Tras el relato impresionante de la guerra vivida en las trincheras, de los bombardeos y la desbandada general ante las tropas franquistas, que toman Bilbao, el volumen arranca con el complot de los industriales vascos, en el que participa Camilo Baskardo, para traicionar a la República y entregarse a Franco. Los habitantes de Getxo conocen la posguerra dos años antes de que acabe la guerra, y la viven como una época oscura de represión y sometimiento. Son las nuevas generaciones, entre ellos Asier, que estudia en Bilbao, y Océano, criado entre anarquistas y nacionalista, quienes ofrecen una resistencia sorda que poco a poco se revelará violenta. Para ellos el nuevo régimen se hace intolerable en tanto ahonda la injusticias. Las cenizas del hierro revela no sólo el origen enigmático de dos de las protagonistas de la novela, Ella y Magda —cuyos hijos han logrado usurpar las herencias de las grandes familias—, o las razones profundas que les llevaron al ensalzamiento del Mostrador —con su carga simbólica—; es también la parte donde los ambiciosos planes expansivos de los hombres de hierro viven su momento de esplendor y declive, su derrumbamiento final. Los últimos representantes de las familias de la novela acaban arrastrados por la Historia, mientras se produce el primer asesinato de ETA en el País Vasco, que hará de la convivencia un permanente conflicto irresoluble.
Alex Bleach, ángel caído del rock francés, ha muerto de una sobredosis en la bañera de un hotel. Toda una desgracia para sus fans, pero sobre todo para Vernon Subutex, antiguo vendedor de discos cincuentón que aún conserva el magnetismo de antaño. Bleach no era un simple amigo, era la persona que le pagaba el alquiler, y su muerte ha arrojado a Vernon a la precariedad. Sin trabajo, sin dinero, sin familia y sin techo, la vida de Vernon parece abocada a una espiral de desgracias. Solo le quedan las filmaciones que realizó el propio Bleach y que dejó en su apartamento a modo de testamento. «He escrito Vernon Subutex tomando como punto de partida el miedo que la clase media tiene en Francia a perder su casa por falta de recursos. [...] Conseguir trabajo pasados los cincuenta años parece muy improbable, y vemos surgir una nueva forma de precariedad que afecta a gente que ha vivido socialmente integrada hasta la madurez, y que de repente ya no puede pagarse el alquiler.»
Vuelve Vernon Subutex, un ángel caído de los años noventa, la gran época del rock, en este segundo volumen de su trilogía.
Vernon sigue en la calle y ha perdido todo contacto con el mundo real. El parque Buttes-Chaumont, al nordeste de París, es ahora su nuevo hogar, y allí convive con otros vagabundos, sin ser consciente de que se ha convertido en una especie de celebridad en internet y de que sus antiguos amigos, un heterogéneo grupo de individuos socialmente muy dispares, lo buscan desesperadamente. Todos quieren conocer las grabaciones que la estrella del rock Alex Bleach dejó en sus manos antes de morir.
Con el último volumen de esta aclamadísima trilogía, auténtico fenómeno literario más allá de nuestras fronteras, Virginie Despentes cierra de forma magistral este retrato demoledor de la sociedad contemporánea francesa.
Vernon Subutex sigue siendo el DJ gurú que consigue transportar al nirvana al más incrédulo de los mortales y el nexo de unión de una comunidad idealista que vive al margen de la sociedad, pero la inesperada muerte de uno de sus miembros hace peligrar la continuidad del grupo.
El miedo a la pobreza y el racismo, la discriminación y la violencia generadas por las religiones, el derrumbe de la democracia francesa tras el impacto de la alianza «espectáculo-ultraliberalismo» y la ira de los pueblos son algunos de los temas que Despentes pone sobre la mesa.
En este desenlace, más punzante y político, y sobre el que planean la muerte de David Bowie y los atentados terroristas de noviembre de 2015 en Francia, los personajes se mueven entre París, Barcelona, Frankfurt y Dublín, en una Europa a la deriva hacia un final trágico donde solo parece haber espacio para la violencia.
Alison, hermosa adolescente, es descubierta casualmente por un fotógrafo que no tarda en arrastrarla al mundo de la moda y la pasarela. De su natal San Francisco viaja a Europa, donde desarrolla una carrera fulminante. El final de su trayectoria profesional coincide con el fracaso de su relación amorosa, y Alison se traslada a Nueva York para construir una nueva vida. Allí conoce a Verónica, una excéntrica mujer algunos años mayor que ella. Contra todo pronóstico, las dos mujeres se hacen amigas. Su amistad sobrevivirá no solo a la reincorporación de Alison al mundo de la moda, sino también el terrible descenso de Verónica al por entonces desconocido infierno del sida. El recuerdo de su amistad continuará persiguiendo a Alison años después, cuando ella también envejece y enferma y se cuestiona el significado de lo que experimentó y en qué se convirtió durante aquella época.
Antes de cumplir quince años, Sandra Martos descubre su inclinación sexual y asiste a la separación de sus padres; dos circunstancias que la harán sentirse en desventaja y en desacuerdo con el mundo que la rodea hasta que, en unos campamentos, conoce a Isa, una monitora que le abrirá las puertas de la vida. Desde ese momento, Sandra, necesitada de referentes en los que apoyar su incertidumbre, entrará en conflicto con sus orígenes y buscará respuestas y cobijo fuera de la familia: en la amistad, pero también en el cine y en los libros, únicos lugares donde la desolación y el desamor pueden resultar hermosos.
Su vida da un vuelco cuando conoce a Jimena, una chica de familia burguesa que incendia su mundo, le enseña el rostro grácil y despreocupado de vivir, muy alejado del ambiente en el que Sandra ha crecido, y con quien descubre el poder magnético del deseo y del amor así, como el miedo a perderlos.
Una novela intensa, punzante y tremendamente humana que nos alumbra sobre el dolor de la infancia, la pérdida de la amistad y la erosión del amor.
«¿Por qué escribes? ¿Y para quién? ¿Qué querías decir exactamente en tu último libro? ¿Extraes el material de tus historias de la imaginación o de la vida?». El escritor, protagonista sin nombre de la novela, conoce muy bien esas preguntas, que sin duda le harán en la velada literaria que va a comenzar en el viejo centro cultural. También sabe que no tiene una respuesta sencilla que dar al público congregado ahí esa tarde. Pero de camino hacia allí el autor se ocupa del acto de la escritura. No deja de observar, de inventar biografías y tramas para los personajes que se encuentra por el camino. Pesca alguna expresión de la cara, alguna palabra casual o un gesto, y con eso hilvana una vida completa, se imagina historias de pérdidas y anhelos, escenas de amor y de seducción. Y, a medida que la noche se alarga, se va difuminando la diferencia entre lo que ha ocurrido de verdad y lo que podría haber pasado. El escritor sin nombre vaga como un espía entre personas solitarias, desamparadas, y encuentra en cada una de ellas un potencial para una posible historia.
Víctor Menchaca vive en un barrio marginal de una gran ciudad, donde los jóvenes conviven diariamente con la pobreza, la delincuencia y la droga. Víctor no es una excepción: muy pronto se convierte en camello y cae en la adicción a la heroína. Pero un día se topa con dos personas que darán un giro a su vida: Montecristo y su hija, Heaven. Gracias a ellos y a su propia y férrea voluntad, Víctor logra enderezar su vida guiado por su pasión por la montaña y su amor por Heaven.
La mujer como madre, hija, esposa, amante… Como observadora, como narradora o como actriz. Vestida casi como un niño o sumergida en la gris elegancia parisién, cambia fácilmente de papel, de país, de idioma. Experta y exitosa, controla cuanto le importa. Sin embargo, a medida que emerge cada nueva mujer y se cuenta cada nueva historia de este extraordinario libro (con una simplicidad más nítida, hierática y dolorosa a medida que pasan las páginas), la tranquila superficie de Vértigo se rompe y nos hundimos en el pánico que subyace en la vida cotidiana. Una de las sorpresas literarias del presente.
Los psicólogos llaman «delirio de relación» al trastorno por el cual una persona porfiada y muy vulnerable cree ver coincidencias en todo lo que le sucede, como si la casualidad obedeciera a una ley desconocida. Pero ¿qué quiere decir aquí «delirio»? Es posible que sea precisamente esa coincidencia de los hechos y las imágenes lo que permite tener por primera vez una vida propia. Los relatos con orla negra de W. G. Sebald cuentan cosas cotidianas e inquietantes, son testigos minuciosos y excesivos de un desajuste pertinaz. De las grietas de la memoria asoman «hechos casuales», ya amenazadores, ya reconfortantes. Sin embargo, el leve infierno de la depresión no deja mudo al escritor, sino que parece percibir el mundo con más agudeza. Bajo el signo de la melancolía ha creado un texto de paradójica belleza.
A finales del siglo XIX, en una pequeña aldea belga llamada Woesten, la joven Elisabeth sueña con desplegar las alas para echar a volar por su cuenta, pero al descubrir que se ha quedado embarazada se ve forzada a casarse. Ocho meses después dará a luz a sus gemelos, el hermoso Valentijn y una criatura terriblemente malformada a la que su padre, el doctor Guillaume, se negará siquiera a dar nombre. La llegada de la guerra en 1914 no será la única tragedia que se cernerá sobre la tranquila aldea flamenca. Vesania, la primera novela de Kris Van Steenberge, es una imponente narración contada desde los distintos puntos de vista de sus cuatro protagonistas ―Elisabeth, Guillaume, Valentijn y el Innominado―, escrita con una elegancia y una maestría dignas de un escritor consagrado.
Todo parece ir sobre ruedas durante la luna de miel de la joven Ayako Inagaki. Su marido, Toshio Takigawa, es el hombre ideal: tierno, atractivo, culto, elegante, deportista… Pero hay algo que empieza a inquietarle: la extraña relación de Toshio con su madre, una afable y encantadora mujer de porte aristocrático, viuda del embajador japonés en Londres. La señora Takigawa está muy bien relacionada con la alta sociedad de Tokio, incluida la casa imperial, a la que quiere acceder el padre de Ayako, un ejecutivo ambicioso y esnob. En *Vestidos de noche* Mishima explora una vez más el lado más oscuro e inconfesable del ser humano.
Vi es hija de una madre trabajadora y un padre rico y mimado. La guerra destruirá el equilibrio familiar y los llevará a Canadá. Hay novelas llamadas «perfectas» en cuanto parecen mecanismos de relojería; en otras, la vida se cuela por todas partes y la realidad, que es imperfecta, se impone sobre el artificio: ésta es una novela sobre la vida de una mujer joven que nació en un antiquísimo Vietnam y creció en un Occidente de emigrantes atados a tabúes y contradicciones. También sobre el amor y el misterio de la existencia en cualquier lugar de la Tierra. Lecturas y viajes, ternura y nostalgia, van conformando la idiosincrasia de Vi, que recorre nuestro extenso mundo como si fuera diminuto, tanto como indica su propio nombre: Vi, que en vietnamita significa «preciosa minúscula microscópica».
«El acontecimiento que les cambió la vida a todos tuvo lugar una tarde de sábado de junio, pocos minutos después de que Michael Turner —pensado que la casa de los Nelson estaba vacía— se colara por la puerta de atrás.» Tras la pérdida de su mujer, Michael Turner se traslada a Londres, al acomodado barrio de Hampstead, donde establece una cercana relación de amistad con los Nelson, la familia que vive en la casa de al lado. Josh, Samantha y sus dos hijas pequeñas representan lo que Michael teme que jamás conseguirá: estabilidad familiar y un hogar. Esta nueva amistad parece servir de cura para Michael hasta que un día algo cambia radicalmente sus destinos... Entonces, de la noche a la mañana, Michael se encuentra ante un grandísimo dilema moral.
Una noche, Mizuki se encuentra en casa a su marido. El mismo que murió hace tres años. La joven Mizuki lleva tres años obsesionada por la misteriosa desaparición de su marido, al que la policía ya da por muerto. Una noche, él aparece de improviso en su cocina y, mientras devora sus dulces favoritos, le relata cómo murió ahogado en el mar. A la mañana siguiente, Mizuki comprueba que no se trataba de un sueño y acepta lo que él le pide: que lo acompañe en un último viaje a la costa donde se originó todo. En esta fascinante novela de la autora de Los amigos, los vivos y los muertos se confunden a lo largo de un Japón enigmático donde los fantasmas resultan más reales que la gente entre la que deambulan.
A los dieciocho años, recién llegada a Londres desde el Caribe donde nació, sola y sin dinero, Anna va a tener que afrontar un mundo real muy distinto del de sus sueños. Una Inglaterra sórdida y mezquina, un grupo de coristas que sólo piensan en cazar a un hombre rico, y algunos hombres ricos aficionados a las coristas (a la vez que defensores de la moral y las buenas costumbres) delimitan un mundo que terminará por cerrarse sobre ella como un cepo.
Tras la ruptura con su pareja, Lola recibe la trágica noticia del suicidio de un hombre cuyo desahucio ella ordenó. Su prima Sara, fotógrafa y activista del 15M, es imputada por ocupar un edificio público en Cádiz. Sus destinos volverán a encontrarse en un viaje a Portugal en el que ambas intentarán dejar atrás sus particulares demonios. En este viaje, lleno de sorpresas y fascinantes encuentros: un anciano centenario que cuenta historias fabulosas; una fadista, a la que su padre y su marido prohibieron cantar; un homosexual, con un insólito pasado, que viaja con su pareja y sus dos hijos; un echador de cartas que despierta en Lola una pasión largamente dormida y la seductora propietaria del hostal La Menuíta, un lugar donde «verdaderamente se calma el dolor», Lola y Sara descubrirán lo que son y lo que fueron las mujeres que las precedieron, cuyas energías aún llevan pegadas a la piel. Viaje al centro de mis mujeres es una novela magníficamente construida, con personajes muy bien delimitados psicológicamente, que habla de valentía, perdón, amor y compasión, únicas herramientas capaces de liberar la poderosa energía que bulle en nuestro interior. Es también una historia mágica, contada con agilidad y frescura, de secretos familiares que arañan por dentro; de justicia social y de mujeres valerosas capaces de sacudirse sus fantasmas, reconciliarse con el pasado y tomar las riendas de su vida. Y como telón de fondo, la belleza sencilla y prodigiosa de Portugal, escenario en el que cada rincón se convierte en un escondite donde encontrarse a sí mismo y donde disfrutar de la sensualidad de la música, la comida y la bebida, porque, al fin y al cabo, lo importante es sentir; lo demás son alrededores... 'Me ha impresionado la destreza de la autora para contar una historia en presente con guiños continuos al pasado y su habilidad para transmitir las sensaciones y emociones de ese viaje exterior e interior que describe. Es una novela inteligente que destila introspección psicológica y que tiene un final redondo, propio de esos libros que ayudan a reconciliarse con uno mismo'. (Carmen Calvo, ex-ministra de cultura) 'Seduce porque clarifica la intimidad y desata la confidencia de una manera obscenamente secreta. El manejo del tiempo convierte el texto en uno de esos viajes eternos donde cada escenario se convierte en un escondite donde contar un cuento antes de dormir'. (Carles Lopez Cerezuela, autor del blog 'Pequeñas diferencias') 'Es un libro mágico. Escrito para mí, para todas las mujeres que siendo Campanillas se vieron obligadas a convertirse en Wendys hiperresponsables. Una novela poblada de mujeres poderosas que asumen su libertad, tomar las riendas de su vida y vivir en el único lugar que merece la pena: dentro de sí mismas'. (Pilar González Modino, ex-parlamentaria andaluza y directora de 'Paralelo 36' en el El Correo de Andalucía-TV) 'La autora somete con destreza su atractivo relato al equilibrio, siempre difícil, entre lo global y lo pequeño. Es una novela se lee con avidez y deja un regusto agridulce, porque no ocurre lo que estamos acostumbrados que ocurra. Porque es absolutamente estúpido resignarse a vivir fingiendo que se es feliz'. (Pepe Pettenghi, escritor y columnista de Diario de Cádiz) 'Una historia magníficamente construida con personajes muy bien delimitados psicológicamente que nos enfrenta a una búsqueda de nosotros mismos y de nuestro deseo de construir nuestro propio viaje, nuestro camino hacia... ¿la felicidad? Tal vez no, pero sí por lo menos hacia la elección consciente de lo que queremos hacer con nuestra vida'. (Alfonso Martínez Foronda, escritor, investigador y Presidente de la Fundación Paz y Solidaridad). 'Con la belleza sencilla y prodigiosa de Portugal como escenario, se habla de valentía, perdón y compasión hacia los demás y hacia una misma, invitando a buscar la felicidad desde la reconciliación con el pasado y con el dolor'. (Ana López Segovia, actriz).
Alberto Vázquez-Figueroa efectúa aquí un largo viaje que lo lleva primero a Venezuela, con el propósito de poner en marcha una audaz idea: trasladar a las desiertas llanuras de la Gran Sabana guayanesa todas aquellas especies de animales actualmente en vías de desaparición en África. El autor dedica íntegramente la segunda parte del libro al archipiélago de las Galápagos, uno de los lugares más interesantes, lejanos y desconocidos del planeta, en el que sobreviven especies animales totalmente desaparecidas ya del resto de la Tierra. Galápagos, o las Islas Encantadas, constituyen, sin duda, el último paraíso de los animales salvajes; el único lugar donde hombres y animales aún pueden convivir en perfecta paz y armonía.
Clara, que ha recibido el encargo de escribir una guía personal de Alemania, convence a su pareja para tomarse un periodo sabático y viajar juntos por el norte del país. Para ella significa la oportunidad de rematar una obra inspirada. Para él, en cambio, un extranjero que lleva pocos años en el país, será ocasión de unas vacaciones placenteras, con el solo inconveniente de visitar museos… o librerías donde preguntar por el libro publicado de su mujer. Pero por más que el recorrido y las actividades estén organizados al germánico modo, enseguida surgen problemas.
Viaje sin retorno es la historia de un taxista forzado a llevar a un pasajero que no quiere… No, es la historia de un interno conflictivo, menor de edad, al que trasladan de una forma poco común sin saber el destino... Tampoco, en realidad es la historia de una posibilidad de fuga durante un trayecto… Veamos… Viaje sin retorno es una historia aparentemente sencilla, un viaje y la relación entre el conductor y su peligroso pasajero a través del sur de una España franquista. Uno, ve una posibilidad de fuga que pasa por poner a prueba el aguante del conductor, el otro ve la posibilidad de ganar dinero, mucho, de una forma aparentemente sencilla y entre ambos se irá creando una tensa relación llena de dudas y juegos mentales aderezada con curiosos compañeros de viaje. Nos lleva el autor a conocer un dudoso proyecto de investigación para presentarnos a una serie de personajes marginales, de clases bajas y sin escrúpulo alguno, donde no hay hueco para la belleza salvo acaso para la del amor de diez minutos que se paga y nos permite ver una única sombra inocente. Sus personajes, apenas un puñado, nos muestran sus lados más oscuros tal y como el autor nos va acostumbrando, hasta resultarnos inquietantes. Entramos de lleno en unos paisajes que se nos antojan difíciles de la mano de sus protagonistas. Hasta el coche es viejo en este libro en el que veremos reformatorios, bares de carretera y, sobre todo, juegos. Esos que hacen perder el control de la situación a determinado tipo de personas si las empujas a ello, y también a los que se jactan de ser siempre los que dominan. Es un libro para leer despacio, que habla de sindicatos, falanges y picoletos desde las opiniones de sus personajes asomándose a esa España de los años setenta cercana al cambio. Que consigue meternos en ese taxi de atmósfera a ratos asfixiante porque resuenan los pensamientos de sus ocupantes. Un magnífico libro para leer en una tarde tranquila.