Durante doce años Pendergast ha creído que la muerte de su esposa Helen, atacada por un león de crin roja en Zambia, no fue más que un trágico accidente. Por casualidad vuelve a examinar el rifle que llevaba Helen aquel día fatídico y descubre que alguien había sustituido las balas por munición de fogueo. Pendergast presiona a su amigo y aliado en el departamento de policía de Nueva York, el teniente Vicent D’Agosta, para que colabore con él en la investigación de un caso que les llevará a viajar a África y al sur de Estados Unidos.
Al investigar la muerte de su esposa, Pendergast descubre que en realidad no sabía casi nada de ella. En Pantano de sangre, la novela anterior, el lector descubrió que la muerte en África de Helen, la mujer de Pendergast, no había sido un accidente. Pero lo que averiguará en este libro es aún más asombroso. Pendergast y Judson Esterhazy, el hermano de Helen, viajan a Escocia para disfrutar de unos días de la caza del ciervo en los Highlands. La intención de Pendergast es obligar a Judson a revelarle todos los secretos de Helen y de su muerte. Pero Judson tiene otro propósito: matar a Pendergast. Un día de niebla espesa los dos se adentran en una zona pantanosa y Judson aprovecha la ocasión para pegarle un tiro en el pecho a Pendergast y dejarlo hundido en el lodazal. Sin embargo, antes de abandonarlo, le espeta estas palabras: «Helen está viva». Judson da por muerto a Pendergast e informa a la policía del accidente. Pero esta no consigue encontrar el cadáver. De vuelta en los Estados Unidos, Pendergast lucha desesperadamente por averiguar la verdad sobre Helen, la mujer a quien quizá nunca conoció. Descubre que la lengua materna de Helen fue el portugués, que nació en Brasil, que su tío había sido el médico nazi de un campo de concentración y, lo más aterrador de todo, que tuvo que fingir su muerte porque, si no, lo que le esperaba era aún peor. Helen está intentando esconderse de una organización maléfica que utilizará a Pendergast para llegar hasta ella.
«Antes de embarcarte en un viaje de venganza, cava dos tumbas». Confucio. Después de presenciar el rapto de su mujer en Central Park, el agente especial del FBI Aloysius Pendergast persigue desesperadamente a los secuestradores por el país hasta llegar a México. Sin embargo, todo sale trágicamente mal: los malhechores logran escapar, y Pendergast, destrozado, regresa a su apartamento en Nueva York para aislarse del mundo. Mientras tanto, en los hoteles de Manhattan se está cometiendo una serie de extraños asesinatos. En cada caso, las cámaras de seguridad captan imágenes claras de un joven pelirrojo, atlético, elegante y bien parecido que se mueve sin prisas por los pasillos de los distintos hoteles. Deja sus huellas, pelos y fibras en el escenario del crimen, pero siempre elude a la policía. Cuando el teniente Vincent D’Agosta acude a Pendergast, el agente no demuestra ningún interés por los hechos hasta que se fija en el modus operandi del asesino: escribe un mensaje en cada cadáver, y estos mensajes se dirigen solamente a él.
Hace ciento cincuenta años, un oso aterrorizó a los habitantes de Roaring Fork, Colorado, y mató, y devoró a once mineros. Los esqueletos de ocho de las víctimas todavía se conservan en un almacén del pueblo convertido en una exclusiva estación de esquí. Hacia esta localidad se dirige Corrie Swanson, la impetuosa y rebelde protegida de Pendergast, con la intención de estudiar los restos de los mineros y utilizarlos para escribir su tesis de criminología. En su primer día, el jefe de policía le presta todas las facilidades; sin embargo, al día siguiente, le informa de que ya no tiene autorización para investigar. Encarcelada por no haber acatado tal prohibición, Corrie pide ayuda al agente especial del FBI Aloysius Pendergast. No está dispuesta a renunciar a esta investigación, sobre todo ahora que, tras haber observado las marcas de los huesos, está segura de que los mineros no murieron atrapados en las garras del legendario oso. La aportación de Pendergast será aún más sorprendente: descubrirá una posible conexión entre la muerte de los mineros y un relato supuestamente perdido de Sherlock Holmes.
A las nueve y veinte De la nocHe llaman al timbre de la residencia neoyorquina del agente especial Aloysius Pendergast y la fiel Constance Greene acude a abrir. En el umbral aparece Alban, el hijo de Pendergast, cuyo cuerpo atado con cuerdas gruesas cae estrepitosamente al suelo. Está muerto. Su padre sale a la calle y persigue sin éxito a un sospechoso coche negro. Un informe dictaminará más tarde que el cadáver no presentaba signos de violencia, ni restos de alcohol o drogas. A Alban le partieron el cuello en un crimen planeado al detalle e impecablemente ejecutado, obra de profesionales. Al día siguiente el teniente Peter Angler, encargado del caso, habla con el padre de la víctima y su actitud lo desconcierta. Pendergast lo informa de que apenas tenía relación con su hijo, se declara incapaz de especular sobre las causas del crimen y aparentemente no tiene interés en cooperar con la investigación policial. Pero, en cuanto llega a casa, Pendergast accede a la base de datos de homicidios no resueltos y localiza los resultados de ADN del llamado asesino del Hotel, cuya brutalidad mantuvo en vilo a Manhattan hace año y medio.
Cuando Grace Ozmian, la bella pero temeraria hija de un millonario, desaparece, la policía asume que la chica se ha dejado llevar de nuevo por sus ansias de aventura. Hasta que encuentran en un almacén su cadáver decapitado. Vincent D’Agosta lidera la investigación junto con el agente especial Pendergast, pero ninguno de ellos está preparado para lo que les espera: un ser diabólico está aterrorizando el área metropolitana de Nueva York y Grace ha sido su primera víctima. Antes de que el pánico se extienda, Pendergast tendrá que hacer acopio de sus habilidades para desenmascarar al enemigo de la ciudad que no descansa y vivir para contarlo.
Tras los últimos cambios en la oficina del FBI en Nueva York, Pendergast se ve obligado a aceptar una condición inconcebible para conservar su empleo: el ferozmente independiente agente especial deberá ahora trabajar con un compañero.
Pendergast y su nuevo colega, el agente Coldmoon, son destinados a Miami Beach, donde una serie de homicidios cometidos por un sanguinario psicópata presenta un desconcertante modus operandi : el asesino les arranca el corazón a sus víctimas y lo abandona —junto con unas misteriosas cartas manuscritas— sobre distintas lápidas de cementerios locales.
Las tumbas están conectadas solo por una extraña circunstancia: todas pertenecen a mujeres que se suicidaron. Sin embargo, la aparente falta de relación entre los antiguos suicidios y los nuevos asesinatos pronto es la menor de las preocupaciones de Pendergast.
Porque, a medida que profundiza, el agente descubre que los crímenes pueden ser la punta del iceberg… y que se encuentra frente a una conspiración letal cuyos orígenes se remontan a décadas atrás.
Un desconcertante crimen con docenas de víctimas.
Para horror de la tranquila ciudad de Sanibel, en Florida, docenas de zapatos de aspecto corriente aparecen flotando a merced de la marea frente a sus costas. Cuando llegan hasta la playa, se descubre que cada uno esconde un pie humano toscamente cercenado en su interior.
Un horrible enigma sin solución aparente.
Obligado a interrumpir sus vacaciones, el agente Pendergast accede a regañadientes a visitar la escena del crimen y, pese a sus reticencias, se ve rápidamente atrapado por el incomprensible misterio. Con un océano de posibilidades por delante, nadie está seguro de lo que pudo haber sucedido ni de cuál es el origen de los pies. Y hay una pregunta que se necesita responder con desesperación: ¿están todavía vivas las víctimas?
Un reto irresistible para una mente brillante.
Pronto Pendergast se percata de que se enfrenta a un desafío aún más complejo y sorprendente de lo que podría haber imaginado… y a un poderoso enemigo con un sádico plan.
El inspector Pendergast se enfrenta a uno de los casos más extraños de su carrera en la fantasmagórica ciudad de Savannah, donde aparecen varios cuerpos sin vida a los que se les ha extraído hasta la última gota de sangre. El 24 de noviembre de 1971, D.B. Cooper secuestró, con una falsa amenaza de bomba, el vuelo 305 de Portland a Seattle. Tras cobrar un rescate de 200.000 dólares se lanzó en paracaídas desde la parte trasera del avión y desapareció en la oscuridad de la noche sin dejar rastro. Cincuenta años después, el agente Pendergast se hace cargo de un extraño y espantoso caso: en la ciudad de Savannah han aparecido los cuerpos sin vida de varias personas sin una sola gota de sangre en las venas. Una serie de crímenes que ha recordado las historias sobre el infame vampiro de Savannah, una ciudad «maldita» y rodeada de misterio, conocida por sus casas encantadas y sus historias espeluznantes. Mientras otros cuerpos sin vida y vaciados de sangre aparecen en la ciudad, un equipo de rodaje graba un episodio para una nueva serie documental de Netflix y un senador preocupado por su reelección presiona al FBI para que resuelva la situación lo antes posible. Pendergast junto con el agente Coldmoon, investigan si los crímenes tienen relación con el único secuestro sin resolver en la historia de la aviación norteamericana. Juntos no solo descubrirán la respuesta sino un mal sobrenatural más allá de todo lo imaginable.
Durante los trabajos de excavación para construir un nuevo bloque de apartamentos en Manhattan, los obreros hacen un descubrimiento espeluznante: los restos de treinta y seis personas torturadas y mutiladas, víctimas de un asesino que aterrorizó a la ciudad de Nueva York a finales del siglo XIX. El agente especial Pendergast del FBI convence a Nora Kelly, arqueóloga del Museo de Historia Natural, de que le ayude a resolver el misterio de aquellas muertes. Pero lo que era solo una inquietante investigación histórica se convierte en la caza desesperada de un cruel asesino, cuando sobre la ciudad se abate una oleada de asesinatos casi idénticos a los de un siglo atrás.
Medicine Creek es un pueblo perdido de Kansas, un pueblo tranquilo, donde todo el mundo se conoce y donde nunca ocurre nada… hasta que se produce un asesinato. En medio de un campo de maíz se descubre el cadáver mutilado de una mujer rodeada por un círculo de flechas indias, cada una con un cuervo atravesado en su punta. Y esto es solo el principio.
El asesino está entre ellos y nadie volverá a dormir tranquilo. Justo en este momento llega el enigmático inspector Pendergast. Nadie sabe quién le ha avisado pero será el único capaz de descifrar el misterio de los espeluznantes asesinatos, un misterio que le llevará a un pasado oscuro y torturado…
En las lejanas tierras del Tíbet, el agente especial del FBI Aloysius Pendergast y su pupila, la joven Constance Greene, visitan el aislado monasterio de Gsalrig Chongg para recuperar el equilibrio en sus vidas, después del mortal enfrentamiento con Diógenes, hermano y archienemigo de Aloysius. Poco antes de completar su estadía, sin embargo, Pendergast recibe una inesperada petición de los monjes: descubrir quién se halla tras el robo del Agoyzen, el tesoro más sagrado y secreto del monasterio, una reliquia oculta durante siglos por sus temidos poderes y cuya imagen no ha sido jamás vista, ni siquiera por sus propios guardianes. Consciente de la importancia de semejante pérdida, en especial en un momento en el que los lamas deben comenzar a buscar una nueva reencarnación del Rinpoche, Pendergast se lanza a la investigación, que lo llevará a seguir la pista de un enigmático asesino que está a punto de embarcar en el viaje inaugural del «Britannia», el mayor y más lujoso transatlántico del mundo. A bordo, aún consciente de que se enfrentará a un hombre peligroso, el agente nada imagina sobre las misteriosas fuerzas que operan sobre aquel talismán, que deberá devolver a su lugar de origen antes de que se desaten las fuerzas del mal.
Para el inspector del FBI Aloysius Pendergast y el detective de homicidios Vincent D’Agosta, el asesinato del periodista del «New York Times» William Smithback Jr., en su piso del Upper West Side de Manhattan, resulta tan doloroso —ambos eran amigos de la víctima y de Nora, su esposa— como a priori fácil de resolver: las cámaras de seguridad han grabado imágenes más que comprometedoras, antes y después del crimen, de Colin Fearing, un vecino del bloque. Además, el portero asegura que vio salir del edificio al propio Fearing con la ropa cubierta de sangre. Sin embargo, un detalle tan incomprensible como escalofriante echa abajo toda la investigación: el más que seguro asesino fue enterrado una semana antes de que cometiera el crimen. Mientras D’Agosta intenta desentrañar la paradoja a la que se enfrentan siguiendo metódicamente toda la rutina policial —exhumación del cadáver de Fearing, pruebas de ADN, registro al principal y único sospechoso, un empresario al que Smithback había denunciado en sus últimos artículos…—, Pendergast decide, como es habitual en él, encarar el caso de forma mucho menos ortodoxa. Los dos investigadores, sin embargo, llegarán al mismo destino: una misteriosa villa oculta en el parque de Inwood Hill, al norte de Manhattan, habitada por una secta a la que los rumores que corren por la ciudad atribuyen sacrificios con animales, prácticas de vudú y obeah, y experimentación con seres humanos… para convertirlos en muertos vivientes.
Cuando el cuerpo de Laura Cableder aparece abandonado en un callejón de la ciudad, Isaac Garón afronta su primer caso como Agente del Alma. Al lado de su nuevo compañero, el enigmático doble A Héctor Tiagonce, tendrá que perseguir su primera Alma en una carrera contra el tiempo antes de que Laura se vaya para siempre. El recelo de sus antiguos compañeros, una ciudad que agoniza por la falta de empleo que producen las máquinas, las imposiciones de los Eternos, élite de la ciudad, el culto a las Almas y un antiguo caso que creían resuelto complicarán la búsqueda del Alma de Laura. A pesar de su nuevo destino, Garón se verá incapaz de dejar atrás las viejas costumbres de detective de homicidios. Quizá ése sea el único modo de encontrarla.
La desaparición de Sadra Degas lleva al doble A Garón y a su compañera Alondra Oscare a Bella Ocaso, epicentro de la comunidad Eterna de la ciudad, en un caso que no parece requerir la presencia de Agentes del Alma. Pero nada es lo que parece y tras el hermetismo de los Eternos se esconde el pasado del cuerpo de Agentes del Alma. Con la ayuda del doble A retirado Héctor Tiagonce, de los agentes que compartieron carrera con Isaac Garón y con la firme oposición de los inesperados agentes Eternos de Bella Ocaso, Isaac y Alondra irán esbozando una verdad que nunca habían imaginado. Los Eternos esconden muchos secretos y uno de ellos está dispuesto a usarlos en su beneficio.
Julia Stein se sienta, por casualidad, junto a Hans Freeman durante el vuelo con destino a Kansas. Ella mira lo que Hans lleva entre las manos y él nota el brillo de la evocación en su mirada. Ninguno de los dos se imagina que ese breve momento será el inicio de una lucha contrarreloj contra un gran peligro que les acecha. El agente del FBI Hans Freeman se dirige a Wichita para encargarse del caso del asesino serial que está matando mujeres, y dejando sus cuerpos amputados colgando de los árboles. Por otro lado, Julia Stein se siente atrapada en la rutina de su trabajo y luego del fugaz encuentro con Hans que toca su pasado más doloroso, inicia su propia búsqueda que le hace acercarse al asesino de Wichita. En este thriller , narrado a ratos en la voz de Julia, el lector conocerá la crueldad que la rodea a ella y al agente Freeman, el cual se sumergirá en un torbellino de deducciones inquietantes para despejar la identidad del asesino, en donde cada detalle cuenta para armar el rompecabezas del caso.
Un asesino psicópata merodea en el bosque. Una familia dispuesta a todo para ocultar su oscuro pasado. ¿Podrán Julia y Hans descubrir la verdad y detener a tiempo al asesino?
Julia Stein acepta el trabajo de asistente que le ofrece el agente Hans Freeman. Su nueva misión es cazar al asesino del hacha, quien ya ha decapitado a tres hombres en el bosque de Green Bank, un pueblo que, además, está justo en el medio de «la zona silenciosa», un lugar en el que los teléfonos móviles son inútiles.
Nadie en el pueblo dice conocer a las víctimas, y el caso se complica aún más porque la poderosa familia Beresford teje una red de complicidades y engaños que podría haber alcanzado al cuerpo de policía.
¿Podrán los agentes Julia y Hans descubrir la verdad de esta tenebrosa familia, y detener a tiempo al trastornado homicida?
Un thriller de misterio y asesinos en serie es el segundo libro de la serie de los agentes del FBI Julia Stein y Hans Freeman. Si te gusta el suspense, los crímenes con misterio y los giros inesperados, entonces te encantará esta trepidante novela de Raúl Garbantes.
Julia Stein investiga su primer caso como agente graduada del FBI, junto a Hans Freeman. Se trata de atrapar a un asesino que mata a chicas jóvenes y que filma sus muertes para colgarlas en la Red. El caso se complica porque los agentes no comprenden el significado de los signos usados por el asesino en los videos de los asesinatos: una canción cuyo tema es la obsesión, los elementos como el agua y los árboles, o los colores de los impermeables que usa para ocultarse. Más que nunca la compleja imaginación de Hans y la aguda inteligencia de Julia serán necesarias para analizar a los sospechosos; un grupo de personas que lo saben todo sobre el consumo cultural del país y que diseñan extrañas campañas publicitarias. La necesidad de Hans de sacar a Goren de sus recuerdos, la amenaza de muerte que gravita cada vez más cerca de Julia, y los crímenes de un sociópata muy peligroso se mezclan en este thriller donde las pasiones secretas son la clave.
Para ella será su mayor desafío. Para él será el caso más difícil de su carrera. La escena del crimen es la casa vacacional de la familia Barthes. Padre, madre e hija han sido asesinados con dos disparos en el rostro. Tres años atrás otra familia fue ejecutada en condiciones idénticas. La agente Julia Stein inicia la investigación intentando relacionar ambos casos, pero es interrumpida por un ataque brutal que la deja inconsciente y gravemente herida. El agresor deja un mensaje donde menciona a… Hans Freeman. Hans intuye que este caso está relacionado con su pasado. Por primera vez, los agentes deberán enfrentar a una mente criminal extremadamente calculadora y brillante. Para ambos, resolver este caso será la diferencia entre la vida y la muerte.
No es el mejor momento para Julia Stein y acaban de asignarle un caso difícil. Alguien está asesinando parejas jóvenes en Kansas. El homicida abandona los cuerpos de las víctimas como si hubiesen sido devoradas por una bestia llena de colmillos y garras. Cinco niños han visto morir a sus padres y son incapaces de decir algo con sentido. Mientras tanto, en la ciudad de Topeka, la detective Alexis Carter y su compañera Anne Ashton, se han topado con un escalofriante caso de asesinato de una pareja de padres jóvenes. Su hija está desaparecida y la están buscando desesperadamente. Anne, que conoce a Hans Freeman pide ayuda a nuestros agentes ante la situación desesperada en que se encuentra la ciudad. Julia decide ir en ayuda de Anne y Alexis y esperar a Hans que está ausente de Washington en esos momentos. Hay muchas coincidencias en el caso de Topeka con los casos que ella está investigando en otras partes de Kansas. Además, Julia recibe una advertencia por parte de Anne sobre Alexis: ella tiene una facultad muy especial. ¿Podrán Julia y Hans atrapar al asesino bestial? ¿Podrán con su ayuda las detectives Alexis y Anne encontrar a la hija de una de sus víctimas que está desaparecida?