Tras la muerte de Edward Bunker en 2005, se encontraron entre sus papeles una novela inédita y varios relatos en los que el escritor angelino estaba trabajando, reunidos ahora bajo el título de uno de ellos, Huida del corredor de la muerte.
Los relatos abordan algunos de los temas predilectos del señor azul de Reservoir Dogs : la vida entre rejas y su código no escrito, el sistema judicial y penitenciario norteamericano, la discriminación racial en la cárcel y la pena de muerte.
En San Quintín, fábrica de animales y quintaesencia del sistema de reclusión estadounidense, encontramos al joven de color Booker Johnson, sobre el cual se cierne, pese a la levedad de su delito, la pesada maquinaria penitenciaria alimentada por el racismo; a Eddie Johnson, impaciente por vengar a un amigo asesinado a sangre fría por un guardia; o a Troy Cameron, el protagonista de Perro come perro , en su último viaje rumbo a la cámara de gas. En el relato que da título al libro, la rutina de la vida en el corredor de la muerte salta por los aires cuando se materializa un desesperado intento de fuga.
Los años de dinero a espuertas y de una Irlanda próspera han terminado bruscamente con el estallido de la burbuja inmobiliaria, y Bob Tidey, un honesto policía que aún patea las calles de Dublín a pesar de sus más de veinticinco años en el cuerpo, investiga la relación entre los asesinatos de un banquero corrupto y de un delincuente de poca monta. Al poco de salir de prisión, Vincent Naylor, antiguo matón de un mafioso local, prepara un golpe cuya recompensa merece correr importantes riesgos. La monja Maura Coady, retirada y acosada por remordimientos y malos recuerdos, ve a través de la ventana de su casa algo que no puede ignorar; cuando dé el aviso a Tidey, se desatará una ola de furia y ciega violencia que podría arrastrarlos a todos.
Ernie Stark es un estafador y un yonqui, un delincuente de poca monta a quien los trajes de lujo, los coches veloces y las prostitutas con estilo hacen enloquecer. Su vida transcurre sin respiro en un submundo que conoce como la palma de su mano y que ni por sentimiento de culpa o deseo de redención querría abandonar. Obligado a colaborar con la policía para no verse de nuevo entre rejas, se da al doble juego con policías y delincuentes a fin de quitarse de en medio a la competencia y hacerse con un pequeño imperio de la droga.
A Rudy Black, maleante y chulo de baja estofa, el mono lo devora y cada vez le cuesta más conseguir las enormes cantidades de heroína que necesita para saciarlo. Rudy es uno de los habituales de la Escena, cierta zona de una ciudad sin nombre gobernada en la sombra por un traficante al que llaman el Hombre. Después de una ofensiva policial, el Hombre precisa refuerzos y le ofrece a Black el trabajo de camello que tanto andaba buscando. Sin embargo, las malas lenguas dicen que Rudy se entiende con los detectives Davis y Patterson de la Brigada de Estupefacientes. Para probar su lealtad, el Hombre le hace un encargo terrible y Rudy sabe que no puede fallarle. «La Escena», que combina elementos de la novela policial con una audacia expresiva y una crudeza raras para su género y época, supuso el debut en 1960 de Clarence Cooper Jr., escritor con una trayectoria breve señalada por el demonio de la adicción a la heroína.
Desde que saliera de la penitenciaría dublinesa de Mountjoy e intentara establecerse como delincuente por su cuenta, Frankie Crowe no había tenido suerte. Harto de golpes que a duras penas le daban para el alquiler —y que bien podrían ponerlo de nuevo entre rejas—, un ambicioso Crowe planea secuestrar a Justin Kennedy, un banquero que ha prosperado en los años dorados del Tigre Celta. Pero para ello necesita contar con la aprobación del temido Jo-Jo Mackendrick, antiguo jefe de Frankie y conocido mafioso local. Las reticencias de Jo-Jo no frenarán el ímpetu de Crowe, como tampoco lo hará descubrir que Justin Kennedy es un abogado y no un banquero. Aunque el secuestro va de mal en peor y la policía estrecha el cerco en torno a la banda de Frankie, este no está dispuesto a renunciar al rescate de un millón de euros y a dejar de ser un delincuente de medio pelo.
A sus treinta y cinco años, Bob Hughes lidera una banda de yonquis que ocupa su tiempo robando farmacias y pinchándose el botín de sus fechorías. Carismático y supersticioso, Bob es un ladrón de la vieja escuela con un peculiar código de honor: nunca obligaría a alguien de la banda a hacer algo que él no haría, y jamás vendería droga a otros. La policía de Portland, centro de operaciones de la banda, lleva tiempo detrás de Bob, pero sabe que la única manera de detenerle es pillarlo «in fraganti». Cuando Bob descubre que los detectives Gentry y Halamer lo están vigilando, decide darles una lección que no olvidarán y largarse de la ciudad. Fuera de su hábitat natural, la banda irá de mal en peor y Bob, cansado y afligido, se planteará por primera vez en su vida dejar las drogas. Escrita en la cárcel y convertida en película de culto por Gus Van Sant, «Drugstore Cowboy» es la única novela publicada del ladrón y adicto James Fogle.
George Fowler es el líder de una lucrativa organización criminal londinense especializada en la producción y distribución de películas pornográficas. Aunque dirige el negocio con mano de hierro, alguien de la organización se la está jugando y Fowler no está dispuesto a consentirlo. El rey del porno, que desconfía hasta de sus colaboradores más leales y sospecha de la banda de los hermanos Shepherdson, no dudará en recurrir a la violencia para descubrir al traidor. A la narración del terror de los últimos días de Fowler en Londres, Ted Lewis yuxtapone la de su huida y ocultamiento en una pequeña población costera en temporada baja. Mientras el mafioso caído en desgracia trata de recomponer su imperio y no dejarse vencer por la paranoia, los que quieren ocupar su puesto harán lo que sea para dar con él y eliminarlo. Publicada originalmente en 1980, dos años antes de la prematura muerte de su autor, «No solo morir» está considerada junto con «Carter» la mejor novela de Ted Lewis.
La próspera Irlanda lleva una década enamorada de su propio éxito, pero en las calles de Dublín se siguen cometiendo los mismos delitos que antes y mafiosos como Lar Mackendrick campan a sus anchas. El inspector Harry Synnott lo sabe bien tras veinte años de servicio en la Garda Síochána, el cuerpo policial de la República de Irlanda. Aunque su decisiva participación en varios casos importantes le ha valido el respeto y la admiración de sus superiores, la mayoría de sus compañeros lo consideran un traidor por haber denunciado a otros agentes. Mientras investiga un posible caso de violación por parte de un chico de buena familia y trata de encerrar a un peligroso atracador largamente perseguido, un caso del pasado amenaza con destruir la carrera del controvertido policía.
Troy Cameron, criminal ampliamente respetado en los bajos fondos de Los Ángeles, embarca a dos viejos camaradas del reformatorio en un golpe de los que difícilmente rechazaría quien ha entregado su vida al crimen. Se trata de Gerald McCain, apodado «Mad Dog» por su conducta demente y violenta en extremo, y de Charles «Diesel» Carson, un grandullón que desaprueba el carácter atormentado e imprevisible de Mad Dog. A pesar de su mutua antipatía, ambos comparten una ciega idolatría hacia Troy, nacida en los años del reformatorio dada su poco común inteligencia. La sociedad está hecha y el plan es perfecto, sólo falta controlar los recelos de Diesel hacia Mad Dog, y tener a raya al segundo, algo que se presume extremadamente complicado. «Perro come perro» es una de las mejores novelas de Eddie Bunker, escritor ex convicto cuyo estilo genuinamente descarnado lo ha convertido en uno de los mayores exponentes de la literatura criminal.
René Shade, exboxeador que trabaja como investigador policial en la pantanosa ciudad de Saint Bruno, Louisiana, vive en el piso de arriba de los billares que regenta su madre y mantiene una tensa relación con su hermano Tip, propietario de un bar frecuentado por maleantes.
Un prometedor concejal ha sido brutalmente asesinado en su casa y Shade está convencido de que se trata de un ajuste de cuentas. Sin embargo, sus superiores y el alcalde no quieren escándalos y presionan a René para que traten el caso como un robo que acabó en tragedia.
La investigación conducirá a Shade por el submundo criminal de la ciudad, gobernado con mano de hierro por mafiosos con influencia política, y un nuevo asesinato hará temblar la frágil convivencia entre los barrios de Pan Fry y Frogtown.
Primera novela de la Trilogía de los pantanos, Bajo la dura Luz (1986) supuso el debut literario de Daniel Woodrell, autor de Los huesos del invierno y, en palabras de Dennis Lehane, «el menos conocido de los grandes escritores norteamericanos contemporáneos».
Emil Jadick, cabecilla de una banda de exconvictos conocida como el Ala, quiere destronar al mafioso Auguste Beaurain, que controla con mano de hierro el submundo criminal de la pantanosa ciudad de Saint Bruno.
Tras un atraco a un local de Beaurain que acaba con el asesinato de un hombre, el capitán Bauer encarga al inspector y exboxeador René Shade que lo investigue. Lo extraño del caso es que Bauer quiere que trabaje con la ayuda de Shuggie Zeck, lugarteniente de Beaurain con el que Shade creció en las duras calles del barrio de Frogtown.
Aunque René no se fía ni un pelo de Shuggie y sospecha de las conexiones entre el mafioso y el alcalde de la ciudad, se verá obligado a peinar los bajos fondos de Saint Bruno en busca de los matones del Ala.
Los matones del Ala es, tras Bajo la dura luz , la segunda novela de la Trilogía de los pantanos protagonizada por René Shade.
A diferencia de su hermano Boyd, Virgil Caudill nunca se ha metido en problemas. Trabaja como basurero y solo aspira a comprar la vieja cabaña de su padre y a casarse con su novia del instituto.
Sin embargo, su vida da un vuelco cuando Boyd es asesinado. El código no escrito entre la gente de los cerros de Kentucky establece que los Caudill deben vengarse, y todo el mundo —incluso el sheriff— espera que Virgil actúe. Agobiado por la situación y las consecuencias de una elección imposible, Virgil decide huir a Montana, donde conocerá a un inquietante grupo de gente armada que ni acata las leyes ni paga impuestos.
Publicada originalmente en 1997, la primera novela de Chris Offutt explora la necesidad que tenemos de pertenecer a un lugar y una comunidad.
En la Nueva Jersey de los años setenta, Joe Zucco y Alexis Machine se disputan el control de las actividades ilícitas de la ciudad. Tiránico y despiadado, Zucco es el capo de un grupo mafioso que emplea a decenas de esbirros.
Como Charley Flowers, que vio truncadas sus aspiraciones tras un par de errores, o Harry Strega, joven veterano de Vietnam que ahora lucha para abrirse camino en el mundo del crimen. Todos ellos quieren hacer realidad el sueño americano y convertirse en un nuevo Zucco, sin saber que el camino hacia la cima está sembrado de cadáveres.
Publicada originalmente en 1973, e inédita hasta ahora en castellano, *Ciudad muerta* es un aterrador viaje por las malas calles de Nueva Jersey que dejó huella en autores como Stephen King, Chris Offutt y John Connolly.
Una caja fuerte abierta de par en par sin los cuarenta y siete mil dólares que el temido Manduca Pumphrey guardaba en su interior. Esa es la deprimente estampa que el viejo John X. Shade contempla desde la barra del Enoch’s Ribs and Lounge.
Su joven mujer se ha largado con el dinero del gánster, dejándolo a cargo de su hija Etta, y John X. no quiere estar presente cuando el Manduca lo descubra. Sin un centavo y con las manos demasiado temblorosas como para sostener el taco de billar con el que se ganaba la vida, John X. decide emprender el camino de regreso a Saint Bruno, la pantanosa ciudad donde veinte años atrás abandonó a su primera mujer y a sus tres hijos.
Publicada originalmente en 1992, Sin reproches es la última entrega de la Trilogía de los pantanos protagonizada por la familia Shade.
William Lammiter, un joven comediógrafo americano, se traslada a Roma e intenta reanudar sus relaciones con Eleanor Halley, pero se encuentra con que la joven se ha prometido con el conde Luigi Pirotta, un aristócrata tan elegante como misterioso. Casi simultáneamente, y debido a un encuentro casual y dramático con una fascinante italiana, Rosana Di Feo, Lammiter se ve envuelto en una extraña y peligrosa intriga internacional. Y muy interesado en ella, descubre al conde Luigi Pirotta. Al ensancharse el círculo de la intriga, aparece en juego una banda de traficantes en narcóticos, con ramificaciones en todo el mundo. También aparecen una princesa inteligente y maliciosa, un detective siciliano, un agregado naval americano, agentes secretos de varias naciones y un grupo heterogéneo de italianos y turistas. Con el peligro y la muerte siempre al acecho, la acción pasa de Roma a su desenlace, imprevisto y dramático, en Perugia. Esta novela, de ritmo tenso, se ve enriquecida por sus ingeniosas observaciones, por sus cuadros de Italia y por la habilidad literaria de esta conocida autora.
Unos hombres sufridos y abnegados; unos héroes olvidados por casi todos: los carabineros españoles. Año 1929. El carabinero Guerrero y su compañero Hermida son miembros de la Compañía de Carabineros de Celanova, bajo las órdenes del capitán Ferreiro, en la provincia de Orense (España). Se dedican a combatir el tráfico de tabaco y otros productos que entran ilegalmente desde Portugal. Pero algo mucho más grave los va a tener ocupados durante un tiempo: Cabanillas, un antiguo contrabandista capturado por Guerrero dieciséis años antes y liberado recientemente de prisión, con la ayuda Acevedo, capitán de un buque mercante portugués, se dispone a traer un alijo de opio desde la India e introducirlo en España por Orense. Una forma de enriquecerse y al mismo tiempo intentar vengarse de su captor. ¿Lo conseguirá?
Ha desaparecido uno de los secretos mejor guardados de Norteamérica. Es evidente que se trata de una conspiración urdida para perjudicar los intereses de Estados Unidos en Centroamérica, aunque tal maniobra signifique poner al mundo entero al borde del holocausto nuclear. En principio, parece que sólo tres personas pueden ser el cerebro de la operación: el jefe de los servicios secretos norteamericanos, el director de la CIA… o el propio presidente de los Estados Unidos. La CIA encarga el caso a Chris Rodríguez, un hombre que ejerce dos de las profesiones más peligrosas que se han inventado: fotógrafo de guerra y agente secreto. Héroe solitario, Chris Rodríguez se hace cargo de la investigación y empieza a avanzar, con paso no muy firme, por la enmarañada selva de un mundo donde a los asesinatos se les llama ejecuciones, los sobresaltos no paran de encender luces rojas en la mente de todos y el ritmo trepidante de la acción sacude los nervios más templados. Porque el polvorín sobre el que se desarrollan los hechos puede estallar en cualquier momento…
Claudia y Sebastian disfrutan de unas vacaciones de verano en un pueblo habitado exclusivamente por viudas y donde no es posible conectarse a internet. Mientras él se dedica a recordar por escrito a todas las amantes de su vida, ella recorre el pueblo y los alrededores y acaba interesada por un suceso acaecido hace casi treinta años: el incendio de la iglesia mayor. Un crimen espeluznante servirá de insospechada catarsis para su vida en común. Ambientada en un futuro inmediato en el que la literatura ha desaparecido de la sociedad, y aunando suspense y autoficción, narrativa minimalista y estilo vigoroso, Alabanza es la obra más lograda y personal de Alberto Olmos, una apasionante reivindicación de la literatura que devuelve el protagonismo al lector.
Un detective endurecido, al regresar a su ciudad después de muchos años, recibe el misterioso encargo de encontrar Alacant, el lugar de la infancia y la memoria. Esta es la crónica sentimental del cumplimiento de esa búsqueda. Más allá de la nostalgia por una ciudad que se pierde en la bruma, esta investigación detectivesca ofrece una reflexión profunda sobre el pasado, el transcurrir del tiempo y el tortuoso camino hacia el mañana de un individuo y una sociedad; con los estremecimientos de la emoción despertada de su letargo al entrar en contacto con lo que ya se fue, mientras se estrella en su propio presente.
Alguien espía desde los tejados y a través de las ventanas, alguien se inmiscuye en la vida íntima de unas mujeres que ni lo sospechan. Lo que excita a este voyeur no es sólo entrever la carne desnuda, sino también encontrarse con la mirada de horror de sus víctimas cuando descubren su presencia entre las sombras. Una mujer mayor aparece brutalmente asesinada en su casa. El inspector Banks se pregunta si se trata de un incidente aislado, o si acaso está relacionado con los otros crímenes que han venido sucediendo en el pueblito de Gallows View. Y mejor será que no tarde en contestar, porque la violencia podría vulnerar incluso su propia vida personal.