A través de esta obra, Cela recrea Ávila tal y como la vio el autor a través de sus viajes por España, contando con su personal estilo las vivencias que el autor gallego sintió en la ciudad y la provincia castellana. La vida de sus gentes, sus costumbres y tradiciones, quedan recogidas por el autor gallego, cuya mirada repasa desde los grandes monumentos, a la vida diaria de los abulenses.
«Me gustan con locura las excursiones a un mundo que creemos descubrir, las sorpresas súbitas ante costumbres que ni siquiera podíamos sospechar, la constante tensión del interés, la alegría para los ojos, ese estímulo constante del pensamiento. Pero hay una cosa, sólo una, que me arruina esas exploraciones encantadoras: la lectura de guías de viaje». Todos aquellos a quienes las guías al uso los hastíen, y busquen en el viaje algo más que un simple desplazamiento con cambio de decorado, disfrutarán la lectura del viaje de Maupassant a Argelia. Más que describir los paisajes o los lugares visitados, el escritor francés da testimonio de la perplejidad que le produce el encuentro con un mundo, unas costumbres y unas gentes del todo diferentes (y que no siempre consigue comprender). Maupassant convive con las tribus nómadas en el desierto del Sáhara y descubre los devastadores efectos del sol en esa parte del mundo, la verdadera soledad de unos hombres que a fuerza de resistir a un medio tan hostil se han convertido en casi indestructibles; se cuela en un prostíbulo, el único lugar donde los hombres pueden contemplar a las mujeres; acompaña a una misión militar en busca de pozos de agua por territorios que en los mapas son sólo espacios sin accidentes, desconocidos, inexplorados… Y así, aprovechando cualquier pretexto para compartir la rutina de los habitantes nativos y de los adoptivos sus compatriotas, el autor nos muestra la complejidad de un país que abarca un vasto territorio lleno de contrastes, desde las grandes extensiones desérticas del Sáhara, hasta la fértil y poblada llanura de la Mitidja, las zonas montañosas en la región de Cabilia, o los frondosos vergeles del valle de Bu-Saada. Y en cada nueva región lo asombran sus habitantes, unas veces sólo las hienas, los escorpiones o los resistentes camellos, y otras los douars, los trafis, los mozabites, los judíos o los propios colonos franceses, derrotados una y otra vez a causa de su ceguera y obstinación. Este volumen de viajes se completa con distintos artículos.
Mavi Doñate, corresponsal de RTVE en Pekín, nos ofrece un libro imprescindible para entender la transformación del mundo global. "Bajo la mirada del dragón despierto es tan solo una de mis crónicas, contada en primera persona, sobre la cobertura periodística que jamás habría querido hacer, pero que, de seguro, ha sido y será la más importante de mi carrera". China está lejos. Es lo primero que aprende un periodista destinado en un extremo del mundo al que nunca hemos prestado demasiada atención. Cuando Mavi Doñate llegó a Pekín en el verano de 2015 con el vertigo anidado en el estómago, cumplió un sueño que la había acompañado desde niña: ser corresponsal. Lo que no podía imaginar entonces es que estaba a punto de protagonizar una de las etapas de mayor intensidad informativa de este primer tramo de siglo. Mavi Doñate posee un don innato, mezcla de intuición y sutileza, para contar historias. Su relato personal de los seis años que vivió en el gigante asiático, elaborado a partir de los recuerdos y las voces que quedaron fuera de la información diaria, nos ofrece un valioso retrato de la China actual. Estas páginas recorren los contrastes de un país en constante reinvención y nos llevan de la política internacional a la vida c
¿Por qué “balcón”? Porque por este balcón me he asomado a algunos de mis principales recuerdos, que vistos a distancia, desde mi “balcón”, adquieren una perspectiva muy particular; en la que me he atrevido a invitar a quien guste divertirse un poco, a compartir conmigo este panorama que permite ampliar la mirada a los cinco Continentes; por eso le llamo “alrededor del mundo”.  No se trata de una autobiografía sino de un conjunto de 122 anécdotas engarzadas a través de mi vida. Las narro brevemente, cada una de las cuales ocupa como promedio dos páginas o un poco menos. Las ordeno en nueve capítulos, a saber: Niñez, Seminario, Universidad y Ordenación, Viaje a Tierra Santas, Inicio de mi ministerio sacerdotal, Celam, Obispo, Sínodo de la Familia y Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud. (Card. Lozano Barragán Roma, 14 de octubre de 2010)
Los turistas viajan a Bangkok por muchas razones: una cita amorosa, una operación de cambio de sexo, una estancia en un hotel de lujo o simplemente por el hecho de desaparecer unos cuantos días. Lawrence Osborne viajó a Bangkok por la odontología barata. Una vez allí descubrió que podía vivir con unos pocos dólares al día. Y decidió quedarse. Osborne es un flâneur, se pasea por las calles de la ciudad, por los canales de la parte vieja, es un asiduo del restaurante No Hands, merodea por los barrios olvidados, los templos derruidos y los bares y clubs de alterne para mostrarnos un lugar vivo, febril, donde una antigua mezcla de la práctica budista y las nuevas costumbres sexuales ha terminado creando una versión de la modernidad que poco tiene que ver con Occidente. Como los perdedores de las novelas de Graham Greene, Osborne quizá llegó hasta Bangkok para dejar atrás su vida, tal vez porque Bangkok es una ciudad que no se parece a ninguna otra, por encarnar una nueva, fantasmagórica, y en gran parte aún inexplorada forma de vida.
Esta fotografía al minuto de Barcelona, este dibujo de retratista de café que bien lamenta no ser Rembrandt ni Velázquez, no tiene más pretensiones ni menos exigencias; tampoco aspira a más cosa —ni a menos— que a haber sabido ser un requiebro a la ciudad en la que nunca se sintió ni extraño ni transeúnte.
El cor no parla, però endevina —suele decirse. Lo que al amanuense le acontece es que no sabe hablar todo lo mucho que en Barcelona adivinó; su único consuelo es la certeza de que donde hubo fuego, según quiso Virgilio, queda rescoldo.
“Un libro sobre Barcelona tan útil como una guía y tan ameno como una crónica de viajes”
Revista QUÉ LEER
Confíe en esta guía para conocer la auténtica Barcelona. No se conforme con seguir los pasos de los demás turistas. Visite los rincones más fascinantes y descubra una Barcelona que ningún otro libro le ha mostrado. El historiador y experto viajero Roger Jiménez le propone 22 rutas con más de 200 lugares claramente detallados en cada uno de sus múltiples mapas, junto a información práctica y multitud de fotografías a todo color.
Desde los romanos hasta Gaudí, desde los Juegos Olímpicos al Fútbol Club Barcelona, la capital catalana es el destino preferido de viajeros de todo el mundo. Por su fascinante arte y arquitectura, por su historia milenaria, por sus playas y por sus deportistas de categoría internacional. Todo eso y mucho más lo encontrará usted en las 22 rutas de este libro, organizadas temáticamente: desde la Barcelona medieval hasta los emplazamientos escogidos para multitud de películas por cineastas enamorados de Barcelona como Woody Allen o Pedro Almodóvar.
Toda la información está rigurosamente actualizada y le permitirá encontrar con facilidad espacios que las guías más básicas suelen ignorar. ¿Ha subido al punto más elevado de la Barcelona romana? ¿Quedan rastros de los templarios y los masones? ¿Qué calles forman el barrio judío medieval? ¿Qué significan los símbolos y mitos de las obras de Gaudí? ¿En qué hoteles han dormido Buffalo Bill, Ernest Hemingway, Ava Gardner o Salvador Dalí?
Ya venga usted en un crucero, durante un fin de semana o para unas largas vacaciones, si quiere disfrutar al máximo de la capital española del Mediterráneo y descubrir sus lugares más desconocidos, esta guía es la mejor elección.
'Historias maravillosas, reales y ficticias, pueblan las hipnóticas páginas de Barcelona de novela' (La Vanguardia) Una invitación a conocer y recorrer Barcelona desde una mirada diferente, desde la literatura. Un paseo por las calles y las páginas dedicadas a una ciudad escenario de novelas míticas como 'El Quijote' o 'La plaza del diamante' y que ha desempeñado un papel protagonista en títulos tan conocidos como 'La catedral del mar', 'La ciudad de los prodigios' o 'La sombra del viento'. Un itinerario actual por los lugares que se convirtieron en presencia imprescindible para miles de tramas, desde 'Nada' hasta 'Victus', pasando por 'Los mares del sur'. Y una mirada viva a los enclaves que marcaron a autores como García Márquez, Vargas Llosa, Vázquez Montalbán, Montserrat Roig, o Terenci Moix. Un libro que es una invitación a leer.
Espacios mágicos y rituales, laboratorios de la cultura y de la técnica, los pasajes permiten pensar el gran texto urbano desde sus notas a pie de página. En Barcelona hay cerca de cuatrocientos. Algunos son caminos que conducen a un pasado rural; otros, pasadizos proletarios o callejones de chabolas que hablan de la metrópolis fabril y del franquismo; los más famosos tienen forma de intersecciones ajardinadas y de galerías burguesas del siglo xix; los más recientes están en polígonos industriales o acogen casas con piscina y restaurantes para turistas. Jorge Carrión ha viajado por todos ellos, los ha estudiado, los ha leído, para acceder a una dimensión de Barcelona que no había sido explorada hasta ahora. Una dimensión protagonizada por las lavanderas de Horta, por fotógrafos como los Napoleon, por editores como los Tasso, por anarquistas y republicanos, por pintores como José María Sert o Joan Miró, por libreros y comerciantes, por arquitectos como Benedetta Tagliabue o escritores como Eduardo Mendoza. Así, sumando pasos y lecturas, entrevistas y viajes, Barcelona. Libro de los pasajes narra esta ciudad como no lo había hecho ningún otro libro antes. Inspirado por Walter Benjamin e Italo Calvino, el autor hace dialogar su ciudad con todas las demás ciudades. Así, Barcelona, Venecia, París, Nueva York, Buenos Aires o Londres dialogan en estas páginas como lo hacen el ensayo y la crónica de viaje, la autobiografía y el periodismo. El resultado es una apasionante novela sin ficción.
Deje de cargar pesadas guías turísticas en su bolsillo. ¡¡¡VIAJE LIGERO!!! Información turística para las atracciones de visita obligada. Consejos y sugerencias para los viajeros. Sumérjase en el corazón de la ciudad descubriendo las joyas escondidas recomendadas. Todo lo que necesita saber en una sola guía turística. Esta guía está realizada basándose en los consejos de los viajeros. Una galería completa de fotos en alta definición (HD). Enlaces incorporados a los sitios web recomendados.
El pueblo de Nazaret, localizado en Galilea en el Norte de Israel, es hoy en día un floreciente asentamiento con más de 60.000 habitantes. Pero hace más de 2000 años era un pueblo insignificante de solo unos pocos centenares de habitantes, la mayoría granjeros y algunos jornaleros que viajaban a los cercanos poblados romanos en busca de trabajo. A pesar de ello, fue en esta localidad tan improbable donde vivió la Sagrada Familia. Aún más importante es que fue aquí donde la Anunciación tuvo lugar: el momento en el que el ángel Gabriel reveló a María que ella sería la virgen madre de Jesús. Muchos también sostienen que Nazaret fue el sitio donde Jesús pasó la mayor parte de su infancia, aprendiendo el oficio de su padre, asistiendo a los servicios la sinagoga local, y desarrollando los fundamentos de su fe.
Bélgica es un pequeño país dividido en tres regiones: Flandes, Bruselas y Valonia. Flandes y Valonia (norte y sur de Bélgica) son dos territorios diferenciados por el dominio del idioma neerlandés en el primero de ellos, al norte, y el francés, al sur, en Valonia. Estos territorios están salpicados de algunas de las ciudades medievales más bellas de Europa, como Brujas, Gante, Amberes, Lieja, Charleroi, o la propia Bruselas, capital del país y también de Europa. En conjunto, Bélgica cuenta con un patrimonio artístico y religioso de primer nivel. Sus museos, iglesias, conventos milenarios y campanarios (32 con reconocimiento mundial), y los curiosísimos beguinajes flamencos –pequeños barrios religiosos liderados en su origen por mujeres- son algunos de tantos patrimonios de la humanidad con los que cuenta el país. Hay museos para todos los públicos, como el del cómic, con el indiscutible embajador mundial de los belgas, Tintín. Y centros dedicados a la historia, a las ciencias naturales, a las Bellas Artes y a artistas como Magritte o Van Gogh, al cacao, incluso a las patatas fritas…
Berlín es una ciudad a la que se viaja motivado por su historia y de la que se regresa cautivado por su modernidad. Desde sus vanguardias culturales a los melancólicos cabarets; desde sus inagotables museos a los mercadillos de antiguallas soviéticas; desde los espacios diseñados por la élite de la arquitectura mundial a los monumentos más kitch, Berlín es una ciudad en perpetuo estado de efervescencia. Esta guía actualizada en 2014 ofrece las claves para organizar con éxito una escapada a la capital detallada todos los puntos de interés de la ciudad con enlaces a Google Maps, horarios y precios; incluye mapas y fotos de todos los barrios para consultar offline; propone itinerarios para visitar los lugares imprescindibles de la ciudad y reseña restaurantes y alojamientos para cada bolsillo.
Testimonio de Ferdinand Ossendowski sobre su huida de Siberia en los años 1920-1921, perseguido por los bolcheviques, y el posterior itinerario a través de Mongolia, Tibet y China. En su viaje se encontrará con hombres, con bestias y con dioses, a veces en una misma persona. Tras su publicación, surgieron refutaciones sobre el relato y la revista Journal Litteraire organizó un tribunal singular para dirimir su veracidad. En él, Ossendowski declaró: «Bien pude haber escrito este libro sin haber visitado como hice la Mongolia o el Tíbet; no se trata de un texto científico, ciertamente es literatura, pero esta literatura tiene una base de verdad, de experiencia, de certeza en lo explorado y en las circunstancias vividas; hay en mis páginas misterios no desentrañados y situaciones fantásticas, cierto, pero le pertenecen a la existencia en esos lugares remotos».
La primera edición en lengua inglesa de Cinco años en Buenos Aires tuvo lugar en 1825, en Londres. En la oportunidad, el autor decidió escudarse en el poco revelador seudónimo de an Englishman (un inglés), creando con ello una incógnita que no ha podido ser despejada con seguridad, si bien con frecuencia la obra ha sido atribuida —por Paul Groussac, entre otros— a Thomas George Love, fundador del semanario porteño British Packet. Más allá de las controversias acerca de la identidad del autor, no cabe duda de que el libro constituye una fuente de inapreciable valor para todos aquellos que se interesen en conocer los detalles de la vida cotidiana de la urbe porteña durante la primera mitad de la década de 1820. Producto de la pluma de un observador fino y perspicaz, bien interiorizado de los temas que trata, Cinco años en Buenos Aires ofrece una descripción a la vez amena y precisa de la fisonomía urbana, el movimiento económico, las prácticas religiosas, las costumbres, las modas, los deportes, las diversiones y multitud de otros aspectos que contribuyen a formar una nítida imagen del tejido social de la ciudad en la era rivadaviana.
A principios de 1904, Joaquin V. Gonzalez, ministros del Interior en el gabinete del presidente Roca, encomendó un médico y jurisconsulto de origen catalán, afincado en Córdoba, Juan Bialet Massé, la preparación de un informe sobre la situación de las clases trabajadoras en las provincias interiores de la República. El hecho ponía de manifiesto la creciente preocupación de los sectores dirigentes por la entonces llamada «cuestión social» y por la conflictividad que de ella podía emerger. A fin de formarse una idea de primera mano acerca de las condiciones reinantes en distintas áreas del país, Bialet Massé realizó un agotador recorrido, visitando talleres, obrajes, puertos, estancias, explotaciones mineras, y meses después daba cumplimiento al encargo presentando tres gruesos volúmenes rebosantes de información. El Informe, que en su momento constituyó la base del proyecto de Ley Nacional del Trabajo presentado por el ministro González, es para el lector de hoy una fuente indispensable para conocer las condiciones de vida y trabajo de las clases obreras argentinas en los albores de nuestro siglo.
A principios de 1904, Joaquin V. Gonzalez, ministros del Interior en el gabinete del presidente Roca, encomendó un médico y jurisconsulto de origen catalán, afincado en Córdoba, Juan Bialet Massé, la preparación de un informe sobre la situación de las clases trabajadoras en las provincias interiores de la República. El hecho ponía de manifiesto la creciente preocupación de los sectores dirigentes por la entonces llamada «cuestión social» y por la conflictividad que de ella podía emerger. A fin de formarse una idea de primera mano acerca de las condiciones reinantes en distintas áreas del país, Bialet Massé realizó un agotador recorrido, visitando talleres, obrajes, puertos, estancias, explotaciones mineras, y meses después daba cumplimiento al encargo presentando tres gruesos volúmenes rebosantes de información. El Informe, que en su momento constituyó la base del proyecto de Ley Nacional del Trabajo presentado por el ministro González, es para el lector de hoy una fuente indispensable para conocer las condiciones de vida y trabajo de las clases obreras argentinas en los albores de nuestro siglo.
En esta obra, escrita en 1870 por Lucio V. Mansilla (Argentina, 1831-1913), relata las experiencias del autor con los indios del interior argentino, vividas como resultado de una expedición de la que era comandante, designado por el presidente Sarmiento, para la llamada conquista del desierto. Mansilla firmó un tratado con ellos, pero como los indios desconfiaban, y con razón, de la buena fe de los cristianos, se decidió, en un acto de coraje, a visitar las tolderías de tierra adentro, sin armas, con una pequeña escolta, para convencer al cacique. Vivió entre los indios y la crónica de esos días no tiene par en nuestra literatura. La edición de este volumen de Biblioteca Ayacucho ha estado a cargo de Saúl Sosnowski.
De todos los pueblos del antiguo cercano oriente, los fenicios están entre los más reconocidos, pero quizás también entre los menos comprendidos. Los fenicios nunca construyeron un imperio como los egipcios y los asirios; de hecho, los fenicios nunca crearon un estado fenicio único, en cambio existieron como ciudades-estados que eran reinos independientes, dispersos por toda la región del Mediterráneo. Sin embargo, a pesar del hecho de que nunca hubo un “imperio fenicio’, los fenicios se mostraron más prolíficos en su exploración y colonización que ningún otro pueblo en la historia universal hasta los españoles en la época del descubrimiento.
Los fenicios fueron bien conocidos a lo largo de muchas civilizaciones en todo el mundo antiguo y su influencia se puede apreciar en muchos lugares del occidente hoy en día porque a ellos se les atribuye la invención del precursor del alfabeto griego, del que se derivó directamente el alfabeto latino. Sin embargo, los fenicios dejaron pocos textos escritos, de manera que los historiadores modernos se han visto forzados a reconstruir su pasado por medio de una variedad de antiguas fuentes egipcias, asirias, babilonias, griegas y romanas. No es ni siquiera claro cómo se llamaron a sí mismos los fenicios, porque el nombre “fenicio” se deriva de la palabra griega “phoinix”, que se refiere posiblemente a los tintes que ellos producían y comerciaban (Markoe 2000, 10). El misterio de los antiguos fenicios se complica más por el hecho de que los arqueólogos han sido capaces de excavar solo pequeñas secciones de las tres más importantes ciudades fenicias: Biblos, Sidón y Tiro.
Biblos, conocida hoy en día como Jebail, ha sido conocida a través del tiempo con muchos otros nombres: los fenicios la llamaron Gebal; para los egipcios fue Kepen o Kupna; los asirios y los acadios se referían a ella como Gubla (este es el nombre que aparece en el Antiguo Testamento); los árabes la llamaron Jbeil, y eventualmente los cruzados europeos le dieron el nombre de Gibelet. Esta larga etimología refleja la singular importancia del legado de la ciudad, porque Biblos es una de las más antiguas ciudades habitadas sin interrupción que ha habido en el mundo. La ciudad fue mencionada con frecuencia en los grandes archivos de la antigüedad, pero sus orígenes descansan en lo más profundo de la prehistoria. Su localización estratégica, con abundancia de madera para la construcción de barcos procedente de las montañas cercanas, hizo que muchos estados poderosos quisieran controlar el territorio. Con el tiempo, Biblos y el área circundante fueron ocupados por los amorreos, los cananeos, los fenicios, los asirios, los persas, los macedonios, los romanos, los árabes, los cruzados, los mamelucos y los otomanos.
Desde tiempos remotos, Biblos fue un activo centro comercial, negociando ampliamente con Egipto, a donde exportaba madera de cedro de los territorios fenicios a cambio de papiro. Como resultado de eso, Egipto llegó a tener una influencia importante en el arte y la cultura de Biblos, y la ciudad asumió muy pronto una posición de supremacía en el Mediterráneo, gracias en parte a su uso temprano de la escritura. Evidencia arqueológica encontrada en la ciudad muestra la existencia de un alfabeto fenicio en uso desde época tan temprana como el año 1200 A.C. y los restos de ciudades fenicias a lo largo de la costa de El Líbano dan testimonio del papel importante que jugaron como lugar de encuentro entre el este y el oeste, haciendo de ellas puntos focales para la fusión de culturas en el mundo antiguo. Por regla general, los fenicios no buscaron ventajas políticas o la expansión territorial de su patria—su interés primordial estaba en el comercio internacional.
Descubre la vida, la cultura y las curiosidades del país de moda ¿Sueñas con bailar con uno de tus idols? ¿Con descubrir los paisajes y escenarios que llenan tus k-dramas favoritos? O quizás preferirías ponerte un bonito hanbok, probar cada uno de los platos de la cocina coreana o perderte en cafeterías con estanterías inmensas repletas de manhwas… Sea cuál sea tu caso, Bienvenido a Corea es un viaje para el que no necesitarás moverte del sillón. Adéntrate en sus páginas de la mano de Adele Vitale y Lia Iovenitti, y descubre un país repleto de tradiciones y cultura moderna que te enamorará a través de todos los sentidos. Pero ¡cuidado! Puede ser que te sorprendas reservando un billete de avión…