en su diario: «Tengo la sensación de que he sido elevado a alturas espirituales y morales superiores, gracias a haberme puesto en comunicación con las personas más excelsas y sabias, cuyos libros leí y cuyos pensamientos seleccioné para mi círculo de lecturas. ¿Qué puede ser más precioso que comunicarse a diario con los hombres más sabios del mundo?».
Viajero infatigable, traductor, poeta, novelista, biógrafo y ensayista, la obra de Stefan Zweig tiene las más diversas facetas y revela un gran conocimiento del corazón humano. Bajo el título de «Calidoscopio» reunió Stefan Zweig una serie de narraciones cortas, algunas de las cuales se han editado en volúmenes separados. En las novelas y cuentos recogidos en «Calidoscopio», el interés galopante de la narración impide al lector dejar de leer hasta el final de la narración. Zweig es un narrador insuperable por la intensidad con que marca las situaciones y por la perfección con que labra, cual un escultor, a sus personajes.