'Shakespeare: misteriosa voz' es una pieza teatral de fantasía, por tanto cualquier semejanza con seres de la realidad o personajes de la ficción es mera coincidencia. Se la puede resumir como audaz labor de un cuadro escénico que incorpora diferentes ámbitos en la representación de su Ensayo General. Su lectura, en definitiva, va más allá del espacio escénico. De un modo soterrado me atrevo a añadir -si me lo permiten- que aparecen, entre otros, los siguientes personajes: Cayo Casio Longino (y su liberto Píndaro), Nosferatu (estrafalario vampiro puesto en imágenes por F. W. Murnau), Hrundi V. Bakashi (personaje principal de el film 'El guateque' y Arthtur, ese personaje que realizó la exitosa escena de la tercera temporada de 'Monty Python's Flying Circus', llamada 'Nudge nudge' (Codazo codazo), pero ampliada y con elocuente respuesta del Primer Ministro.
Solana o los circasianos es una obra dramática escrita por José Cadalso, presentada a la censura en 1770 sin obtener la necesaria aprobación. La tragedia se sitúa en un escenario exótico, Circasia, región de la Rusia meridional, y se atiene a las reglas neoclásicas para la tragedia. El príncipe tártaro Selín, que ha llegado a Circasia para cobrar un tributo de doncellas, se enamora de Solaya, perteneciente a una de las familias principales.
«Splendid’s» no se publicó hasta 1993, a pesar de haber sido escrita en 1948. Se salvó gracias al editor del dramaturgo y al filósofo Jean-Paul Sartre, quienes la redescubrieron por un manuscrito olvidado en un cajón. Fue en los años setenta y Sartre llegó a afirmar que la fuerza y la calidad de esta obra era superior a «Las criadas», la obra cumbre de Genet.
Sueños de un seductor es una obra de teatro —mejor dicho una comedia— que en 1969, estrenada en el teatro Broadhurst de Nueva York, cosechó un enorme éxito de público y de crítica, y que posteriormente, en 1972, Allen llevó a la gran pantalla. En efecto, cuesta olvidar al inefable personaje que encarnó tanto en el escenario como en el celuloide el mismo Woody Allen: un chico feo, neurótico y abandonado por su mujer, que sueña con aprender las técnicas de seducción de su ídolo, Humphrey Bogart, con quien, naturalmente, sostiene hilarantes y sabrosos diálogos acerca de cómo enfrentarse a las cosas de la vida y —sobre todo— del sexo. Titulada en inglés Play It Again, Sam —en alusión a la célebre película Casablanca—, Sueños de un seductor ofrece al lector esta obra de teatro que nos devuelve el mejor humor del genial cineasta neoyorquino.
Las relaciones internas de una familia, concebida como metáfora de la sociedad, sirven a Mrozek para mostrar de forma tragicómica y grotesca el mundo contemporáneo y el tema de la rebelión generacional. Casi cuarenta años después de su estreno, Tango sigue siendo una de las obras más relevantes del teatro polaco en todo el mundo. Si en un primer momento los críticos adscribieron la obra a la poética del absurdo, análisis más actuales han desvelado en ella nuevas lecturas y analogías que llegan a enlazarlo incluso con el Hamlet shakesperiano, enmarcado en el ritmo de un tango que reclama la necesidad de una nueva comprensión de la libertad.
Orgón es un personaje bastante importante que ha caído bajo la influencia de Tartufo (Tartuffe es el nombre dado a la trufa es un hongo escondido bajo tierra), un falso de devoto, que busca quedarse con todos los bienes de Orgon. De hecho, los únicos que no se han dado cuenta de la verdadera naturaleza de Tartufo son Orgón y «Madame» Pernelle, su madre. El mediocre y ladino Tartufo exagera la devoción y ha llegado a ser el director espiritual de Orgón. Este aventurero está tratando, además, de casarse con la hija de su benefactor, al tiempo que trata de seducir a la segunda esposa de éste, Elmira, mucho más joven que su marido. Una vez desenmascarado, tratará de aprovecharse de unas donaciones (firmadas) que Orgón le ha transmitido para tratar de echar a éste de su propia casa…
Cinco obras: las diminutas (por extensión: representadas deberían durar un minuto, con ese propósito fueron concebidas) «El arrebato del deportista en su asunción al cielo» y «El misterio en mitad de la vida ordinaria»; tensas como la cuerda de un piano y más breves que un cortometraje, «La habitación blanca», en la que los papeles de los doctores y de los pacientes se confunden y despistan al lector; «Valparaíso», la crítica a los medios de comunicación y sus fórmulas despiadadas para chupar el tuétano de quienes enfocan con sus objetivos; y «Sangre de amor engañado», quizá la mejor de todas, en la que tres familiares de un enfermo se plantean si ayudar a morir a ese hombre, sumido ya en un estado vegetativo. «La habitación blanca» se estrenó en el American Repertory Theatre en Cambridge, Massachussets, en abril de 1986 y se publicó en «American Theatre» en septiembre de 1986. «El arrebato del deportista en su asunción al cielo» fue estrenada en abril de 1990 por el American Repertory Theatre, en un festival de obras de teatro de un minuto. Se publicó por primera vez en «The Quarterly», vol. 15, 1990. «Valparaíso» se estrenó en el American Repertory Theatre el 29 de enero de 1999 y fue publicada, también en 1999, por la editorial Scribner. «El misterio en mitad de la vida ordinaria» fue escrita para una velada de teatro benéfica en el American Repertory Theatre y publicada en la revista «Zoetrope», vol. 4, 2000. «Sangre de amor engañado» se publicó en enero de 2006 en la editorial Scribner y fue estrenada el 27 de abril de 2006 en el Steppenwolf Theatre Company de Chicago.
Este volumen.contiene dos obras de teatro de los hermanos Manuel y Juan Zapata Olivella, destacados médicos colombianos, escritores y artistas como otros miembros de su talentosa familia: el drama de «Caronte liberado», inspirado en la antigua leyenda, con el severo estilo clásico, y una divertida comedia, «La bruja de Pontezuela». Dos producciones que enriquecen —sin duda alguna— la literatura colombiana.
Este volumen incluye la trilogía de comedias del dramaturgo francés Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais: «El Barbero de Sevilla, El casamiento de Fígaro» y «La Madre Culpable». Las tres fueron convertidas en óperas, aún representadas en el siglo XXI, por Giovanni Paisiello y Gioacchino Rossini la primera, Wolfgang Amadeus Mozart la segunda y Darius Milhaud la tercera.
Las loas y entremeses, piezas teatrales de corta duración que solían acompañar con frecuencia a comedias y autos sacramentales, son dos de las formas de teatro breve más cultivadas por los grandes dramaturgos del Siglo de Oro. De simples introducciones al espectáculo y entretenimiento entre los diversos actos de las comedias, pasaron a ser verdaderas obras maestras de la mano de autores como Lope de Rueda, Agustín de Rojas, Alonso de Castillo Solórzano, Hurtado de Mendoza, Calderón de la Barca y, por supuesto, Miguel de Cervantes, cuyos entremeses son considerados una de las cimas del género.
Ignacio Arellano, uno de los máximos especialistas en literatura del Siglo de Oro, propone en este libro una cuidada selección de estas formas de teatro breve que ayudará al lector a comprender su génesis y evolución. Todo ello, además, se presenta revestido con una introducción, actividades finales y un sólido aparato de notas.
Novelista y cuentista fundamental para la literatura argentina, Abelardo Castillo se dio a conocer con «El otro Judas», una obra de teatro, género para el que ha escrito más de una pieza excepcional. El estreno de «Israfel», protagonizada en los años 60 por Alfredo Alcón, sigue siendo un acontecimiento recordado del teatro argentino. Este libro reúne todas las piezas inéditas y representadas del autor. Una prostituta erigida en juez de su pueblo, el horror del nazismo, la vida tempestuosa de Edgar Allan Poe, los días angustiosos de la Guerra de Malvinas, una versión rioplatense de la Salomé bíblica, son temas que certifican las palabras de Leopoldo Marechal en el prólogo: «Advierto la tendencia de Abelardo Castillo a retomar los grandes temas y las figuras paradigmáticas; y esa predilección es otro tironeo del poeta que hay en él y lo va guiando por senderos imprevisibles».
Poco más de veinte años de escritura le valieron a Antón Chéjov (1860-1904) un lugar revolucionario en la historia del teatro occidental. «La gaviota, Tío Vania, Las tres hermanas» o «El jardín de los cerezos», cambiaron los rumbos del realismo, abrieron las puertas a muchas de las principales poéticas del teatro moderno y sentaron las bases tanto de la expresión minimalista como de un realismo no naturalista que propició las mezclas con otras estéticas. En una carta a Grigorovich del 9 de octubre de 1888 Chéjov escribía: «Sigo sin tener posición política, religiosa o filosófica firme. Cambio todos los meses; por eso estoy obligado a atenerme a contar cómo mis héroes aman, se casan, hacen hijos, mueren y hablan». Así de simple, así de complejo.
Dentro del monumental legado literario de Federico García Lorca (1898-1936), el mismo que lo consolidó como un prosista de excepción y lo encumbró como uno de los poetas más relevantes del siglo XX, quizá sea en su vertiente como dramaturgo donde logró llevar más lejos su visión trágica del mundo. El suyo es un teatro descarnado y poético, tradicional y moderno al mismo tiempo. Marcada a partes iguales por la elegancia del teatro modernista y la aspereza del neopopularismo, la obra dramática de Lorca se desarrolla desde las farsas y las comedias de juventud, «Mariana Pineda» (1927) o «La zapatera prodigiosa» (1927), hasta las tragedias y los dramas de la madurez, «Bodas de sangre» (1933), «Yerma» (1934) o «La casa de Bernarda Alba» (1936). Todas ellas obras fundamentales de la historia de la literatura española y firmadas por un autor según el cual: «El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana». El presente volumen recoge toda la producción teatral de Lorca así como textos inacabados, apéndices, versiones alternativas y canciones.
La presente edición reúne los diez dramas históricos compuestos por William Shakespeare (1564-1616). En ella se recogen las traducciones de Ángel-Luis Pujante, reconocido especialista en Shakespeare, publicadas en la colección Austral, y se incluyen cinco traducciones inéditas: «Enrique VI. Primera parte» (de Ángel-Luis Pujante), «Enrique VI. Segunda parte» y «Enrique VI. Tercera parte» (de Alfredo Michel), «El rey Juan» (de Salvador Oliva) y «Enrique VIII» (de Ángel-Luis Pujante y Salvador Oliva), junto con la traducción de «Enrique V» (de Salvador Oliva), que apareció por primera vez en la edición del «Teatro selecto» de William Shakespeare publicada en 2008.
Si el poderoso movimiento social que conocemos como Revolución Mexicana transformó todas las actividades del país, no podía el teatro ser una excepción y quedar al margen de este singular proceso histórico. Muy al contrario, siendo una de las más altas y depuradas formas de expresión del hombre y de la sociedad, tuvo que reflejar, paso a paso, el desenvolvimiento de la Revolución desde sus primeras inquietudes hasta su estado actual.
Las siete obras del gran dramaturgo sueco reunidas en este volumen corresponden a su periodo de madurez, a la época en que abandono la ortodoxia naturalista para construir una nueva realidad en la que el sueño se entrelaza con la vigilia, iluminando las zonas mas inexploradas de la mente humana.
Victor Hugo es un escritor que ha cultivado los distintos géneros literarios: lírica, novelística y drama, y que en los tres ha sobresalido. En cuanto al drama, en el que ha alcanzado destacados méritos, es, no obstante, su principal valor el de haber puesto en él en práctica sus principios sobre el Romanticismo.
El movimiento experimental del teatro, por medio del cual México se lanza en busca de una forma de expresión propia a través de las corrientes en boga en el mundo occidental, transcurre precisamente en medio del torbellino que se crea entre las dos grandes guerras mundiales, cuando esas corrientes son más turbulentas y encontradas, y cuando la Revolución Mexicana empieza apenas a asentarse y no es posible aún extraer conclusiones claras de sus resultados. Quienquiera que aspire a formarse una idea del teatro mexicano de ese período, debe tener en cuenta esas circunstancias. Mientras los rusos predican un nuevo teatro «de masas» basado en las teorías de un teatro «social» que en cierto modo ya practica Bernard Shaw prolongando la línea de Ibsen, con sus mejores ramificaciones en la moderna dramaturgia norteamericana, los expresionistas alemanes se recrean en la búsqueda de las formas dramáticas abstractas y Pirandello pone de moda los conflictos cerebrales de las ambivalencias, en tanto que Lenormand introduce el psicoanálisis en el teatro, Cocteau explota el filón poético del misterio y Giraudoux se entretiene en imprimir un sello actual y humorístico a la tragedia clásica. Todo ello al filo o a contrapelo de las tendencias literarias que se inclinan preponderantemente hacia un estilo oscuro, metafórico y preciosista, a la vez que la novela mexicana, inspirándose en los rusos del fin de siglo, crea un gusto local por las narraciones realistas y macabras de la Revolución.